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"El dilema de la autonomía universitaria es que comportamientos irresponsables queden impunes"

Manuel Villoria
La UAB ha entregado el Sello Infoparticipa, creado por el Laboratorio de Periodismo y Comunicación para la Ciudadanía Plural para reconocer la calidad en la comunicación pública local. En el acto, el profesor Manuel Villoria ofreció la charla "El reto de la transparencia".

27/04/2018

Manuel Villoria, catedrático del Departamento de Derecho Público y Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), pronunció la conferencia "El reto de la transparencia" en el acto de entrega del Sello Infoparticipa a la calidad y la transparencia de la comunicación pública local, que tuvo lugar el 25 de abril, en el Rectorado de la UAB.

Parece que ha crecido la sensibilidad de la sociedad respecto a la necesidad de la transparencia informativa de las instituciones y cargos públicos. ¿Es así?

Sí, ha crecido la sensibilidad, lo cual no significa que la gente se preocupe mucho más de entrar en las páginas web, buscar información, y controlar a los poderes públicos. Pero hay algo más de preocupación tanto en la sociedad como en la administración.

¿Y por qué cree que ha sido así?

Desde los medios de comunicación, se ha hecho mucho énfasis en la importancia de la transparencia y se ha venido incorporando a la cultura democrática a través incluso de las series de televisión. La transparencia, en las democracias consolidadas, forma parte del ADN del sistema; pero, en una democracia como la española, que todavía no ha cumplido los cincuenta años, ha entrado poco a poco y todavía tiene mucho por hacer.

Por lo que dice, el papel de los medios de comunicación es determinante.

Para el periodismo, la transparencia es un elemento clave para poder controlar el poder público. Se trata de poder acceder a documentos determinantes; la transparencia en España debe mucho a la presión de los medios, que ven que en otros países se puede acceder a documentos básicos y aquí no.

¿Puede estar ligada esa mayor sensibilidad a un cierto desprestigio de la clase política que ha habido los últimos años?

La clase política se preocupa de la transparencia para, en gran medida, recuperar legitimidad. Se ha perdido confianza sobre todo en las instituciones representativas (parlamento, gobierno y partidos políticos) y una respuesta a ello ha sido "relegitimarse" con más transparencia, mejor rendición de cuentas, más participación ciudadana, menos escándalos de integridad... Lo que pasa es que la transparencia se ha convertido también en un bumerán. A menudo, el uso que se hace de ella para el combate político -sacar temas menores con los que atacar al contrario- está deslegitimando más a la clase política, con lo cual, se da una situación paradójica: generas transparencia para legitimarte pero lo que sale te deslegitima. Es un bucle melancólico.

Supongo que hay que profundizar en la cultura de la transparencia.

Hay que saber usar la transparencia para lo fundamental. Si yo descubro que usted dice que acabó una carrera y resulta que no fue así, es un escándalo terrible; pero igual no genera tanto escándalo que usted esté gestionando algo de forma absolutamente deficiente y haciéndonos perder millones de euros.

¿Estamos quizás obsesionados por conocer cosas como las retribuciones de los cargos públicos y hay otros aspectos que nos afectan más y deberíamos conocer también?

Es lo que llamamos las patologías de la transparencia. Una cosa es la transparencia en sí y lo que implica para el control de la acción pública, y otra cosa es el chafardeo, el cotilleo de lo menor. Lo que ganan los políticos está en las leyes y cualquiera puede acceder a ello trabajando un poco los boletines oficiales del Estado y de las comunidades autónomas; lo realmente preocupante no es lo que pone allí sino lo que pueden obtener por vías corruptas, y eso no va a estar por escrito, descuida... [Ríe]

Es más relevante saber en qué emplean sus horas los políticos, si son eficaces.

Claro. El currículum de los políticos, a mí, me parece algo secundario. Alguien sin una carrera muy prestigiosa en el mundo universitario o profesional puede ser un gran político. De hecho, alguno de nuestros mejores políticos, como Adolfo Suárez, han sido personas que no habían tenido grandes actuaciones profesionales fuera de la política. Lo fundamental es: cuándo dinero gestiona, en qué se lo gasta, cómo se lo gasta y qué impacto tiene sobre nuestra sociedad. Y el gran problema es que eso es lo que no vas a obtener ahora mismo en ninguna web de la administración española.

Y, a propósito del Sello Infoparticipa, ¿cree que las administraciones locales han evolucionado en este terreno?

En Transparencia Internacional, hemos empezado a elaborar índices de transparencia en los ayuntamientos y comunidades autónomas. Hay una mejora clarísima en la transparencia formal: la cantidad de documentación que se va publicando en la página web es ciertamente interesante. Ahora bien, ¿es esa información suficientemente clara y reutilizable? Ahí es donde tenemos problemas. Falta, pues, entrar en una transparencia más profunda, la que permite el verdadero control.

Respecto a la universidad, ¿no es una de las instituciones que más rinde cuentas a la sociedad?

En cierto modo, la universidad rinde cuentas; pero, por otro lado, dada nuestra autonomía, todo depende de los equipos rectorales y de quién esté al mando. Puede haber universidades que estén rindiendo cuentas bien y otras que no. El gran dilema de la autonomía universitaria es la posibilidad de que comportamientos irresponsables queden completamente impunes. En ese sentido, tendríamos que replantearnos muchas cosas: autonomía sí, pero con más responsabilidad.

¿En qué podría mejorar la transparencia informativa en las universidades?

Hay muchos elementos que podríamos mejorar, como la transparencia económica. Y es bueno tener planes estratégicos, definir indicadores para ver cómo se van cumpliendo, establecer una conexión entre indicadores y presupuesto, etc. Luego, hay que dar más capacidades para que la gente pueda elegir entre universidades y entre carreras. Por ejemplo, ¿por qué no ponemos en abierto todos los trabajos finales de máster, anonimizando el autor, para poder ver la calidad de unos másteres y de otros? Quizás, en unos másteres, los trabajos son de 150 páginas muy rigurosas y, en otros, con quince páginas mal escritas ya te dan el título.

¿Y cuál es su visión de la crisis que ha vivido la URJC a causa del famoso máster de la ex presidenta Cristina Cifuentes?

Cuando creas una universidad al servicio de un partido y de una ideología, y si además la creas mal -sin un buen diseño ni una buena selección del personal, y con gente con pocos compromisos morales-, estás generando las bases para la crisis. Aunque la URJC ha crecido mucho y se ha incorporado una gente cada vez mejor, hay ahí un núcleo que origina, cada cierto tiempo, problemas y escándalos. ¿Cuándo acabarán? Mientras la universidad no sea controlada por grupos distintos a aquellos que contribuyeron a crearla de esa manera, va a ser difícil. La URJC necesita una limpieza en profundidad. Y, después, quizás sea el momento de que recupere o adquiera el prestigio que se merece por la calidad de muchos de sus profesores y alumnos.

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