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"Poder volver a estudiar me ha dignificado"

Entrevista Angie Santafe

Entrevista a Angie Santafe, médica en Colombia y estudiante del Máster Oficial en Investigación Clínica Aplicada en Ciencias de la Salud en la UAB. Es beneficiaria del programa de Acogida de la FAS. En esta entrevista nos habla de su experiencia migratoria, de su lucha para volver a estudiar y de su vivencia durante la pandemia.

29/03/2022

Mi reto es que los resultados de las investigaciones sirvan para mejorar la salud de las personas.

Eres nacida en Colombia, háblanos un poco de tu vida allí antes de marcharte. 

Viví y crecí con mis padres y hermanos en Bogotá hasta hace tres años cuando vine a vivir aquí a España. En Colombia estudié Medicina en la Universidad Fundación Juan N. Corpas gracias al esfuerzo de mis padres. Justo cuando terminé mi internado, pasaron varias cosas difíciles en mi entorno familiar que provocaron que decidiera migrar en busca de oportunidades que en mi país no se daban. Me fui a España a visitar un tío mío desde la ignorancia de lo que supone migrar. 

¿Has llegado a trabajar aquí de médica? 

No. Aquí llegué sin la homologación de mi título. Cuando me fui sabía que tardaría un tiempo en regularizar y poder tener toda la documentación. Y justo empezó la pandemia. En ese momento yo estaba en Barcelona sola y no pude volver a mi país por varias cosas. Empecé a tener muchos trabajos que no tenían nada que ver con mi profesión. Solicité asilo por la situación que se vive en mi país y a los seis meses obtuve el permiso de trabajo. Empecé a trabajar en una residencia para gente mayor como gerocultora. Fue algo nuevo e impactante pero me ha servido para poner en valor muchas cosas, me han dignificado como persona. Empecé desde cero y he ido escalando pero allí me puse en los zapatos de los usuarios de la residencia. Fue una experiencia muy diferente de lo que yo había hecho en Colombia como médica.

¿Qué pasó durante el confinamiento? 

En la residencia me contagié de covid y tuve una neumonía. En ese momento estaba muy sola. Lo pasé en una habitación sin ventilación encerrada casi 40 días, vivía con una familia que me alquilaban una habitación y no salía para no contagiarlos. No quise quedarme ingresada en el hospital porque no quería estar con el estrés total que se vivía allí en ese momento y pedí irme a mi casa. Fue muy duro pero en la residencia me ayudaron y yo misma me medicaba. Gracias también a mi fe religiosa lo conseguí superar.

¿Cómo se ha vivido en tu país la crisis sanitaria por el covid? 

Esta pandemia se ha vivido muy diferente allí que aquí, igualmente ha generado una crisis social. Allí el esfuerzo no se puede limitar a una enfermedad, por ejemplo, no hubo confinamiento estricto porque no se puede dejar de salir. Las personas tienen que trabajar porque si no, no sobreviven.

En septiembre del 2020 entraste en el programa de Acogida de la UAB, ¿cómo lo conseguiste y qué ha sido lo más difícil?

Antes de la pandemia, me había puesto a buscar información sobre ayudas para estudiar. Entonces, encontré el programa de Acogida de la FAS. Cuando vi que respondieron a mi solicitud para mí fue una gran alegría, la de tener por primera vez en tanto tiempo una oportunidad después de tantas adversidades. Volver a estudiar y seguir me llenó de ilusión porque estaba siendo una situación difícil después del panorama que había vivido en mi país. Por varias circunstancias, poco después me denegaron el asilo. Eso fue otro obstáculo. Conté con un apoyo legal y me orientaron para construir mi camino de regularización y de arraigo. El poder volver a estudiar me ha dignificado mucho. Es verdad que ha sido una experiencia en la que he tenido que luchar pero ahora con el tiempo veo que sí se puede.

Háblanos de tus estudios actuales. 

Yo apliqué para el Máster Oficial en Investigación Clínica Aplicada en Ciencias de la Salud. Las clases eran virtuales pero iba al Hospital de Sant Pau. Cuando vi que era en un hospital me alegré mucho porque me pude relacionar con personas directamente del mundo médico, afines a mis estudios. El Dr. Gerard Urrutia y el Dr. Xavier Bonfill, los coordinadores del centro, me acogieron y me dieron un apoyo superior al académico. Pude profundizar en mis estudios porque pude hacer varios cursos y fueron muchas las oportunidades que me dieron.

Y de las prácticas que estás realizando.  

La práctica fue en el proyecto “Living Evidence to inform health decisions”. Se trata de un proyecto metodológico en el que se trabaja para mantener la evidencia de resultados y evidencias que luego sirven para la toma de decisiones de profesionales de la salud. Participar en este proyecto me empoderó.

¿Cuáles crees que son los retos de la investigación en el ámbito de la salud?

Para mí el reto principal es la divulgación, que los resultados de las investigaciones lleguen a las farmacias y a la población en general. Que no se queden en una investigación y en la comercialización, sino que lleguen a las decisiones de los gobiernos y de las personas. Me gustaría que la ciudadanía se empoderara de su propia salud. Otro reto es la financiación, hay que apoyar con más recursos a la investigación.

Desde tu vivencia de migración, ¿cómo estás viendo esta nueva guerra y el cambio de políticas de protección a los refugiados?

Cuando llegaron los rumores del inicio de una nueva guerra me preguntaba a mi misma cómo es posible que hayamos hecho este esfuerzo para salvarnos de la muerte de un virus y ahora nos matemos. El mayor virus que tenemos es el de alguien que no tiene la cordura para pensar en el próximo. Cuando pienso en los refugiados, yo sé lo duro que es despojarse de todo y salir de tu país por las causas que sean. Anhelo que entre todos podamos asegurar que estos refugiados puedan dignificar su situación y que su vida sea mejor.

¿Cómo quieres que sea tu futuro profesional?

Quiero seguir estudiando y me gustaría poder trabajar para educar y divulgar investigaciones para hacerlas más próximas a la población.