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Marta Minguet, doctora por la UAB: "Hacer un doctorado siempre suma"

Marta Minguet, autora de la tesi 10.000 de la UAB al TDX

Marta Minguet es autora de la tesis número 10.000 que la UAB ha incorporado recientemente al repositorio de Tesis Doctorals en Xarxa (TDX) del Consorci del Sistema Universitari de Catalunya (CSUC).

23/02/2022

"Si no hubiera hecho el doctorado es posible que no tuviera el trabajo que tengo ahora. A la gente que me pregunta y duda sobre si hacerlo le digo que sólo ganará"

"El sistema ha de tomar medidas si quiere retener el talento de las científicas jóvenes en las instituciones públicas"

Marta Minguet (Borges Blanques, 1988) tiene un largo recorrido académico y de formación como investigadora. Licenciada en Biotecnología por la Universitat de Lleida (2010), hizo el máster oficial de doctorado europeo en biotecnología aplicada a las ciencias médicas (2011) y posteriormente ejerció como investigadora junior en Davis (California, EE. UU.) (2012-2014), donde hizo investigación en oncología. El año 2015 Minguet empezó el Programa de Doctorado en Medicina de la UAB en el Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) y tres años después cursó un máster en marketing farmacéutico en la Universitat Pompeu Fabra. Desde el 2021 es doctora en Medicina por la UAB.

- ¿Cómo recibiste la noticia de que tu tesis era la número 10.000 de la UAB al TDX?

- No me lo podía creer. Lo vi como un reconocimiento para todas y todos los que habíamos contribuido al logro y, por extensión, para todo el mundo que toma la decisión de hacer una tesis doctoral y la acaba defendiendo. También pensé en las casualidades de la vida, que hicieron que después de seis años de trabajo duro y mucho sacrificio, con momentos en los que incluso pensé en tirar la toalla, mi trabajo fuera el protagonista.

- ¿Ha sido una experiencia positiva?

- En general sí. Ha sido una historia de superación personal. Hacer una tesis es duro, tienes que estar muy implicada, tienes que tener mucha constancia y paciencia. Y también tienes que ser, o a aprender a ser, resiliente y creer en ti misma. Porque a veces tienes que repetir experimentos, aumentar el número de pruebas y retroceder. Y porque si tu hipótesis no se confirma con los resultados -no fue mi caso- has de tener claro que esto también es un conocimiento válido y tienes que luchar para poder depositar tu trabajo y defenderlo. Tus años de trabajo no se pueden perder y servirán igualmente a quienes vengan detrás de ti y para hacer avanzar la investigación.

- ¿Cómo fue el camino hasta la defensa de la tesis?

- Largo. Me fui a los EE. UU. después de cursar el máster de doctorado y estuve dos años haciendo investigación, para ganar experiencia y currículum para poder pedir una beca doctoral en España. Finalmente estuve tres años “de poyata”, haciendo experimentos, gracias a una beca doctoral de La Marató de TV3 en el VHIR. Al acabar la beca, todavía me quedaban resultados por obtener y mientras acababa la tesis decidí hacer un máster sobre marketing farmacéutico. Compaginé las dos cosas, pero entonces necesitaba ingresos y me dediqué a hacer las prácticas remuneradas del máster con la empresa Novartis, donde después acabé trabajando. Después me ofrecieron trabajo como Product Manager en Izasa Hospital, del grupo Werfen, trabajando con dispositivos médicos enfocados a la cardiología intervencionista. Acabé y defendí la tesis el año pasado, mientras trabajaba a tiempo completo.

- ¿Qué investigaste en la tesis?

- La contribución de la glicación intracelular avanzada en la disfunción de los cardiomiocitos y en la alteración mitocondrial durante el envejecimiento. La glicación es una reacción enzimática relacionada con azúcares como la glucosa y que puede alterar las proteínas, afectando al buen funcionamiento de diferentes órganos de nuestro cuerpo. En concreto, estudié cómo afectaba a ciertas proteínas fundamentales para que el corazón funcione. Vi que el envejecimiento favorecía que hubiera más glicación, estudiando previamente que la diabetes, la alimentación o los factores ambientales favorecen que se dé antes. Fue una aportación al estudio de los efectos de un exceso de glucosa en nuestro organismo.

- Has acabado al sector privado, pues.

- Sí, y estoy contenta. Las condiciones para ayudar los jóvenes científicos a desarrollar su carrera en el ámbito público de este país no son buenas. Tienes que ir pidiendo y encadenando becas sin tener nunca la certeza que tendrás una plaza consolidada. Conozco alguna persona que hace investigación con 50 años sin tener un trabajo fijo y estable. Y yo no quería sufrir cada año por si me renovaban o no la beca.

- ¿Ya no haces investigación?

- No hago investigación, pero estoy muy en contacto dentro de la empresa. Y comparto conocimientos científicos sobre fármacos y dispositivos con expertos en cardiología de todos los hospitales de España. Puedo aprovechar todo el conocimiento que adquirí en la tesis y combinarlo con el del máster. Estoy viendo cómo la investigación básica acaba convirtiéndose investigación aplicada. Y por mi carácter me gusta más este trabajo, en el que hablo con muchos expertos y viajo a menudo, que la investigación en el laboratorio.

- ¿Crees que el hecho de ser doctora te ha favorecido a la hora de encontrar trabajo?

- Yo estoy donde estoy porque he hecho todo lo que he hecho. Si no hubiera hecho el doctorado es posible que no tuviera el trabajo que tengo ahora. A la gente que me pregunta y duda sobre si hacerlo, le digo que sólo ganará. Yo creo en la utilidad de hacer un doctorado, siempre suma. He visto que las empresas lo valoran positivamente. Hacer un doctorado te da no solo conocimiento científico, también unas capacidades y habilidades que están muy bien consideradas en el sector empresarial, como pueden ser el trabajo en equipo, perseverancia y determinación. Al menos así ha sido en mi caso.

- ¿Por qué decidiste realizar tu tesis en catalán?

- Porque el catalán es mi lengua y la tenemos muy presente en casa, mi madre es profesora de filología catalana. La podría haber hecho en inglés, pero decidí que de este modo podía aportar mi granito de arena a la ciencia en lengua catalana. Cuanto más vocabulario científico catalán haya, más podremos dar visibilidad a la ciencia que se hace aquí, como por ejemplo con bases de datos, softwares, etc. Si ayuda a quien trabaja para que el catalán esté más presente en nuestras vidas me doy por satisfecha. De hecho, es una tarea conjunta, a la que ayuda muchísimo también el hecho de que esté en repositorios digitales en abierto, como el TDX o el Depósito Digital de Documentos de la UAB.

- ¿Crees que lo has tenido más difícil por el hecho de ser mujer?

- No. En la carrera de biotecnología fuimos casi todas chicas. Las becas doctorales se otorgaban por nota y en el laboratorio éramos mayoritariamente mujeres las que trabajábamos. Y ahora que trabajo en la empresa privada, con un cargo de relevancia, tampoco he tenido ningún problema. Aun así, soy consciente de que queda mucho camino para que la mujer esté en igualdad de condiciones que el hombre en el ámbito de la investigación. Tengo amigas que dependen de becas para hacer investigaciones y otras que trabajan como científicas con categoría de técnicas de laboratorio. Quizás son problemáticas que afectan también a los hombres. Pero el sistema tiene que tomar medidas para arreglar estas situaciones si quiere retener el talento de las mujeres científicas jóvenes en las instituciones públicas.