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Borja de Riquer preside la Academia de Buenas Letras de Barcelona

Borja de Riquer
La Academia de Buenas Letras de Barcelona, ​​dedicada principalmente a los estudios filológicos y de literatura catalana, ha elegido una nueva junta que está presidida por el historiador Borja de Riquer, catedrático emérito del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea.

08/11/2018

Borja de Riquer, catedrático emérito del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la UAB, ha sido elegido como nuevo presidente de la Academia de Buenas Letras de Barcelona, ​​institución fundada en el siglo XVIII que se dedica principalmente a los estudios filológicos y de literatura catalana. La nueva junta incorpora también a los profesores de la UAB Jordi Maluquer, José Martínez Gázquez, Isabel Rodà y José Enrique Ruiz Domènec. De Riquer toma el relevo de Pere Molas, que ha presidido la Academia desde 2006 hasta ahora.

De Riquer es profesor de la UAB desde 1969 y catedrático de historia contemporánea desde 1988. Ha sido director del Departamento de Historia, vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras y miembro del Claustro de la UAB. Ha dirigido el Grupo de Historia del Parlamentarismo y el Servicio de Documentación Bibliográfica de Historia de Cataluña de la UAB. En 1991 recibió la medalla de honor de la universidad. Además, ha dictado cursos y seminarios en numerosas instituciones académicas de Europa y América Latina.

El nuevo presidente de la Academia de Buenas Letras es especialista en historia del siglo XX, en especial del catalanismo político y del franquismo, así como en la figura de Francesc Cambó. Ha publicado más de doscientos trabajos entre libros, colaboraciones en obras colectivas y artículos en revistas especializadas, y ha sido codirector del proyecto de Diccionario biográfico de los parlamentarios españoles, 1810-2000, financiado por las Cortes Generales. Entre otras responsabilidades institucionales, ha sido presidente de la comisión asesora del Memorial Democràtic y miembro de las dos comisiones de expertos nombrados por el Ministerio de Cultura y por la Generalitat para resolver el contencioso de la documentación catalana depositada en el Archivo de Salamanca. En 2002 recibió la distinción de investigador reconocido por parte de la Generalitat.