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Los árboles más vulnerables a la sequía son los que han crecido en mejores condiciones climáticas

Detalle de las hojas de Pinus edulis. Foto: Quinn Dombrowski (CC BY-SA 2.0).
Un estudio de la UAB y del CREAF constata que las plantas que han crecido con buenas condiciones climáticas tienen menos capacidad para responder a las sequías extremas, poniendo de relieve la importancia de la historia de cada bosque para definir su mejor estrategia de gestión y conservación.

31/07/2018

Las sequías severas son una de las principales amenazas para los bosques de todo el mundo. El aumento de estos eventos extremos debido al cambio climático obliga a la ciencia a estudiar qué poblaciones y especies son más vulnerables y por qué. Un estudio reciente, llevado a cabo por el profesor del Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología e investigador del CREAF Francisco Lloret revela que plantas que han vivido en unas condiciones climáticas más cómodas pueden sufrir más daños durante periodos de sequía. Este descubrimiento pone de relieve la importancia de la historia que ha vivido cada bosque. Según las condiciones climáticas que haya tenido que soportar a lo largo de su vida un bosque será más o menos resistente a la sequía.

El estudio, publicado en la revista Global Change Biology, descubre que durante una sequía extrema, los árboles que se encuentran en sitios donde el clima normalmente les es favorable tienen más probabilidades de sufrir daños. “Estos árboles están acostumbrados a tener mucha agua disponible y al haber estado mimados es más difícil para ellos superar una crisis”, explica Francisco Lloret. Por supuesto, también los árboles que han crecido en climas menos favorables se ven afectados por las sequías, pero al estar acostumbrados a una falta crónica de recursos tienen más probabilidades de sobrevivir.

Para llevar a cabo el estudio, Lloret y su colaborador Thomas Kitzberger, de la Universidad Nacional del Comahue (Argentina), analizaron cómo habían reaccionado diferentes bosques de Pinus edulis —una especie de pino del suroeste de los EE.UU y norte de México— a una sequía extrema entre 2001 y 2007. En el modelo estadístico utilizado para el análisis, combinaron informaciones sobre la distribución geográfica de los bosques con los datos sobre las condiciones climáticas experimentadas por cada bosque en las últimas décadas. Los resultados indicaron claramente que los bosques donde habían muerto más árboles durante la sequía eran los que habían estado bajo las mejores condiciones climáticas durante muchos años.

A nivel de gestión y conservación forestal, esta información es clave y pone en evidencia que es necesario proteger no solamente los bosques que ya están en condiciones críticas, sino también los que se encuentran en buen estado y que llevan muchos años viviendo en un ambiente favorable.

Referencia: Lloret F., Kitzberger T. (2018). Historical and event-based bioclimatic suitability predictsregional forest vulnerability to compound effects of severedrought and bark beetle infestation. Global Change Biology, 24: 1952-1964. DOI: 10.1111/gcb.14039