La humanidad viaja una media de 78 minutos al día, independientemente del nivel de vida
Las personas viajan por muchos motivos, como llegar al lugar de trabajo, desempeñar su trabajo o comprar, y el tiempo dedicado a desplazarse varía de un día a otro y de una persona a otra. Sin embargo, sorprendentemente, las personas tienden a viajar en torno a 1,3 horas al día (78 minutos), sin importar en qué parte del mundo se encuentren o cuán ricas sean.
Así lo demuestra un nuevo estudio internacional del ICTA-UAB y de la Universidad McGill (Canadá) que concluye que la clave para reducir el consumo de energía a nivel poblacional reside en diseñar comunidades que fomenten bajos niveles de consumo energético durante esos 78 minutos diarios de viaje.
Aunque los avances tecnológicos han hecho que los vehículos sean más eficientes, el consumo energético global del transporte sigue creciendo. El estudio, publicado recientemente en la revista científica Environmental Research Letters, sugiere que la energía utilizada por hora de viaje —y no la energía utilizada por kilómetro recorrido— es el verdadero factor que determinará el consumo energético futuro.
El análisis se basa en datos de desplazamientos personales y laborales en 43 países que representan más de la mitad de la población mundial. Los resultados confirman indicios previos acerca de que las sociedades tienden a estabilizar su tiempo total de viaje diario en torno a 78 minutos al día, con una variabilidad de 0,2 horas (12 minutos). En otras palabras, las poblaciones dedican, de promedio, entre 66 y 90 minutos al día a desplazarse de un lugar a otro, sin importar el modo de transporte ni la distancia recorrida. Este rango convergente de tiempo de viaje no depende de si las personas caminan, van en bicicleta o conducen, y parece surgir de un deseo psicológico profundo de observar el entorno, combinado con límites personales prácticos que impiden que la gente dedique demasiado tiempo a viajar.
«El hallazgo más importante es que las personas no viajan menos cuando aumenta la velocidad o la eficiencia; en cambio, viajan más lejos», explica Eric Galbraith, autor correspondiente del estudio.
Los investigadores sostienen que esta convergencia del tiempo de viaje ofrece una herramienta sólida para predecir cómo las sociedades responderán a cambios tecnológicos o a las políticas de transporte público, incluso si estos implican cambios de comportamiento complejos. Dado que el tiempo total de viaje permanece constante, los cambios de comportamiento acabarán alterando cómo se distribuye ese tiempo entre los diferentes modos de transporte y, con ello, el gasto energético.
Por ejemplo, una ciudad organizada en torno al ferrocarril, donde cada persona pasa una media de 40 minutos diarios y camina el resto del tiempo, consumirá previsiblemente cinco veces más energía que una ciudad donde todos los desplazamientos se hagan a pie. Asimismo, una ciudad basada en coches con motor de combustión puede gastar hasta 100 veces más energía por persona que una ciudad peatonal, incluso si los vehículos son relativamente eficientes por kilómetro recorrido.
El estudio enfatiza que los responsables políticos y los planificadores urbanos juegan un papel esencial en la reducción del consumo de energía en el transporte. Por ejemplo, podrían promover modos de desplazamiento con bajo consumo de energía por hora, como caminar, ir en bicicleta o utilizar transporte público eléctrico.
«Dado que el tiempo total de viaje es casi constante», afirma William Fajzel, coautor y estudiante de doctorado en la Universidad McGill, «las políticas que permitan a las personas elegir modos de transporte con bajo consumo de energía por hora serán las más eficaces para reducir la demanda energética del transporte».
Artículo de referencia: Majdi Hunter-Batal et al. 2025. Energy use per hour is key determinant of future transport energy consumption. Environmental Research Letters. 20 114045. https://doi.org/10.1088/1748-9326/ae1246