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El transporte aéreo, principal fuente de contaminación del turismo en Barcelona

Transport aeri
istockphoto/anilbolukbas
Un estudio realizado por investigadores del ICTA-UAB calcula por primera vez el impacto de la actividad turística en una ciudad concreta, en este caso Barcelona, ​​y analiza las principales fuentes de emisiones directas e indirectas.

19/12/2018

Cada visitante de la ciudad de Barcelona produce al día una emisión de 96,9 kg CO2 eq, lo que supone una huella de carbono equivalente a conducir un coche 410 kilómetros sin parar, o dejarse una bombilla led de 6,4 vatios encendida durante 4 años seguidos.

Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) calcula por primera vez el impacto de la actividad turística en una ciudad concreta, en este caso Barcelona, ​​y analiza las principales fuentes de emisiones directas e indirectas de cuatro grandes ámbitos (los transportes de llegada y salida, el alojamiento, las actividades de ocio, ferias y congresos, y los transportes internos).

El turismo es uno de los sectores de actividad económica más relevantes de la ciudad de Barcelona, ​​con unos 33 millones de visitas anuales, repartidas a partes iguales entre turistas (visitantes que se alojan en la ciudad) y excursionistas (se están un día o menos sin pernoctar). Esta actividad contribuye al calentamiento global debido a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que se derivan, y al mismo tiempo, el cambio climático tiene impacto sobre los destinos turísticos y los flujos turísticos.

El estudio del ICTA-UAB realizado en colaboración con Inèdit a petición del Ayuntamiento de Barcelona y de Barcelona Regional, determina que la huella de carbono total de la actividad turística en Barcelona es de 9.578.359 t CO2 eq al año. La principal fuente de emisiones (con un 95,9% de las emisiones generadas) es el transporte de llegada y salida en la ciudad, y en concreto el avión. Este ámbito representa una emisión de 92,9 kg CO2 eq/visitante·día, con grandes diferencias entre turistas (media de 103,1kg CO2 eq/turista·día) y excursionistas (media 42,1 kg CO2 eq/excursionista·día). Por ejemplo, el transporte de llegada y regreso de un turista de Oceanía conlleva la emisión de 4.200 kg C02 eq.

Del resto de emisiones (el 4,1%), la principal fuente es el consumo de electricidad, principalmente asociado al alojamiento. En este sentido, los hoteles tienen el mayor impacto en la huella de carbono con un 70'5%, especialmente en las categorías más altas, seguidos de los apartamentos turísticos (con registro y sin) con un 25,3%. La huella de una pernoctación va de los 2,9 kg CO2 eq/pernoctación en pensiones, hostales y albergues, a los 21,9 kg CO2 eq/pernoctación de un hotel de 5 estrellas, 7,5 veces más.

No todas las actividades en la ciudad tienen el mismo impacto en cuanto a la contaminación. Los puntos de interés de ciudad (PICs) son responsables del 68,8% de dentro del ámbito de actividades ocio, ferias y congresos. La visita a un PIC representa una emisión media de 0,9 kg CO2 eq/visita, mientras que un trayecto en transportes singulares supone 1,4 kg CO2 eq, y la participación en una feria o un congreso representa 5,9 kg CO2 eq/participante.

Los viajes en metro (38,5%) y en taxi (22,3%) para desplazarse por la ciudad son los que más emisiones generan colectivamente, por delante de los desplazamientos en Renfe y el vehículo propio. Aún así, metro y tranvía son los dos modos con una huella de carbono por desplazamiento más baja. La huella de carbono media del desplazamiento con los transportes internos de la ciudad es de 0,3 kg CO2 eq/viaje.

Los resultados obtenidos para Barcelona se han comparado con otros estudios de huella de carbono del turismo y las conclusiones siguen la misma línea; en todos ellos destacan el transporte en avión y el alojamiento. Por otra parte, cuando se compara la huella de carbono de los visitantes con la de un residente, y sin olvidar las diferencias en el tipo de datos y la metodología para su cálculo, las actividades en destino (es decir en la ciudad y sin considerar transporte de llegada y salida) de los excursionistas que visitan Barcelona generan unas emisiones de GEI diarias que son aproximadamente la mitad que las de un residente. Por el contrario, los turistas duplican de promedio las emisiones de GEI respecto a un residente, siendo el alojamiento el elemento diferenciador.

El estudio también evalúa de manera aproximada la huella de carbono de otros ámbitos de actividad relacionados con el turismo como son el comercio, la restauración y los residuos. Ni los residuos ni la restauración tienen un impacto destacable, ya que las emisiones por transporte siguen siendo las más elevadas. La huella de carbono del comercio sería equiparable a la del alojamiento.

Los investigadores consideran que disponer de una visión global de las emisiones asociadas a la actividad turística permite conocer las principales fuentes de emisión de GEI y "a partir de ahí establecer objetivos de reducción y definir políticas y estrategias en los diferentes ámbitos relacionados con el turismo encaminadas a la mitigación del cambio climático ", comenta Jordi Oliver, investigador ICTA-UAB y co-fundador de la spin-off Inèdit.

Una vez identificadas las principales fuentes de emisión de GEI, la investigación también propone un listado de potenciales estrategias para la reducción de las emisiones de GEI del turismo en la ciudad de Barcelona para cada uno de los ámbitos de actividad. En este sentido proponen acciones de información y promoción de la compensación de emisiones de GEI asociadas al viaje en avión, promover que los turistas conozcan y utilicen los modos de transporte público disponibles desde el aeropuerto del Prat hasta la ciudad y fomentar medidas para incrementar eficiencia de los edificios (como la rehabilitación energética) en alojamientos turísticos de la ciudad.