La ESAGED y Archiveros Sin Fronteras, dos entidades unidas por la solidaridad archivística

Hace 20 años, un grupo de profesionales crearon Archiveros Sin Fronteras (AsF) para continuar trabajando en la recuperación y conservación de la memoria en conflictos de todas partes. De esta iniciativa, nace uno de los pilares del centro: la relación entre archivos y derechos humanos. El vínculo de las dos instituciones aún se mantiene vivo, con una generación que, con su conocimiento, continua manteniendo y clasificando fondos y archivos de exilios, guerras e historias en el olvido.

29/11/2018

En los años noventa, el Ayuntamiento de Barcelona de Pasqual Maragall, a través de proyectos de cooperación internacional, invirtió esfuerzos y recursos en salvaguardar los archivos y testimonios de algunos de los lugares que, en aquella década, fueron víctimas de conflictos bélicos o transiciones políticas. Ciudades como Sarajevo, recientemente arrasada por la guerra, o el proceso de descolonización de Guinea Ecuatorial, son un ejemplo.

En la excolonia española del continente africano era necesario formar en archivística a buena parte del personal de administraciones municipales como Riaba, Baney o Malabo. Era 1998 cuando, parte de aquel colectivo profesional de archiveros que habían formado parte de estas iniciativas solidarias, decidieron que, para seguir restaurando memoria y justicia, y velar por la organización y protección de los documentos y archivos de estos lugares, se tenían que materializar en una organización no gubernamental y dejar de depender de los poderes públicos. Empezaba un movimiento de solidaridad archivística de caire internacional, bajo el nombre de Archiveros Sin Fronteras (AsF).

Una correlación directa entre archivos y derechos humanos

“El apoyo a la ciudadanía en Guinea y, muy especialmente, en Bosnia-Herzegovina, fue muy relevante”, recuerda Ramon Alberch. Él, junto con otros nombres como Maria Carme Martínez o Imma Moratalla, vieron que había otras problemáticas y que había que continuar con los proyectos: “había una necesidad de recorrer a los archivos en los procesos de transición de las dictaduras del Cono Sur en la América Latina y la terrible guerra de los Balcanes”. De estos hechos se derivaban personas desaparecidas, bienes confiscados, impunidad de crímenes, en los que los archivos eran el recurso “ineludible” como pruebas y testigos, “a menudo irrefutables”, añade Alberch.


El año 2002, en el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona se funda la Escuela Superior de Archivística y Gestión de Documentos, con Ramon Alberch al frente, acogiendo el primer Graduado en Archivística y Gestión de Documentos como estudios reglados y oficiales para la profesionalización de la archivística.

Documentos de "socórro" Societat de Beneficiència
de Naturals de Catalunya a L'Habana
(Imatge Sala Folch)

Desde sus inicios, la asociación y la Escuela mantienen una relación estrechada. Entre las dos instituciones, se creó una oferta formativa de reconocimiento internacional: el Curso Online en Archivos y Derechos Humanos: Referentes Internacionales en Contextos de Posconflicto. La formación especializada se ha realizado en colaboración con el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia, y el Archivo Histórico de la Policía Nacional de Guatemala, un fondo que todavía recibe ayuda de AsF para su conservación desde su hallazgo en 2015.

El programa ya ha celebrado cuatro ediciones y se han matriculado profesionales de más de 20 países. Esta apuesta de la Escuela por la relación archivos-derechos humanos ha propiciado también la atracción de doctorandos extranjeros. En estos momentos, ya hay inscritas 5 tesis referidas a este tema por parte de profesorado de Colombia, Ecuador y Chile.

Participants al projecte de voluntariat de la Comuna de Fes (imatge d'AsF)

Una generación de profesionales y voluntarios

La asociación visita periódicamente a los estudiantes para explicar qué es Archiveros sin Fronteras y qué proyectos llevan a cabo, con el objetivo de que algunos se animen a viajar al campo de refugiados de Tindouf (Argelia) o vayan a hacer una prospección en la Comuna de Fez (Marruecos).

Una de las estudiantes que accedió fue Ariadna Selva, de la primera promoción. Ella colaboró en 2005 y 2006 en el Proyecto de organización de la documentación de la Comuna de Fez, junto con otros compañeros de clase. “Fue muy enriquecedor conocer tanta gente con una manera de hacer diferente a la nuestra, no sólo trabajamos sino que compartimos experiencias”. No ha repetido como voluntaria, pero actualmente es secretaria y socia de AsF: “cuantos más seamos más trabajo podremos hacer para los archivos que necesitan ayuda”, añade.

Otra de las cooperantes que conoció la asociación durante sus estudios en la Escuela es Sara Folch. Un compañero había estado en Fez, “y estaba entusiasmado con la experiencia”, dice. Se hizo socia y, un año después, recibió una oferta del proyecto de la recuperación de los archivos históricos de Casals Catalans de América Latina. En 2010, viajó a Cuba como parte del equipo de digitalización de los archivos de la Sociedad Beneficiaria de Naturales de Cataluña de La Habana.

“El volumen y el interés del fondo desbordaron las previsiones iniciales” explica Folch sobre el proyecto, que se tuvo que redefinir en 2014. Hoy, Folch continúa colaborando activamente en la difusión del proyecto, haciendo charlas sobre el papel clave que ha tenido la Sociedad en la investigación personal de hijos y nietos de catalanes, y como testigo de la emigración catalana al continente durante el siglo XX.

Más experiencia y continuidad de los proyectos

Joan Domingo, quien había sido docente del Máster en Archivística y Gestión de Documentos, viajó en 2007 a Argelia, dentro del marco del proyecto Estudio de prospección del Archivo Nacional de la República Árabe Saharaui Democrática en Tindouf. “Nunca había estado en un campo de refugiados. Fue una completa inmersión en su medio: trabajar y convivir con ellos en sus casas, adaptarte a la precariedad material, e intentar entenderlos y compartir sus anhelos emancipadores”, describía un año después en la compilación de experiencias de voluntariado del libro de AsF, publicado por su 10º aniversario.

Otra de las personas que forma parte de las actuaciones solidarias con el Archivo Nacional Saharaui es Núria Carreras, actual presidenta de Archiveros Sin Fronteras. El año pasado, gracias a una subvención del Ayuntamiento de la Selva del Camp, viajó a Tindouf con dos miembros más de la junta para comprobar el avance del proyecto y qué materiales les podían hacer llegar, a pesar de que “siempre nos piden formación”, explica.

Hasta día de hoy, la asociación los ha ayudar a organizar y mantener archivos en espacios como la Casa de la Mujer y, recientemente, el Ministerio de Información les ha pedido ayuda, puesto que tienen muy claro que los archivos son la prueba de su identidad: “son gente con sentido de Estado, a pesar de encontrarse en un campo de refugiados”, apunta Carreras.

Como Núria Carreras, que estudió dos programas formativos oficiales en la Escuela, más de la mitad de los profesionales de la junta directiva de AsF son formados en ESAGED. La entidad consta de 9 miembros en la junta, y cuenta con el apoyo de 145 socios/as. Muchos de ellos han sido primero voluntarios y todavía siguen vinculados: “son gente con ilusión, porque el voluntariado archivístico representa una oportunidad de crecer profesional y personalmente, y te queda un buen regusto, puesto que es un trabajo totalmente altruista”, comenta.

Núria Carreras és alumni de l'Escola i l'actual presidenta d'AsFInternacionalización de la tarea archivera

Ya son 20 años de nacimiento de AsF y, para celebrarlo, la entidad organizó unas jornadas el 23 y 24 de noviembre, en el Museo Marítimo de Barcelona. “Que una ONG llegue a los veinte años no es un hito fácil de lograr”, comenta Ramon Alberch, quien actualmente lidera la rama internacional que coordina las secciones de Francia, México, Perú, Bolivia, Chile, Brasil, y las recientemente adheridas de Estados Unidos y el Senegal.

Núria Carreras es alumni de la Escuela
y la actual presidenta de AsF (imagen propia)

Por el coordinador de AsF-Internacional, es todo un reto unir y cohesionar a archiveros y archiveras voluntarias de un total de 13 países diferentes, donde en la agenda se multiplican cada vez más ámbitos de actuación: políticas de género, minorías, migración, infancia, papel de las multinacionales, explotación de recursos medioambientales, prevención de la corrupción...

Es evidente, pues, la necesidad que continúen proliferando profesionales que den respuesta a estos desafíos. En una vocación que, para el fundador de la Escuela, Ramon Alberch, “ha crecido y se ha prestigiado por la buena preparación, pero también por la pasión de sus miembros, que tienen que mantener teniendo presente que los valores de verdad, justicia y memoria son indestriables de la práctica archivera”, que ya está impregnada por una larga tradición solidaria.