Monasterio de Sant Cugat

Fundado en el siglo IX en el contexto de la expansión del monaquismo benedictino, el Monasterio de Sant Cugat fue uno de los monasterios más poderosos del condado de Barcelona y es ahora uno de los exponentes más importantes del arte medieval de Cataluña.

A lo largo de los siglos XI y XII se convirtió en un importante centro de cultura y poder, y experimentó un crecimiento exponencial de sus dominios territoriales. A principios del siglo XIII llega el momento más esplendoroso, testimonio del cual son el claustro románico y documentos como el cartulario y las costumbres, referentes actuales para el conocimiento de las instituciones monásticas. El monasterio ejerció una gran influencia en la sociedad durante siglos, hasta la supresión de las órdenes monacales en 1835. La misma ciudad de Sant Cugat, con su ciudad de origen medieval y el territorio, son fruto de la acción del monasterio.

El conjunto monástico se compone actualmente de una iglesia, los claustros con sus dependencias, el palacio abacial y las murallas. Destaca el claustro románico, que reúne uno de los conjuntos de escultura más destacables de Cataluña con 144 capiteles y el primer autorretrato firmado en la historia del arte catalán, con la figura del escultor Arnau Cadell, autor de una gran parte. Los capiteles nos transportan al imaginario de la Edad Media, a través de escenas bíblicas y de la vida monástica, y motivos vegetales, geométricos y del bestiario.

El museo acoge una exposición permanente que muestra la historia y la arquitectura del monasterio. Ejerce también como centro de conocimiento y de difusión cultural del monumento, con un amplio servicio de actividades y propuestas. Actualmente el monasterio es también objeto de un programa de restauración, impulsado desde la Comisión Gestora del Monasterio, que trabaja para mejorar la puesta en valor del monumento.