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“Me interesan las cuestiones estratégicas: las misiones, el rol del museo, la relación del museo con la sociedad y la planificación del patrimonio”

Pepe Serra, director del MNAC
Entrevista a Pepe Serra, Historia del Arte UAB, y actualmente director del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). 

17/04/2019

Pepe Serra, titulado en Historia del Arte UAB, ha dedicado toda su trayectoria a la gestión de museos y es actualmente el director del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). 

Hablamos con el sobre el perfil que debe tener un director de un museo actualmente,  y también sobre los retos de los museos en el siglo XXI y sobre el panorama museístico de Cataluña. 

¿Por qué decidiste estudiar Historia del Arte y por qué escogiste la UAB? 
Estudiar Historia del Arte está provocado directamente por un tío abuelo mío, Eudald Serra, un escultor de los años 30, un escultor surrealista, que después se fue al Japón, un personaje relativamente conocido en el mundo del arto. Y yo trabajaba mucho con el, estaba siempre en su taller, en la Fundación Folch, donde había una colección de arte primitivo muy buena. Y es él quien marca un poco esta inclinación y también en casa. Hay un contexto que me condiciona mucho hacia esta mirada  con bastante naturalidad. La Autónoma me pareció un sitio más abierto, con más capacidad de mezclar disciplinas, una mirada menos estricta en los temas curriculares, menos restringida, donde podías personalizar tu currículo. Y también la idea de estar en un sitio que es un campus, ves otra gente, lo que llaman el currículo no escolar, todo eso que pasa mientras estudias, que es tan importante como lo que estudias. Me fe bastante fácil escogerlos y en mi caso, acerté. 

¿Cómo fue la experiencia?
Yo viajaba mucho por mi tío y por los intereses que tenía y me perdía a veces semanas de clases, pero el recuerdo que tengo es bueno, la relación director con los profesores, con compañeros de otras facultades, y la experiencia fue muy buena. Yo vivía en el centro de Barcelona y me gustaba ir y volver en tren, conocer a gente. 

¿Tuviste claro des del principio que te querías dedicar a la gestión cultural? 
Yo comencé montando exposiciones, y fui encontrando mi camino. Me gustaba más esta vertiente de definir las misiones del museo, de trabajar la vertiente educativa y social del museo, proyectarlo, mientras que otra gente prefiere investigar. Soy un perfil un poco extraño, siempre que hacemos una reunión alumni, pido perdón a los profesores, porque no respondo al perfil académico puro de la universidad. A mi me encanta el arte y tengo artistas en al familia, pero no me interesa tanto investigar y publicar como la cuestión estratégica, las misiones, el rol del museo, la relación del museo con la sociedad, como planificar la conservación y la planificación de todo este patrimonio y después el disfrute personal del arte, pero no tengo un perfil de investigador. Escribo muy poco en el museo, pero en cambio, trabajo mucho en las salas. Estoy rodeado de estudiosos que están todo el día estudiando y publicando y está muy bien, porque alguien lo tiene que hacer. Un director o directora de museo no tiene tiempo de hacer esto. 

Explícanos un poco tu trayectoria. 
Estuve unos años en el MACBA coordinando exposiciones, y exposiciones itinerantes. En ese momento el MACBA estaba comenzando, eran años difíciles, pero ya viajaban exposiciones fuera y eso fue muy interesante. Llevamos exposiciones a Suecia, Holanda, Italia, también por el estado español y aprendí mucho, también del trabajo con artistas vivos, estuve un tiempo con Miquel Molins y con Manolo Borja. Después en la Pedrera, me ofrecieron ser el jefe de programas públicos, coordinar las actividades, la parte educativa y la parte de gestión del edificio. Tengo un recuerdo muy bueno. Y después estuve un tiempo en la Generalitat, en la subdirección de museos, y también aprendí mucho, porque conoces los 400 museos del país, porque la realidad son estos 400 y no el MNAC. 

Un reto y una oportunidad muy importantes par tu carrera, fue asumir la dirección del museo Picasso el 2006.
Sí, fue una entrada muy complicada. Me presenté porque me animaron mucho los compañeros y conocidos y hubo mucha polémica, muchas quejas, porque no soy un especialista en Picasso. Había una dirección anterior que había estado casi 25 años y el sitio creo que  necesitaba un revulsivo des de otros puntos de vista. Me lo pasé muy bien, me da un poco de lástima porque me fui un poco ponto, estuve 6 años y tendría que haber estado 3 o 4 años más, pero se hizo mucho trabajo: se abrió el centro de estudios y de investigación, el servicio educativo, se hizo una red con Gòsol, proyección internacional. Es un museo muy pequeño, éramos 30. El reto funcionó muy bien y el equipo hizo muy buen trabajo, los objetivos se cumplieron con creces y conseguimos incluso que el museo fuese una fundación con gestión propia y más autonomía. Lo añoro un poco, no lo puedo esconder. 

Ahora diriges el MNAC, ¿como fue el cambio?
Aquí somos 300 y todo es más grande, todo es más complicado, hay mucha más presión que allí. Hagas lo que hagas, hay una especie de tensión permanente. También me lo estoy pasando muy bien, pero en el museo Picasso puedes reunir a todo el equipo y decidir una cosa por la mañana y a la tarda decidir otra. Este barco [el MNAC] para cambiarlo de rumbo, cuesta muchísimo, es muy complicado, necesitas más años para transformarlo. 

El MNAC no está en cualquier ciudad, está en Barcelona, un polo de atracción turística. ¿Como está el museo a nivel de visitantes internacionales? 
El MNAC es un caso extraño en esta ciudad, porque en la mayoría de museos, el porcentaje de visitantes extranjeras es muy alto, pero este como tiene unas colecciones en gran parte muy nacionales, tenemos un 50% de visitantes locales, un porcentaje muy alto. El museo tiene un gran margen para crecer, hay problemas de acceso, estamos en una montaña y está bien, hay buenas vistas, puedes pasar el día aquí, hay árboles, no hay tanta contaminación, pero acceder no es fácil. Aun no estamos en la primera línea del menú de un turista, porque el turista que viene a Barcelona tiene unas marcas en la cabeza: Picasso, Gaudí…Pero como somos una ciudad de repetición, es una ciudad donde al gente vuelve, en una segunda visita sí que podemos ser una opción muy buena, sobretodo para los extranjeros. Lo que estamos haciendo es crecer en todas las direcciones, nos interesan los vecinos del Poble Sec, nos interesan los ciudadanos de Barcelona, de Catalunya, los europeos, los internacionales. Son trabajos diferentes y se tienen que hacer todos a la vez. 

En el siguiente video, profundizamos con Pepe Serra sobre el rol del director de museos, sobre los retos de los museos en el siglo XXI y sobre al panorama museístico en Catalunya: