"No se construye una democracia si no se conoce la historia"

24/05/2013
Unos días antes, el 17 de mayo, murió el general Jorge Rafael Videla, jefe de la junta militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983. Videla llegó al poder tras un golpe de Estado que arrojó al exilio a miles de personas como Alejandro Valenti, que se instaló en Francia. Otros muchos sufrieron la durísima represión de la dictadura militar, que se saldó con alrededor de 30.000 personas desaparecidas.
El último documental de Valenti, Argentina, los 500 bebes robados de la dictadura (coproducción francoargentina que ya ha sido premiada en dos certámenes internacionales), trata sobre los hijos de mujeres represaliadas que nacieron en cautiverio y fueron separados de sus familias para ser entregados a otras. El film se centra especialmente en el trabajo realizado por la organización Abuelas de Plaza de Mayo para identificar y encontrar a esos niños robados, una lucha incansable que empezó durante los primeros días de la dictadura y se extiende hasta nuestros días. La labor de la asociación fue reconocida por la UAB con el nombramiento de su presidenta, Estela Barnes de Carlotto, como doctora honoris causa en 2005.
El acto de presentación del film en la UAB estuvo organizado por el Departamento de Prehistoria de la UAB y presentado por Alejandro Andreassi, profesor del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea, quien contextualizó el robo de bebés dentro de un "terror consubstancial a toda dictadura" cuyo objetivo era la liquidación no sólo de los disidentes sino también de sus vástagos en vistas al futuro.
UAB: De los 500 niños desaparecidos, actualmente se ha localizado a 107.
ALEJANDRO VALENTI: Se puede decir que son 108. Lamentablemente, se encontró hace un mes en una fosa común a la madre del último, que estaba embarazada de cuatro meses cuando fue secuestrada. El feto se identificó entre sus restos. El 107 se encontró hace cinco meses: una chica que apareció dos semanas después de terminar el documental.
UAB: ¿Qué agentes están implicados en la búsqueda?
A.V.: Es el trabajo realizado durante 35 años por Abuelas de Plaza de Mayo lo que ha ido dando resultados. Pero la más joven tiene 80 años, la vicepresidenta 93... Entre los 107 nietos encontrados, hay un “núcleo duro” que está tomando el relevo. Ésa es parte de la fuerza del trabajo de las Abuelas: no sólo han conseguido que los nietos encuentren a sus familias biológicas y se restituya su verdadera identidad, sino que se ha creado una dinámica de trabajo de grupo y están buscando a sus hermanos: consideran a los 400 que faltan como sus hermanos porque están unidos por una historia común.
UAB: ¿Cómo surgió la iniciativa de las Abuelas?
A.V.: De un pequeñito grupo de doce abuelas, cuando llega el golpe de Estado. Secuestran a la hija de una de ellas, embarazada de ocho meses, a otra embarazada de tres meses... Y empiezan búsquedas solitarias, sin saber a dónde ir y en medio del peor Estado represor: preguntar por sus hijas era preguntar por “terroristas”... Se fueron juntando y descubrieron que se contaban centenas de desaparecidos. En 1977 se reunieron doce abuelas con nietos desaparecidos y decidieron empezar a buscar juntas. Desde ese día, no pararon nunca más hasta hoy. La historia es tan grande porque mujeres que eran simples amas de casa, funcionarias, maestras de escuela, etc. consiguieron hacer caer a gigantes que habían tenido el poder absoluto. No sólo consiguieron encontrar a los nietos sino sentar a los responsables en el banco de los acusados.
UAB: ¿Las Abuelas han tenido apoyos en su búsqueda?
A.V.: No. Honestamente, a los 107 nietos, los encontraron ellas. Hay una de casi 90 años que me dijo: “No me quiero morir hasta que el Estado encuentre a un nieto sin que hayamos dado nosotras los datos, facilitado el camino”. Es la justicia la que tiene que buscarlos.
UAB: ¿Es, ahora mismo, un tema muy candente en Argentina?
A.V.: No sólo es un tema candente. El presidente Néstor Kirschner, cuando asumió el cargo en 2005, lo primero que hizo fue abolir las leyes de amnistía (Ley de Obediencia Debida y Ley de Punto Final) a todos los militares de la dictadura. Se reabrió entonces las causas y hoy se está desarrollando en Argentina una serie de procesos. Hay más de 350 militares presos y más de 1.200 a la espera de ser juzgados por crímenes contra la humanidad. Se ha abierto la puerta para que sean juzgados por verdaderos tribunales democráticos y condenados por crímenes reales que cometieron.
UAB: ¿Qué tratamiento del tema hace la película?
A.V.: Fue un desafío porque consiste en contar una historia de 35 años que se conjuga en tiempo pasado, presente y futuro: durante la filmación, se encontró un nieto; pasada la filmación, se encontró otros dos... Es una historia abierta que toca cuestiones no sólo son argentinos, sino universales: la memoria, la justicia, la impunidad, la identidad... Los nietos están descubriendo, a los 35 años, que sus padres no son sus padres sino los que los mataron. Se han abierto puertas para reflexionar sobre qué es la identidad. Las Abuelas consiguieron que se creara un artículo en la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre el Derecho de los Niños que dice que un Estado debe garantizar la identidad de todo niño nacido.
UAB: La evolución de la ciencia ha jugado también un papel vital.
A.V.: Las Abuelas impulsaron la ciencia. Cuando empezaron a buscar, la genética era algo de ciencia ficción. Acudieron a los mejores científicos del mundo preguntando: “si yo busco a mi nieto y lo encuentro, ¿cómo puedo probar que lo es?”. Hasta que un americano les dijo “esto es cuestión de tiempo” y, dos años después, se encontró lo que se ha llamado la fórmula del “abuelismo”, que consiste en identificar a alguien en ausencia de sus padres. Eso permitió abrir el primer banco de datos genéticos del mundo en Argentina. Gracias a ese banco, hoy se siguen encontrando nietos.
UAB: ¿Hay mucha diferencia entre Argentina y España en cuanto a memoria histórica y lucha contra la impunidad?
A.V.: Acá, en España, estamos en la prehistoria. Los países que están juzgando a sus propios ciudadanos por crímenes contra la humanidad son Camboya (tres o cuatro personas bajo el control de Naciones Unidas), Argentina... Lo que ha hecho Argentina es único en el mundo. Es una decisión política cuyo significado va más allá de juzgar a un criminal: no se puede construir una sociedad democrática si no se conoce la historia. En los años ochenta y noventa, la dictadura sólo ocupaba media página en los libros de los estudiantes de secundaria; hoy, hay una materia que se llama derechos humanos. Aquí, en España, ahora están tratando de hacer volver a estudiar religión en lugar de derechos humanos y no hay nadie preso por los crímenes cometidos durante el franquismo ni por los bebés robados... Tendrían que inspirarse un poquito más en lo que está pasando en Argentina.