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Faltan políticas para integrar al colectivo inmigrante al mercado laboral

Grup de Recerca QUIT
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El colectivo inmigrante está siendo especialmente vulnerable a la crisis económica. Pero a pesar de sufrir más paro y sobrecualificación que los trabajadores autóctonos, no ha recibido la atención necesaria por parte de los organismos públicos para fomentar su integración en el mercado laboral. Así lo indica un estudio realizado por el Centro de Estudios Sociológicos sobre la Vida Cotidiana y el Trabajo (QUIT) de la UAB con el apoyo del programa Recercaixa, que ha sido liderado por el profesor Fausto Miguélez y presentado el 7 de marzo en una jornada de debate en Barcelona.

08/03/2013


El estudio “Nuevas estrategias para la inmigración: recualificación para un nuevo mercado de trabajo” analiza la situación y evolución de los trabajadores inmigrantes en España en comparación con los trabajadores autóctonos y propone políticas que favorezcan la creación de ocupación de calidad y faciliten la inserción de este colectivo en un modelo laboral más estable y sostenible.

Elaborado por los sociólogos Fausto Miguélez (investigador principal), Oscar Molina y Pedro López Roldán, el trabajo se enmarca dentro del programa RecerCaixa, de la Obra Social “la Caixa” y la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) que tiene por objetivo impulsar la investigación de calidad en Cataluña. Para llevarlo a cabo, los investigadores han utilizado estadísticas públicas y han realizado 80 encuestas y 25 entrevistas en profundidad a expertos y actores sociales.

El estudio ofrece nueva evidencia sobre un nuevo ciclo migratorio caracterizado por la emigración, sobre todo a Europa, y el regreso de un número creciente de inmigrantes a sus países de origen, que ha hecho aumentar el porcentaje de población con estudios primarios y la reducción de la que tiene un nivel formativo más alto.

Durante el año 2012 se ha producido una aceleración importante en la salida de trabajadores autóctonos y en menor grado extranjeros con un perfil de calificación media-alta. Esto ha aumentado el peso relativo de la población con un nivel formativo menor, desde el 28,7% al 2007 hasta el 33,4% en el caso de los autóctonos, y del 23% hasta el 25,4% en el caso de los extranjeros.

La crisis económica ha afectado especialmente al colectivo inmigrante, especialmente a los trabajadores con niveles de formación más bajos, aunque hay diferencias importantes según el país de origen. Según datos de la Muestra Continúa de Vidas Laborales (MCVL) -que sólo tiene en cuenta los trabajadores que perciben prestación o subsidio de paro-, mientras los trabajadores procedentes de países de la UE tenían el 2010 unos porcentajes de desocupación similares o inferiores a los de los autóctonos, con el 18%, esta cifra era significativamente más alta para los trabajadores marroquíes (33%), ecuatorianos (30%) y rumanos (27%).

Alto nivel de sobrecualificación
El estudio constata también el alto nivel de sobrecualificación (ocupación de lugares trabajo de categoría inferior al nivel de formación) que afecta al conjunto la población ocupada, pero de manera más intensa a los jóvenes y a los trabajadores inmigrantes con niveles de calificación medias.

Este patrón se ha acentuado todavía más en el periodo de crisis, lo que implica una pérdida progresiva de capital humano y capacidades profesionales. España era el 2011 el país europeo con una mayor nivel de sobrecualificación de los trabajadores extranjeros, con un 35,5% del total de este colectivo ocupado en lugares poco cualificados a pesar de tener un nivel de estudios medio-alto. Este porcentaje fue del 20,4% entre los trabajadores autóctonos.

El porcentaje de la población extranjera que ha experimentado un movilidad ocupacional descendente (descenso en la categoría ocupacional) entre los años 2007 y 2011 ha sido del 15%, frente un 9,6% de la población autóctona. Esto implica un bloqueo en sus trayectorias laborales que hace todavía más vulnerable su posición y empeora la perspectiva de reinserción en el mercado laboral, según los investigadores.

Evolución en la demanda
Las proyecciones de futuro a corto y medio plazo apuntan hacia un crecimiento de las ocupaciones que requieren niveles de formación medio-alto y un descenso de las de calificación más baja.

Según los sociólogos de la UAB, el nuevo mercado laboral requerirá adoptar políticas de ocupación que favorezcan la recalificación de un conjunto de la población con estudios medio-alto y generen las calificaciones y competencias que se demandarán al futuro.

Para los trabajadores inmigrantes las implicaciones de estos datos son más importantes, señalan. Dado que un alto porcentaje ocupa puestos poco cualificados y otro está en paro, su situación a corto plazo sólo podrá mejorar mediante mecanismos de recualificación como alternativa al regreso, la emigración en otros países o el trabajo informal.

Políticas de ocupación
El estudio concluye que las políticas de ocupación que se han llevado a cabo en los últimos años en España han fracasado en el objetivo de crear ocupación o frenar el paro.

A pesar de tener un problema relacionado con la composición de la desocupación (con un sobrerrepresentación de trabajadores poco calificados, entre ellos inmigrantes) en España no ha habido políticas para hacer frente al paro de este colectivo. El enfoque ha sido excesivamente generalista, con poca inversión en mejorar mecanismos de formación y articular medidas dirigidas a un colectivo que puede experimentar un mayor riesgo de paro.

España ha hecho al contrario que otros países europeos, a pesar de tener un componente estructural de agotamiento de modelo que ellos no tienen. En vez de promover la recalificación de los trabajadores inmigrantes se ha incentivado su salida del país.

El estudio destaca la necesidad de adoptar políticas de recalificación específicas que favorezcan un mejor equilibrio entre oferta y demanda, no sólo formales (nivel de estudios) e informales (habilidades, competencias) y que tengan en cuenta la situación del individuo a quien se dirigen.

Los expertos resaltan la importancia de coordinar políticas pasivas, activas e industriales para favorecer un cambio en la composición y la estructura productiva española junto con la política migratoria.

En todo caso, concluye el estudio, una nueva política migratoria se prevé imprescindible para contribuir a un mejor funcionamiento del mercado de trabajo en un contexto muy diferente al existente en la década anterior a la crisis económica. En cuanto a la emigración, parece implicar a ciudadanos autóctonos y extranjeros cualificados, lo que puede dificultar la salida de la crisis y requiere medidas para frenar su salida. Por otro lado, los flujos de inmigración tienen que ser gestionados de manera diferente en el futuro: el contrato en origen basado en las necesidades reales del mercado de trabajo parece ser la clave.

Más información sobre el estudio

 
Imagen: Miembros del Centre d'Estudis QUIT que han realizado el estudio. De izquierda a derecha, Alejandro Godino, Fausto Miguélez, Carolina Recio y Óscar Molina.