"Los jóvenes de hoy en día tienen un potencial espectacular, y hay que ayudarles a que confien mucho más en ellos mismos"
Marcos García, ingeniero en Telecomunicaciones por la UPC. Después de estar un tiempo en una consultoría, trabajando en recursos humanos, entró en Médicos sin Fronteras, donde ha sido responsable de selección y desarrollo de personas durante los últimos seis años. Ahora imparte seminarios motivacionales desde "The Passion Generation".
-¿De qué hablarás en el seminario?
Hemos aprendido que el trabajo es un peaje que tenemos que pagar y nosotros intentamos transmitir a los jóvenes a que salgan de la zona de confort y luchen para encontrar lo que les guste. Damos herramientas para identificar lo que quieren, ya que eso te hace mucho más competitivo en tu trabajo. Cuando una persona se presenta en un lugar convencida de que quiere estar allí, esto por sí solo ya la hace mucho más competitiva. !Es posible encontrar la plenitud en el trabajo!
Es un seminario en el que no decimos "si quieres, puedes". No estamos para invitar a la gente a hacer tonterías. Deben encontrar realidades monetizables. Lo que queremos es que identifiquen una pasión individual que los guíe. Y tres de cada cuatro lo consiguen, en la semana que dura el seminario, y los cuatro se llevan herramientas que mañana pueden utilizar cuando estén preparados para hacer esta reflexión. Les hacemos pensar, trabajar, hacer headlines, .... El objetivo final es que entrenen una forma de pensar que no saben. Pero cuando la captan, es muy fácil. Nadie nos conoce mejor que nosotros mismos
-¿Cuáles son las herramientas que dais en el seminario para lograr esto?
-Por una parte, les ofrecemos una serie de pensamientos, verdades absolutas que aceptamos sin entenderlas demasiado (por ejemplo que el éxito da la felicidad, y se sabe que esto no es así, !el éxito no da la felicidad!). La herramienta principal es intentar evitar que hagan la pregunta: ¿qué me gusta hacer? Esta es una pregunta poco efectiva y no necesariamente lleva a ningún sitio.
Pero esta pregunta, ¿no sería la clave?
-No. Nosotros creemos que no. Este tipo de preguntas aceptan respuestas demasiado amplias, todas buenas, y no necesariamente te acercan a la plenitud en el trabajo.
-¿Y cuál es, pues, la pregunta que deberían hacerse?
-Pues preguntas que no te lleven a preguntar el qué sino para qué. ¿Qué quieres cambiar o en qué quieres contribuir? ¿Qué necesidad te gustaría resolver? Es una buena pregunta porque no acepta cualquier cosa. Les invitamos a responder cosas que implican algún tipo de emoción para ellos. Esta pregunta te lleva a una necesidad que hay, y si hay una necesidad es que hay un potencial cliente, y si hay un potencial cliente, es que hay una potencial empresa y si hay una potencial empresa es que hay trabajo! Llegar a un qué desde el para qué creo que es mucho más efectivo que si me preguntan si quiero ser abogado o quiero ser auditor.
-¿Y las empresas también van por ahí? ¿Se ajusta esto a la realidad que se encuentran en el mercado laboral?
Yo creo que la empresa piensa de esta forma, aunque muchas veces no lo sabe. Este discurso no lo tienen las empresas pero sí que ellas detectan qué personas desean trabajar con ellos. Todo reclutador o seleccionador, cuando tiene una persona delante, o conecta o no conecta. Las empresas se encuentran con gente con mucho talento, que saben mucho de algo, pero no con la motivación necesaria. Esto provoca incertidumbre y hace que la gente sea menos efectiva en el trabajo.
-¿Qué hace un ingeniero de Telecomunicaciones como tú haciendo estos seminarios motivadores?
-Al final yo creo que casi cualquier carrera te puede llevar a todo trabajo, excepto cuando quieres ser médico, que entonces está claro que tienes que estudiar Medicina, por ejemplo. Yo lo veo a mi alrededor. Y muchas veces los jóvenes no lo ven esto. Yo hice Telecomunicaciones, y de ahí me fui al mundo de la consultoría y Recursos Humanos aunque la plenitud real, de sacar lo mejor de ti cada día, me llegó cuando cambié el mundo humanitario. A Médicos Sin Fronteras.
Allí vi la diferencia entre ir trabajar, y la de ir al trabajo para volver a casa con orgullo de lo que has conseguido, con una explosión de emociones, y una ambición para hacer cada día mejor lo que haces. Este "click" lo hice allí. Uno de los motivos por los que me dedico a dar estas conferencias es por lo que me pasó allí. Ahora estoy de excedencia por temas familiares, pero al final de este año mi idea es volver a MSF.
-¿Pero es muy diferente reclutar personas para una organización humanitaria que para una empresa, no?
Bueno, en el fondo, en el fondo, no es tan diferente: buscamos una série de capacidades y una serie de motivaciones, como el resto de empresas. No creo que la gestión de recursos humanos sea tan diferente. Sí, sí, MSF es particular porque el compromiso de la gente es muy grande. La gente está comprometida desde el principio y es espectacular lo que hace. Da lo mejor desde el principio. La fórmula de éxito de una organización es justamente esta: tener gente que ve en la organización hacer posible una cosa, que individualmente, a la persona le llena.
-¿Algún momento especialmente emotivo?
Los ha habido muchos. Pero este pasado año el Ébola fue un momento complicado. Otros... Siria, Sudán del Sur, República Sudafricana y Congo han sido zonas muy delicadas. Han sido momentos difíciles y yo personalmente me he sentido muy orgulloso de la labor que hemos hecho. Ha sido un placer y un lujo formar parte de este equipo.
-Tú que haces tantas charlas en diferentes universidades de Cataluña (UAB, UPC, Universidad de Girona, etc ..) y de fuera de Cataluña (Universidad de Cantabria, etc.), ¿como ves la juventud de hoy en día?
Bueno, las charlas creo que las hacemos a un colectivo que es privilegiado, que son los jóvenes que están en la universidad, formándose, no es toda la juventud, eso que quede claro. Pero mi experiencia del contacto con ellos es que es un colectivo con un potencial espectacular, mucho mayor que las generaciones anteriores. Creo que muchas veces ni ellos mismos no creen en el potencial que tienen, y ni la sociedad tampoco confía en ellos. Creo que deberíamos tener mucha más confianza en ellos y la tendencia que existe es la de "tiempos pasados fuerón mejores", y eso es totalmente incierto.
Tienen la necesidad de encontrar cosas importantes en el trabajo. En generaciones anteriores eran mucho más conformistas, en el trabajo. Antes estaba socialmente aceptado que el trabajo era un medio para vivir y eso ya era suficiente, y creo que a los jóvenes de ahora este modelo no les encaja, pero esto es bueno. Por otra parte, desean algo diferente pero se encuentran que les enseñamos con las herramientas de antes. Esto les crea una desconexión total. Ellos quieren conseguir cosas importantes pero la formación que reciben es la de antes.
-¿A qué te refieres?
-Las tareas están totalmente jerarquizadas. Preferimos que estudien ADE o Ingeniería, por ejemplo, que Música u otras materias. Los jóvenes estudian cosas más para agradar que para que les guste. Y esta elección, aparte de que no es sana, no es efectiva. Me cuesta encontrar jóvenes que no piensen así, porque los estamos enseñando como antes.