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Universitat Autònoma de Barcelona

El Alumni de Derecho Álvaro de Juan García, el fiscal más joven del Estado

25 abr 2022
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Una vez finalizado el Grado en Derecho en la Universidad Autónoma de Barcelona decidió hacer las oposiciones de Juricatura, y las aprobó en poco más de dos años. Ahora se ha convertido en el fiscal más joven de todo el Estado, con tal solo 24 años, y está colaborando en el Centro de Estudios Jurídicos en Madrid, por un período de un año.

ImatgeFiscalia

"Es importante que la ciudadanía entienda que somos imparciales ya que no buscamos una condena, sino la verdad"

-Eres el Fiscal más joven de España con tan solo 24 años. ¿Cuál es el secreto de este éxito?

En primer lugar, creo que la oposición de judicatura puede vivirse de muchas maneras, y eso depende de las circunstancias de cada uno. Y creo, de hecho, que como más largo es el calvario, más meritorio es el aprobado.
Dicho lo anterior, estas son mis vivencias. No estoy de acuerdo en que exista un secreto o una fórmula concreta; yo no hice nada en especial. He aprobado pronto, sí, pero me refiero a que no me tomé ningún año sabático, ni hice un master, ni un doble grado, o cosas así. Seguí el ritmo académico natural, me imagino. Es por ello que, si estoy autorizado para dar algún consejo, recomendaría a los estudiantes meterse en oposiciones directamente al acabar la carrera, si es que uno está convencido (lo cual, al tirarse a la piscina, no puede ser de otra manera).

2. Entonces, cómo ha sido el proceso hacia el aprobado? Las oposiciones han sido duras?
Han sido duras de verdad. El porcentaje de aprobados es del 1-2% de la gente que se presenta cada año, para que se haga a una idea.
En mi caso, me levantaba cada día a las 5:30 de la mañana para estudiar, y lloraba mientras estudiaba. Se pierden amigos, familiares, parejas, salud mental y física y autoestima.
Es sórdido. Casi psicopático. Algunos lo llaman cultura del esfuerzo, yo lo llamo terrorismo emocional.


Pero la oposición sigue a pesar de todo. Y hay que reprimir muchos sentimientos; uno se siente como si estuviera dándose cabezazos contra un muro invisible, como el enfermo imaginario de Molière.


Pero no solamente reprimir, también hay que canalizar. Es importante hacer una cosa que te guste, al menos una vez a la semana. Mi refugio era la cocina. Cada día libre de la semana (lo normal es solo tener uno) hacía una receta nueva. Eso y tocar el piano por las tardes me hacía sentirme bien y calmaba la ansiedad. Si se me permite otro consejo, son estas pequeñas cosas las que ayudan a hacer la oposición sostenible a largo plazo.
Todo esto, en mi opinión, imprime carácter (en el buen y en el mal sentido; es un arma de doble filo). El día en que me comunicaron mi aprobado fue el más feliz de mi vida. A ese aprobado contribuyó mi preparador, el ilustre Javier Vázquez Pariente.

3. ¿Y siempre habías querido hacer estas oposiciones, o te habías planteado otras?
Quería ser abogado, hasta que conocí a mi profesor y ahora amigo Jordi, quien me enseñó qué era una oposición y me abrió un mundo desconocido. Tomé la decisión dos semanas antes de acabar la carrera. Fueron muchas las razones para decidir, siendo penalista, ser Fiscal y no abogado. Extenderse en ellas sería demasiado provocador.
Hay, además, una mujer que me convirtió en Fiscal, y no es la presidenta de mi tribunal de oposición; es mi madre. Es una luchadora extraordinaria y algún día aspiro a parecerme un poco a ella. A ella le debo mi pasión por mi trabajo, y mi pasión por la vida.

4. ¿Qué es lo que más te gusta de ser Fiscal?
La posición procesal que asumimos. Puede parecer un oxímoron, pero somos una parte del proceso, e imparciales al mismo tiempo. Es importante que la ciudadanía entienda que somos imparciales ya que no buscamos una condena, sino la verdad. Tenemos el mismo interés en que se condene al culpable, como en que se absuelva al inocente.
La imparcialidad es muy bonita y es un privilegio que tenemos. Y es un medio para velar por el interés público y la legalidad. Por ello, como dice Félix Martín, no somos los mejores por ser Fiscales, sino que precisamente por ser Fiscales, tenemos la obligación de ser los mejores.

5- ¿Qué capacidades o habilidades crees importantes para ser un buen Fiscal?
La elegancia, ya que representamos al Estado y no a nosotros mismos.
Y la elocuencia, ya que ejercemos el ius puniendi a través de la palabra.

6- ¿Cuáles son los mayores retos a superar por la Fiscalía?
Dotar de mayor credibilidad a la justicia, ya que está denostada y creo que injustificadamente.
Como dice José María Mena, la justicia funciona bien en el 99% de los casos. Pero, como todo en la vida, es el 1% de supuestos dudosos el que genera más impacto, ya que somos humanos. Y así vivimos en un cóctel permanente de confrontación y sensacionalismo.
Por tanto, precisamente como promotores de la acción de la justicia, opino que tenemos el reto y responsabilidad de reintegrar su credibilidad para con la ciudadanía.

7- Ahora estás en el Centro de Estudios Jurídicos en Madrid. ¿Qué trabajo haces allí?
Se trata de un período de prácticas de un año. Son seis meses en clase ampliando la formación teórica, y luego seis meses en Juzgados (las trincheras), con casos reales junto con un tutor.
Al margen de la formación, es un período muy bonito, ya que vienen Fiscales de todas partes del Estado después de muchos años en cautiverio memorizando leyes, y todos venimos con las mismas ganas de vivir. La gente es sencilla y maravillosa, y el ambiente inmejorable.

8- Y antes de esto, estudiaste Derecho en la UAB. ¿Cómo recuerdas tu paso por la Universidad?
Es un recuerdo agridulce. Creo que debería haber vivido más, y estudiado menos.
En todo caso, una Universidad de calidad la hacen sus profesores. Cómo olvidar a mis maestros en Derecho Penal; Merche García Arán y Jordi Casas. Ellos han creído e invertido en mí.

También destacar el gran Club de Debate que tiene la Facultad de Derecho de la UAB. No hay nada que recomendaría más a un estudiante que apuntarse. Me cambió la vida, y me dio la confianza necesaria para hablar en público que ha condicionado significativamente mi aprobado (los exámenes de judicatura son orales).

9- Finalmente, ¿qué te gustaría hacer a partir de ahora?
Sin unas bases sólidas, el edificio se derrumba. Lo primero es estudiar y leer mucho y aprender el oficio. Luego ya vendrán las especialidades. Me preocuparé por ese puente cuando llegue el momento de cruzarlo.

En lo personal, lo prioritario ahora es tomarme la vida con más calma. Ganar serenidad, ya que ser impaciente es mi mayor virtud y mi mayor defecto. Sin llegar al estoicismo, creo que todo en la vida tiene sus pautas y sus ritmos, y respetarlos es lo más sano.
Así que el proyecto espiritual es mi proyecto inmediato. Si lo consigo, estoy convencido de que todo lo demás a nivel profesional llegará por si solo a buen puerto.

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