Sala de prensa Prensa y medios

Catalunya resiste el estrés demográfico pero paga un precio alto a nivel social

GraficStresDemografic
Catalunya ha pasado de los 6,2 a los 7,5 millones de habitantes, con más de 1,7 millones de personas llegadas de 2000 a 2014, aunque a partir de 2008 la inmigración ha caído a la mitad. La edad media del primer matrimonio se ha alargado en 4,5 años; y entre el año 2000 y el 2013, el 26,6% de los nacimientos registrados tenían padre o madre nacido en el extranjero.

11/05/2016

El Centro de Estudios Demográficos (CED) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) analiza el crecimiento, la formación de la pareja y la fecundidad, la longevidad, y los movimientos migratorios en la Cataluña del siglo XXI en un artículo titulado "Resiliencia y estrés demográfico en la Cataluña del siglo XXI ", publicado en la revista de divulgación" Perspectivas Demográficas "(abril, 2016). Su autor, el investigador Andreu Domingo, define la demografía catalana como un "sistema Resilis", por la "capacidad de volver al equilibrio después de una situación crítica y señala el ritmo cada vez más intenso y abrupto de su evolución ".

Según el investigador, el sistema demográfico en Cataluña está absorbiendo parte de las tensiones creadas por la crisis y las contradicciones que genera la sociedad de mercado en el proyecto de modernidad.

A pesar de la drástica caída de la inmigración, y la notable emigración a partir de la crisis económica, el descenso inmigratoria parece estabilizarse en el año 2014: el paisaje humano se transformó radicalmente en sólo 5 años, y ahora, con cambios menos perceptibles , sigue cambiando.

Descenso hasta la mitad de la inmigración
En Cataluña los nacidos en el extranjero han pasado a representar el 17% de los empadronados, mientras que el peso de los oriundos del resto de España ha disminuido hasta el 18,3% y los nacidos en Cataluña hasta el 64,7%.

También ha variado sustancialmente la distribución por edades: mientras que la población nacida en el extranjero se hacía presente en la edad activa, los nacidos en el resto de España (representantes de las migraciones del siglo XX,) envejecían: 48, 5% de los nacidos en el resto de España eran mayores de 64 años.

A partir de 2008, con la crisis económica, el crecimiento ha comenzado a descender rápidamente a consecuencia del saldo migratorio. La pérdida de población podría haber tocado fondo en 2013, con 45.000 personas menos. Asimismo se ha incrementado la emigración, casi 800.000 salidas, de las que sólo un 14% han sido protagonizadas por autóctonos. Más del 90% del crecimiento de la población catalana se ha debido al saldo migratorio. "La accidentada evolución de la población en Cataluña, dependiendo de flujos migratorios, nos obliga a la constante redefinición", dice el investigador del Centro de Estudios Demográficos, Andreu Domingo.

"Cada vez más y con demasiada frecuencia, por una parte de la población, el éxito económicamente y profesionalmente significa renunciar a tener pareja y/o hijos, o irse del país", explica el autor del estudio e investigador del CED de la UAB.

"Todo el esfuerzo debe ir dirigido a construir elementos que posibiliten la cohesión social, ya luchar contra esa economía de mercado que deja a las personas a la intemperie y hace crecer la desigualdad", y añade que "quizás es el mejor momento para nos preguntamos hacia dónde vamos, deomogràficament hablando ".

Esperanza de vida: alta y se acorta la diferencia entre hombre y mujer
El estudio constata que con 80,4 años de esperanza de vida para los hombres y 85,9 para las mujeres, Cataluña se sitúa en la parte más alta de la esperanza de vida de los países del mundo. En el año 2000 la distancia entre la esperanza de vida entre hombres y mujeres en Cataluña era casi 7 años mientras que el 2014 esta había disminuido a 5,5 años.

Las ganancias se concentran cada vez más en las últimas edades, siendo la mejora en la salud a partir de los 65 años el componente que más hace crecer la esperanza de vida. El mismo año 2014 se estimaba que los hombres de 65 años vivirían todavía 19 años más, mientras que las mujeres podían añadir 23,1 años de vida.

De seguir con el ritmo de crecimiento registrado desde el año 2000, por cada año vivido añade 0,2 años más de vida a partir de los 65 años.

"Esto ha sido resultado tanto de la eficiencia creciente del sistema sanitario como de cambios en determinados hábitos de la población", dice Andreu Domingo, autor del informe e investigador del CED.

La histórica diferencia, en parte, un componente biológico a favor de la genética femenina, y uno social, a favor de las mujeres, que se abstenían de los hábitos más perjudiciales que hacían disminuir la salud y supervivencia de los hombres.

Hoy en día, la esperanza de vida entre hombres y mujeres se acerca debido a la adopción de hábitos perjudiciales para la salud entre las mujeres -especialmente el tabaquismo- y la corrección entre los hombres.

Cambios en la familia y la pareja
La inmigración y el modelo económico impactan sobre las pautas de formación de pareja y la familia: cambian la forma, el número y las características de las personas que forman pareja. Desde 1999 los matrimonios se han reducido en un 19% y han cambiado su forma: el 83% del total de registrados en 2014 eran civiles, mientras que a finales del siglo XX sólo lo eran una tercera parte.

La edad media al primer matrimonio se ha alargado en 4,5 años (34,3 años para los hombres y 32,3 para las mujeres) y casi la mitad de las parejas entre 25 y 34 años cohabitan.

En 2014, el 47% de los hijos eran nacidos fuera del matrimonio. El número de rupturas ha crecido ligeramente, después de haber tocado techo en 2006 con 27.846 roturas.

Entre 2000 y 2013, el 26,6% de los nacimientos registrados tenían padre o madre nacido en el extranjero. Una vez llegada la crisis, los nacimientos y la fecundidad han descendido tanto entre las autóctonas como entre las inmigradas.

ARTÍCULO DE REFERENCIA: Domingo, Andreu: "Resilencia y estrés demográfico en la Cataluña del siglo XXI": Revista Perspectivas Demográficas, abril 2016.