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La crisis económica provoca el aumento de los estudiantes que combinan estudios y trabajo

Estudiant Universitària
Istock/demaerre
Un estudio del Grupo de Investigación en Educación y Trabajo constata que entre 2008 y 2014 el porcentaje de estudiantes que estudiaba y trabajaba a la vez pasó del 59 al 67% y alerta de que se pueden estar generando nuevos mecanismos de desigualdad interna en la universidad.

02/05/2017

En la última década, y en especial coincidiendo con la crisis, se ha reducido el perfil tradicional del estudiante universitario que estudia a tiempo completo y ha aumentado el del estudiante que compagina trabajo y estudios, especialmente entre aquellos con una situación social más desfavorecida. Esto muestra que los estudiantes adaptan sus estrategias para asistir en la universidad al contexto actual, pero puede estar generando nuevos mecanismos de desigualdad interna.

Así lo indican investigadores del Grupo de Investigación en Educación y Trabajo del Departamento de Sociología de la UAB, que han publicado un estudio en el European Journal of Education, en que han analizado la experiencia de compaginar estudios y trabajo de los graduados universitarios.

La investigación se ha centrado en observar la evolución del fenómeno entre el 2005 y el 2014 en relación al rendimiento académico y a la inserción laboral futura, en términos de calidad ocupacional, así como el impacto de la crisis económica. También ha valorado la influencia del nivel educativo de los padres, como un factor relacionado con el origen social y económico de los jóvenes universitarios.

Los datos analizados, extraídos de encuestas de la Agencia de Calidad Universitaria de Cataluña, indican que los estudiantes que compaginaban estudios y trabajo pasaron de ser el 59% en 2008 al 67% en 2014.

Este aumento fue generalizado en todos los perfiles de estudiantes -y especialmente entre los de origen medio y alto-. Pero sólo entre el grupo de origen social más desfavorecido se produjo un aumento de los porcentajes tanto de los que trabajaban a tiempo parcial como de los que lo hicieron a tiempo completo, que pasaron del 38 al 47%.

Estudiar y trabajar a la vez penaliza académicamente a los estudiantes, que obtienen peor nota que los que no trabajan. Coincidiendo con la crisis, por ejemplo, los que tenían un trabajo a tiempo completo relacionado con los estudios fueron los que otuvieron peor nota, probablemente para centrarse, en una época difícil para la ocupación, en mantener su puesto de trabajo.

Además, es especialmente negativo para los jóvenes de origen familiar educativo más bajo, que son los que trabajan más a tiempo completo y en trabajos no relacionados con los estudios, lo que les comporta una peor calidad ocupacional en la inserción laboral futura. Los datos evidencian que las condiciones de vida de estos estudiantes en la universidad han empeorado, teniendo en cuenta que al hecho de ser ya una minoría entre el alumnado hay que sumar que necesitan contribuir más a la economía familiar.

El acceso, las condiciones de vida y la participación en la universidad pueden convertirse en nuevos ejes de desigualdad que supongan nuevos obstáculos para los estudiantes con necesidades económicas que tienen que trabajar durante los estudios y una barrera para su continuidad educativa, puesto que tienen que competir con notas más bajas para el acceso a becas y a estudios de tercer ciclo”, destaca Albert Sànchez-Gelabert, quien ha liderado el estudio junto con Marina Elias.

Por tanto, indican los investigadores, sería necesaria una intervención a nivel institucional, con la introducción de mecanismos de apoyo específicos para estos estudiantes. Algunas de las propuestas pasan por la ampliación de la oferta de estudios semipresencial, servicios de ayuda en plataformas virtuales, una mejora en la accesibilidad y flexibilidad del profesorado y la introducción de mecanismos que minimicen la penalización académica que supone estudiar y trabajar.

Importancia del capital social

Los investigadores han comprobado también que, según los niveles formativos familiares, se produjeron diferencias en el nivel ocupacional de los estudiantes coincidiendo con el periodo de crisis: los hijos con padres con mayores niveles educativos hallaron más y mejor trabajo, probablemente debido en la capacidad de movilizar su capital social -relaciones de amistad y familiares.

Aun así, en términos generales combinar trabajo y estudios tiene efectos positivos para una mejor calidad ocupacional una vez finalizados los estudios, sobre todo cuando el trabajo ha estado relacionado con la disciplina estudiada.

Los resultados están en línea con otros que hemos llevado a cabo, que indican que entre 2008 y 2014 la estratificación interna en las universidades parece haber aumentado. Por ejemplo, en los datos de matriculación pre y post crisis hemos observado más matriculaciones en los títulos con mayor inserción laboral, probablemente porque, en muchos casos, ya durante la carrera los estudiantes tienen que compaginarlos con el trabajo. También estamos viendo que los jóvenes de familias con menos recursos se decantan más por titulaciones con una buena inserción laboral, pero también más baratas y más fáciles de acabar”, apunta Marina Elias.

El estudio no ha analizado el impacto de la implantación de Plan de Bolonia sobre el fenómeno, porque los graduados estudiados en 2014 no habían experimentado la reforma, pero apunta que la situación se puede haber vuelto más difícil para los estudiantes que estudian y trabajan a la vez, porque requiere una mayor presencia física del alumnado y hace más difícil poder cumplir con los requisitos de las instituciones.

Artículo: Albert Sanchez-Gelabert, Mijail Figueroa, Marina Elias. Working whilst studying in higher education: The impact of the economic crisis on academic and labour market success. European Journal of Education. DOI 10.1111/ejed.12212.