Bienestar animal
Severidad, sufrimiento y protocolo de supervisión
Es imprescindible valorar la severidad o el posible sufrimiento de los animales antes de iniciar un procedimiento, con el fin de contraponer los supuestos beneficios aportados por el procedimiento y el “daño” causado por el mismo procedimiento, entendiendo como tal la intensidad y duración del padecimiento experimentado por los animales utilizados.
En función de esta valoración, podremos establecer el adecuado protocolo de supervisión para detectar el sufrimiento durante la realización del procedimiento y determinar así unos parámetros cuantificables que nos permitan aplicar las medidas correctoras adecuadas para eliminar al máximo este sufrimiento.
Escaleras de severidad
- Sin recuperación
- Severidad leve
- Severidad moderada
- Severidad severa
Anexo IX del RD 53/2013 de 1 de febrero
http://ec.europa.eu/environment/chemicals/lab_animals/pdf/Endorsed_Severity_Assessment.pdf
http://ec.europa.eu/environment/chemicals/lab_animals/pdf/guidance/severity/es.pdf
http://ec.europa.eu/environment/chemicals/lab_animals/interpretation_en.htm
Valoración del sufrimiento
En todos los procedimientos experimentales, y especialmente en los de severidad media o alta, hay que incluir un protocolo de supervisión de los animales que permita aplicar medidas correctoras del sufrimiento, como la utilización de analgésicos o el sacrificio por razones humanitarias.
Uno de los protocolos más útiles es el propuesto por Morton y Griffiths (Morton D B & Griffiths P H M, 1985, «Guidelines on the recognition of pain, distress and disconfort in experimental animals and an hypothesis for assessment». Veterinary Record, 116: 431-436).
Este protocolo de supervisión permite cuantificar el padecimiento causado por un procedimiento. Se consideran cinco variables y a cada animal se la asigna una puntuación por variable.
Las medidas correctoras sugeridas en función de la puntuación obtenida por cada animal son las siguientes:
Protocolo de supervisión
Algunos de los parámetros propuestos por Morton y Griffiths (1985) son de difícil aplicación práctica y proponemos, por lo tanto, un protocolo de supervisión modificado, más aplicable en la práctica habitual. No obstante, cada protocolo de supervisión se debe establecer teniendo en cuenta el tipo de procedimiento y la especie en la que se aplicará.