Francisco Veiga relata los antecedentes del conflicto de Ucrania
Aludiendo en el título al presente año pero también a Catch-22, la novela de Joseph Heller, el catedrático de historia contemporánea de la UAB Francisco Veiga ha publicado Ucrania 22 (Alianza), un ensayo en el que describe el contexto político e histórico, desde los últimos años de la Unión Soviética hasta la actualidad, del conflicto bélico que sacude actualmente Ucrania. El autor propone un vasto relato que ayuda a comprender las causas del conflicto y los motivos de cada uno de los actores que están interviniendo.
La "Trampa 22" que ha conducido a la situación actual se refiere a la diplomacia y las políticas erráticas de las potencias occidentales durante los años que precedieron a la incursión del ejército ruso en Ucrania. Como afirma Veiga en el último capítulo del libro, se trata de "la solución en falso a cualquier problema abordándolo desde la burocratización más absurda" (p. 289). Y lo explica con más detalle a continuación: "La Trampa 22 fue un Yanukovich y una Ucrania sin salida ante la disyuntiva de firmar el acuerdo de asociación con la Unión Europea o hacerlo con Rusia para la integración en la Unión Aduanera Euroasiática. (...) La Trampa 22 fueron los acuerdos de Minsk destinados a no ser cumplidos y a prolongar la guerra civil en Ucrania hasta enlazarla con la intervención rusa. Pero la Trampa 22 fueron también unas sanciones contra Rusia que convirtieron a la Unión Europea en rehén del conflicto entre Moscú y Washington, al mismo nivel que Ucrania" (p. 290).
Antes de llegar al contexto específico del conflicto actual, el relato de Veiga rastrea principalmente la intervención de Estados Unidos en las sucesivas convulsiones políticas y conflagraciones que han acontecido en Europa oriental desde el mismo hundimiento de la Unión Soviética, que no fue un fenómeno observado pasivamente desde Washington sino un proceso en el que el gobierno de George Bush jugó un papel mucho más activo de lo que parece, estableciendo una fluida comunicación con Boris Yeltsin ya desde los últimos años de la Unión.
Fue precisamente durante la descomposición de la superpotencia soviética cuando se consolidó el papel crucial de los nacionalismos para forzar crisis políticas, cambios de poder o enfrentamientos armados: Ucrania 22 nos recuerda que, desde 1991 hasta hoy, el Este de Europa ha conocido desde episodios de insurrección como las llamadas revoluciones de colores hasta conflictos como los que sucedieron a la secesión de Yugoslavia o los del Alto Karabaj, Abjasia, Moldavia u Osetia del Sur. En ese contexto, Ucrania siempre fue vista por los analistas y diplomáticos estadounidenses como un territorio crucial para contener el poder y la influencia de Rusia. De ahí el objetivo, largamente perseguido, de incorporarla a la Unión Europea y a la OTAN: "La guerra que estalló allí en febrero de 2022 fue la guerra de Putin, desde luego; pero también la de Biden" (p. 215).
Veiga describe el devenir de la Ucrania independiente que, desde 1991 hasta hoy, ha tenido un volátil y complejo sistema de partidos políticos y una clase oligárquica tan influyente como corrupta. El Euromaidán de 2014, que recogió en un principio el hartazgo de la población frente a la clase política, tuvo como consecuencia el fortalecimiento de grupos de extrema derecha y neonazis -"la ultraderecha ucraniana influyó de forma decisiva en la estrategia y el timing del Euromaidan" (p. 120)- que no representaban más que a un sector muy minotirario de la sociedad ucraniana pero que fueron decisivos en el giro violento de los acontemientos.
Tanto en la guerra civil en el Donbas como en la confrontación actual con Rusia, grupos como el famoso batallón Azov han estado en primera línea de fuego y ya plenamente integrados en las fuerzas armadas ucranianas ("la actitud de las cancillerías y buena parte de la prensa occidental con respecto a esta situación tan anómala ha sido uno de los pecados originales más peligrosos en su apoyo al régimen ucraniano surgido del Euromaidan", p. 140). Por otra parte, Veiga relata también en un pasaje del libro como, en el complejo círculo internacional de los grupos ultras, la orientación prooccidental del gobierno de Volodímir Zelenski ha provocado que algunos de esos grupos extremistas simpaticen por Rusia e incluso que hayan cambiado de bando en pleno conflicto para combatir junto a grupos ultranacionalistas rusos y nazbols (nacionalbolcheviques).
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