Sala de prensa

“El acompañamiento de la entidad de acogida ayuda a hacer la estancia más fácil”

Arnau Poy
Arnau Poy, estudiando de Antropología, hace balanza de todo el que ha vivido durante un año de voluntariado en Bruselas a la organización Caritas Internacional ASBL.

03/12/2019

El Cuerpo Europeo de Solidaridad es una iniciativa de la Comisión Europea que se rodea dentro del marco de la Estrategia Europea de Juventud 2019-2027 que profundiza en el itinerario educativo y formativo de la gente joven. El descubrimiento de nuevos horizontes y la adaptación a otras culturas, mediante actividades de voluntariado, posibilitan la profundización personal y social.

“A veces me sorprende como es de poco conocido el programa de voluntariado europeo con las oportunidades que supone. Mi experiencia como voluntario, como la de la mayoría de las personas que he conocido que lo han realizado, ha estado muy interesante y enriquecedora.
Cómo muchas de mis compañeras que estaban a punto de acabar el grado, no tenía claro qué hacer después. Entonces fue cuando conocí una chica que había realizado una experiencia de voluntariado en Polonia que me me animó a hacer una. No solo porque permitiría aprender una lengua, sino porque me servía para viajar, tener una experiencia práctica sobre el que había estudiado, abrirme nuevas puertas profesionales, aprender sobre un campo de interés o descubrir uno de nuevo.

En mi caso pasé 12 meses en Bélgica, a la parte francófona, en un centro de acogida para mujeres refugiadas en situación de vulnerabilidad. Evidentemente, no todo va resultar fácil y ventajoso; ir a vivir en un país nuevo, sin tener ningún contacto previo con nadie, trabajando con gente con la cual no compartes el idioma (fui sin saber francés), viviendo en un lugar bastante aislado... Aun así, con las dificultades que compuerta lanzarse a hacer un voluntariado en el extranjero, coincido con las compañeras, merece la pena. Y es así porque te permite no solo desarrollar habilidades profesionales sino también personales, trabajar a muchos niveles. Y todo esto lo haces con un acompañamiento y formaciones que lleva la entidad de acogida, que ayuda a hacer la estancia más fácil.

Una cosa muy positiva del programa de voluntariado europeo es que hay proyectos de temáticas muy diversas (migración, medio ambiente, educación...). Es difícil no encontrar proyectos que te interesen. Y además, la duración también es diferente entre proyectos. Hay que son de dos meses y hasta doce. Por lo tanto, es relativamente fácil encontrar proyectos que se adapten a las necesidades y expectativas de las situaciones personales de cada una.
En mi caso particular, las tareas que realizaba eran de acompañar a las mujeres refugiadas a las instituciones, hacer actividades con los niños/niñas y para las mismas mujeres del centro, hacer la primera acogida... todo esto me sirvió no solo para reflexionar sobre aquello que había estudiado sino también para decidirme qué estudiar después, y por saber que me gustaría trabajar como acompanyador social. Además, aprendí francés y desarrollé habilidades, como la mediación de conflictos.

Yo animo a todo el mundo a lanzarse, solo puedo que recomendar la experiencia.”