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Universitat Autònoma de Barcelona

Escritos atribuidos hasta ahora al abad y obispo Oliba fueron obra del gramático Guibert

05 jun 2024
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En el acto académico de su última lección como profesor universitario, Jesús Alturo, catedrático de Paleografía, Codicología y Diplomática de la UAB, ha dado a conocer la investigación más reciente que ha llevado a cabo sobre la figura del gramático Guibert, un personaje muy relevante pero poco estudiado del alta cultura latina medieval catalana. Según el investigador, Guibert fue el autor de poemas y textos en prosa asignados hasta ahora al Abad Oliba, como el Poema fúnebre del conde Ramon Borrell de Barcelona, y a otros autores.

Escrits medievals
Izquierda: Epicedion Raimundi comitis Barcinonensis, poema escrito en latín en homenaje al conde Ramon Borrell de Barcelona. París, BnF, Latin 4951, fol. 92v, copia del siglo XII. Derecha: Carta encíclica anunciando la muerte de Bernat de Tallaferro. París, BnF, Latin 2858, fol. 66v, copia del siglo XI. © Bibliothèque nationale de France.

Jesús Alturo, catedrático del Departamento de Ciencias de la Antigüedad y la Edad Media, ha impartido su lección de jubilación como profesor universitario en el Instituto de Estudios Catalanes (IEC), en un acto académico que ha contado con la asistencia de más de un centenar de personas, entre ellas numerosas personalidades del mundo cultural, eclesiástico y político.  Han estado presentes el consejero de Investigación y Universidades, Joaquim Nadal, que ha presidido el acto, el rector de la Universitat Autònoma de Barcelona, Javier Lafuente, la presidenta del Instituto de Estudios Catalanes, Maria Teresa Cabré, el arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Joan-Enric Vives, el canónigo, coarchivero diocesano y expresidente de los archivos eclesiásticos de España, Josep M. Martí i Bonet, la directora de la Biblioteca de Cataluña, Eugènia Serra, y la decana de la Facultad de Filosofía y Letras, Margarita Freixas.

El profesor Alturo ha desgranado en su ultima lectio, «Llegit en cartes molt velles», los resultados de la investigación que ha llevado a cabo recientemente en diferentes archivos de ciudades de Cataluña, España y Francia sobre la figura de un personaje de la alta cultura medieval catalana: el gramático Guibert. Este vicense «de adopción» que llegó de Lieja, la «Atenas del Norte», para ocuparse de la enseñanza de gramática latina en la proto-Cataluña en la primera mitad del siglo XI, es, en palabras del investigador, «un personaje conocido, pero insuficientemente estudiado, poco desde el punto de vista cultural y nada desde su vertiente de auténtico escritor de una obra de valor literario».

Las particularidades gramaticales, léxicas y estilísticas de los cuatro textos originales de carácter jurídico firmados por Guibert que se conservan y el estudio de unos veinte documentos en los que aparece mencionado han permitido a Jesús Alturo trazar la importante huella cultural que dejó en el territorio y atribuirle la autoría de escritos latinos que permanecían anónimos o habían sido asignados a otros autores. Entre estos autores destaca Oliba, conde de Berga y de Ripoll, abad de Ripoll y Cuixà, obispo de Vic y fundador de la Abadía de Montserrat, una figura fundamental para la historia y cultura de la Cataluña medieval.

Entre los textos que habían sido asignados al obispo de Vic y que Alturo atribuye a Guibert figuran obras como el Poema fúnebre del conde Ramon Borrell de Barcelona, el Poema de los condes enterrados en Ripoll, la Carta encíclica anunciando la muerte de Bernat de Tallaferro, hermano del obispo Oliba, y la Carta de respuesta de Oliba a las condolencias de Gauzlí, arzobispo de Bourges y abad de Fleury. También sería obra de Guibert la Respuesta de la catedral de Vic a la encíclica anunciadora de la muerte de Oliba por parte de los monjes de Ripoll, de la cual se desconocía el autor.

Además, de los dos sermones que se le atribuían aún al Abad Oliba —con anterioridad el investigador de la UAB había descartado un tercero—, Alturo solo le adscribe uno, el de San Narciso de Girona, mientras que el otro, el de San Pablo de Narbona, no es de origen catalán y, por tanto, no sería atribuible ni a Oliba ni a Guibert.

Así, «a pesar de que no se le niega un alto nivel cultural, la aportación personal del obispo de Vic en el campo de la creación literaria quedaría matizada; ejerció más de gestor cultural que de autor literario», ha señalado Alturo.

Por otro lado, Guibert habría participado en la redacción de las constituciones de Paz y Tregua que se establecieron contra la violencia ejercida por los nobles feudales contra los campesinos y que el Abad Oliba introdujo en los obispados y condados catalanes. Este texto no había sido nunca atribuido a ningún autor. Según Alturo, Guibert no solo participó en la redacción, sino que intervino en la formulación de su contenido, en colaboración con el obispo de Vic.

El gramático fue también el responsable principal de la edición crítica de las obras del poeta romano Virgilio, hecha en Vic con la colaboración de sus hijos, principalmente de Berill, autor, según el investigador de la UAB ya demostró con anterioridad, de la copia vicense que se conserva.

«Es poco lo que se ha conservado de los escritos que llevan su firma, pero son suficientes para demostrar sus grandes capacidades y su superior nivel gramatical, léxico y estilístico de la lengua. No solo fue un excelente gramático, también un perfecto literato e incluso poeta de refinada sensibilidad», ha destacado el investigador, que ha explicado que, en un mundo dominado por el uso del latín de tradición meramente medieval, el gramático revitalizó esta lengua, de la que tenía «un dominio altísimo y una expresión muy clara y literaria, con el uso moderado pero efectivo de figuras retóricas como el hipérbaton y las rimas asonantes suaves».

Colaboración estrecha con Oliba y desaparición pública

La colaboración de Guibert con el obispo Oliba habría sido muy estrecha hasta el año 1030, según Alturo, en el que su presencia pública se reduce significativamente a pesar de que no murió hasta el 1054.

Una de las explicaciones que baraja Alturo tras esta desaparición es que Guibert fuera víctima de la envidia. «Da la impresión de que, del mismo modo que Mozart tuvo un Antonio Salieri, él también tuvo uno», ha explicado. En este caso, el personaje de Salieri lo habría encarnado Ponç Bonfill Marc, gran juez y excelente hombre de letras, impulsor y director de la traducción al catalán del Liber iudicum y de la primitiva versión escrita de las Observancias de Barcelona (Usatges). El juez podría haber visto en peligro la exclusiva brillantez de sus méritos por la presencia de un recién llegado que le podía hacer sombra, y haber usado la estrecha colaboración que tenía con la condesa Ermessenda para reducir o eliminar el entusiasmo inicial de Oliba, íntimo también de la condesa, por Guibert.

Aun así, según el investigador, Guibert no perdió nunca la estima, el respeto y la consideración de los más próximos a él: los canónigos de Vic, lo que también le hace pensar si esta menor presencia del gramático se habría podido deber a alguna enfermedad, o al retiro que habría comportado su dedicación a conseguir un texto lo máximo correcto posible de la obra de Virgilio.

Matrimonio por amor y herederos culturales

El investigador ha fijado el año de nacimiento de Guibert hacia el 985 y ha averiguado que, contrariamente a lo que se ha creído hasta ahora, no se instaló en Vic de inicio, sino en Girona, donde, probablemente, enseñó también gramática latina en la escuela de la catedral gerundense.

El gramático llegó a Vic hacia el año 1010, a instancia del obispo Borrell de Osona, que era también abad de Sant Feliu de Girona, posiblemente, apunta el investigador, motivado por el enamoramiento de una rica y probablemente angelicata donna osonenca, Guilla, con quien se casó hacia el 1013.

La actividad como docente de gramática dio frutos en sus propios hijos e hijas. Entre los primeros se encuentran Borrell, después más conocido como Berill y autor de la copia vicense de la obra de Virgilio, Guislabert, futuro canónigo y capiscol de Vic, Isarn, también canónigo de Vic y excelente escribano y escritor, y Ramon, igualmente canónigo vicense. Todos ellos tuvieron un elevado nivel cultural.

De este nivel cultural participaron también las dos hijas, por cuidado y celo de Guibert: Alba de Riuprimer, la única mujer altomedieval catalana con dedicación profesional a la escribanía, dotada de una gran capacidad caligráfica y de un muy buen nivel de conocimiento de la lengua latina: también es ella la primera mujer que escribe algunas palabras en catalán; y Adaleds, también cultivada.

Entre los discípulos a los que confirió su estilo de corrección gramatical y claridad expositiva se encuentran los canónigos Benet y Aleran.

En suma, para Alturo, Guibert es «un ejemplo de la influencia fecunda y fundamental que puede tener el trabajo de una sola persona en el mejor desarrollo cultural de un país. Fue un auténtico humanista avant la lettre, un humanista del siglo XV activo en el siglo XI», ha elogiado.

Otros aspectos que ha destacado el investigador del estudio de la obra de Guibert ha sido la mentalidad abierta del personaje, a quien le detecta incluso una “conciencia social”, por emplear una expresión moderna, que en él derivaba de una vivencia cristiana realmente evangélica. De aquí que vea también su contribución a las constituciones de Paz y Tregua. Fue, además, un personaje estimado y respetado en Vic y sus alrededores, donde a menudo actuó de albacea testamentario, lo que denota la gran confianza que inspiraba.

Alturo ha finalizado su disertación anunciando que los resultados presentados hoy verán la luz próximamente en un libro.

 

Guibert

Superior izquierda: Documento jurídico original escrito por Guibert, gramático, con la firma autógrafa del obispo Oliba, 31 de marzo de 1022. Vic, ABEV, cal. 9, episc. II, núm. 29. © Arxiu i Biblioteca Episcopal de Vic. A la derecha: el El profesor Jesús Alturo, en un momento de su disertación. ©Biblioteca de Catalunya. Oriol Miralles. Inferior: mesa presidencial del acto, con el rector de la UAB, Javier Lafuente, el consejero de Investigación y Universidades, Joaquim Nadal, y el arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives, y vista general de la Sala Prat de la Riba del IEC, que acogió el acto. ©Biblioteca de Catalunya. Oriol Miralles.

 

Poemas de Jordi Llavina y publicación sobre la obra de Jesús Alturo

En el transcurso del acto, el poeta Jordi Llavina ha leído tres sonetos que ha compuesto en homenaje al paleógrafo, y ha presentado el libro Jesús Alturo y Perucho, filólogo, paleógrafo, historiador de la cultura: breve biobibliografía, en el que ha escrito el epílogo.

El volumen, editado por Publicaciones de la Abadía de Montserrat, es obra de Tània Alaix, miembro del Seminario de Paleografía, Codicología y Diplomática de la UAB, fundado y dirigido por el mismo Jesús Alturo, con quien colabora en todos los últimos estudios, y Amadeu Pons, director de la Escuela de Librería. Para los autores, la publicación «es una obra de referencia obligada en todos los temas que el profesor Alturo ha tratado, siempre con innovadoras aportaciones y renovada metodología. Su contenido nos acerca a un conocimiento más exacto de nuestro patrimonio bibliográfico y documental, y contribuye de retruque a su mejor conservación y difusión, poniéndolo al servicio de la sociedad y de nuestro país».

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