La UAB disminuye un 55% las emisiones de CO2 y se propone seguir reduciendo el impacto medioambiental de la universidad
La Autónoma se prepara para reducir en los próximos años sus emisiones de CO2, entre otras medidas, para minimizar el impacto medioambiental que generan la actividad de la universidad. En solo un año, la UAB ha conseguido rebajar más de un 50% estas emisiones y ya pone en marcha varias acciones para seguir disminuyendo este índice.
En solo un año, del 2017 al 2018, la universidad disminuyó sus índices de contaminación un 55% y este año sigue trabajando para disminuirlos todavía más. En el 2017, a pesar que 6 de cada 10 personas acudíamos a la UAB mediante transporte público, el transporte privado generaba 13.322 toneladas de CO2. Eso significa que cerca del 70% de las emisiones que generamos al acceder al campus provienen del vehículo privado.
La universidad ha impulsado un servicio de bici y ha fomentado el uso de nuevas líneas de bus, tanto interno como externo. Además, ha intentado minimizar el número de viajes de trabajo y se ha buscado, en todos ellos, la alternativa más sostenible.
La obtención de energía renovable es otro punto central de esta nueva línea de actuación. De toda la electricidad gastada en el 2018, el 60% de la energía total era renovable. En total, se gastó un 3% menos de energía que el año anterior, cosa que supone un cambio de tendencia importante.
Sucede lo mismo con el agua y la generación de residuos. Las nuevas acciones, como por ejemplo el uso de una jardinería sostenible o una APP para la recogida selectiva de basura, hacen que estos últimos años se haya visto un cambio de costumbre en el campus.
La Universidad, por tanto, trabaja para reducir el impacto ambiental y confía en poder minimizar, aún más, su huella ecológica en el 2020.