Crean un código de conducta para competiciones escolares

22/02/2012
El código se basa en los resultados del estudio "Prevención de actitudes intolerantes en las competiciones deportivas escolares", para el que se han realizado más de 550 encuestas y 44 entrevistas, entre otras acciones.
Los resultados revelan que, en opinión de un 20% de las personas consultadas, se dan frecuentemente comportamientos violentos e intolerantes en las competiciones deportivas escolares. Las razones principales de la violencia son de tipo personal (vinculadas al individualismo, el orgullo y los celos) y de tipo social (como pueden ser la preocupación por obtener resultados y el efecto contaminante de estar en un grupo donde hay intolerantes).
A partir de esto, el código describe indicaciones dirigidas a los comportamientos individuales (deportistas/alumnos, aficionados/familiares, profesores/entrenadores y árbitros), a los comportamentes colectivos (equipos, aficiones y plantillas técnicas) y a las instituciones (escuelas e institutos, clubs, asociaciones y centros deportivos y federaciones).
Todas las indicaciones abundan en el fomento del espíritu deportivo y el juego limpio y en evitar las conductas intolerantes, agresivas y violentas. Por tanto, se recomienda especialmente evitar la obsesión por la victoria y caer en una competitividad negativa, así como respetar a los rivales y asumir el deporte como una actividad amistosa y colectiva.
Así, por ejemplo, se insiste mucho en que tanto los alumnos (o jugadores) como los entrenadores, docentes y espectadores (o familiares) eviten conductas como protestar las decisiones de técnicos o árbitros, responder a provocaciones, discriminar a personas (por razones raciales, de género, de orientación sexual, etc.), insultar y menpspreciar tanto a los rivales com a los compañeros que cometan un error, ejercer la violencia en el campo de juego o en las gradas, etc. Por lo que respecta a los equipos competitivos, se aconseja tomar decisiones de manera consensuada y democrática, superar las individualidades en favor de la cooperación por un objetivo común, evitar todo tipo de marginación y facilitar la socialización de las nuevas incorporaciones, entre otras ideas. Y se alerta ante la capacidad de la afición, como grup grande, de magnificar las actitudes individuales, por lo que ha de motivar y acompañar al equipo proyectando los valores positivos del deporte escolar.
Respecto a los profesores, entrenadores, monitores y, colectivamente, las instituciones educativas y deportivas, el código enfatiza su responsabilidad como formadores en valores orientados a la mejora de las personas y de la sociedad en conjunto. La actividad deportiva, por tanto, ha de tener un claro sentido educativo, evitando, por ejemplo, exigir límites no adecuados a la edad o la condición física de los escolares: los profesores y entrenadores han de cuidar su bienestar y su salud. Son también sus responsabilidades garantizar la igualdad de oportunidades y un trato equitativo entre los jugadores, hacer que éstos asuman el espíritu de las normas deportivas y evitar las malas influencias que representan algunas actitudes del mundo de los adultos. El texto destaca, además, que se debe actuar sin falta ante las situaciones de agresión, intimidación, discriminación, etc.
A los árbitros, se les recuerda que son un referente en lo referente a las normas del juego y, por tanto, se les pide un comportamiento ejemplar: imponer sanciones adecuadas, actuar de manera equitativa y argumentada, actuar sin demora contra las faltas disciplinarias y, obviamente, no tomar partido a favor ni en contra de nadie.
Finalmente, el código se refiere a la responsabilidad de las instituciones: las escuelas, los institutos, los clubs, las asociaciones, las federaciones y los centros deportivos. Se considera a estas organizaciones como realidades sociales que son el resultado de un contexto específico y muy relacionadas con su entorno. A la vez, se recalca su capacidad de influencia. Por tanto, se indica que han de establecer normas y códigos de conducta propios, trabajar para que los equipos sean un espacio de aprendizaje y velar por la igualdad de trato y oportunidades. En este sentido, el código considera que los equipos técnicos han de anteponer los procesos formativos y los valores colectivos a la competitividad y la obsesión por la victoria.
Más de 150 expertos se encuentran en la UAB
Asistieron a la Jornada sobre prevención de la intolerancia en las competiciones deportivas escolares más de 150 personas. Entre ellas, técnicos deportivos, árbitros, responsables institucionales, entrenadores, profesores de educación física, AMPAS, deportistas y estudiantes universitarios. La jornada contó con la celebración de una mesa redonda en la que participaron Jordi Pallarés, gerente de ASOBAL; Joan Estrada, experto en pedagogía deportiva; Lucas Cruz, copiloto, campeón del Rally Dakar 2010; y Juan Piqueras, presidente del Cerdanyola Club de Hockey, el club de hockey más antiguo de España.
Según Pallarés, "la responsabilidad de la transmisión de valores en el deporte no debe recaer únicamente en los formadores (educadores, entrenadores...), resultando imprescindible la colaboración del entorno familiar de niños y jóvenes". El gerente de ASOBAL además señaló que "no somos suficientemente conscientes de que las actitudes que demostramos, tanto en los terrenos de juego como en el espacio mediático que informa a centenares de miles de personas, se trasladan e impactan directamente en quienes tienen a nuestros deportistas como ídolos o modelos a seguir".
Por su parte, Cruz destacó que "los condicionantes para una práctica deportiva exitosa están en trabajar en equipo, la preparación física, psicológica y específica, el respeto al rival y la deportividad". El copiloto también se refirió a "la necesidad de que los deportistas profesionales y de élite mantengan comportamientos ejemplares en las competiciones por su incidencia en la infancia y la juventud".
Joaquín Gairín, catedrático de pedagogía aplicada de la UAB i director del EDO, presentó los resultados del estudi "Prevención de actitudes intolerantes en las competiciones deportivas escolares" y el código de conducta, que "pretende ser un instrumento para la promoción del buen hacer deportivo y que debe ser concretado con la participación de todos los implicados". Al mismo tiempo, quiso señalar que el código debe "incidir en los aspectos positivos, reforzar las buenas conductas y evitar visiones exclusivamente centradas en las sanciones".
Un grupo dedicado al estudio de las organizaciones educativas
El EDO se dedica a la investigación vinculada al análisis y desarrollo de las organizaciones en general, y de las organizaciones educativas en particular. Está reconocido como grupo de investigación consolidado por la Generalitat. Los objetivos preferentes del grupo se relacionan con el análisis de las organizaciones formativas y el estudio de sus procesos de cambio y estrategias de mejora. Más específicamente, sus ámbitos de trabajo son: la naturaleza y tipología de las organizaciones formativas, los sistemas de ordenación y gestión institucional, las dinámicas institucionales, los sistemas de evaluación interna y externa, las resistencias al cambio, el rol de los directivos y el efecto de las nuevas tecnologías. Estudia tanto los centros educativos preuniversitarios como las universidades, centros de formación ocupacional, centros de ocio y otros servicios educativos.
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Código de conducta en competiciones deportivas escolares