"El nuevo censo va a mejorar la calidad de la información sobre la población más desfavorecida"
"El censo en España en 2021 va a ser totalmente diferente, porque se va a basar en registros administrativos y se va a hacer con una metodología novedosa que incorpora Big Data", explica Antonio Argüeso, subdirector del Instituto Nacional de Estadística (INE) que ha participado en un seminario organizado por el CED-UAB.
"En el censo se están usando ya los datos de telefonía móvil para calcular indicadores sobre movilidad de la población".
España será el primer país de Europa con una población mayor de 16 millones de habitantes que ha decidido, a partir del 2021, abandonar el tradicional censo para pasar a uno nuevo que incorpore Big fecha.
Antonio Argüeso, subdirector general de Estadísticas Sociodemográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE), principal artífice de este importante cambio, estuvo hace unos días participando en un seminario organizado por el Centro de Estudios Demográficos (CED), ubicado en el campus de la UAB, para analizar la evolución y futuro de los censos en España, frente a este importante reto que se ha marcado el INE para el año 2021.
-¿Como será este nuevo "producto estadístico público", respecto a lo que se tenía hasta el momento?
Será un verdadero censo, en el sentido que recogerá datos de toda la población, por lo tanto es un recuento exhaustivo; pero la información no se obtendrá enviando cuestionarios a los hogares, sino que se construirá utilizando diferentes registros administrativos y eso es lo que lo hace tan nuevo.
-¿Qué principales cambios comportará con respecto a los datos que se obtengan?
Desde nuestro punto de vista todos los cambios respecto de un censo clásico son mejoras. No tendremos menos información; al menos tendremos la misma información que ofrece un censo basado en cuestionarios, pero es que además podemos obtener datos nuevos (por ejemplo, clasificar las viviendas en función de su consumo eléctrico) y con mejor calidad, más rápido y con más frecuencia.
-Algunos expertos ponen en duda que quede reflejado en este nuevo "censo" el detalle territorial, y las poblaciones pequeñas, anteriormente recogidas, y que no se puedan vislumbrar igual de bien los fenómenos sociales y demográficos emergentes en estos territorios. ¿Es esto así?
Precisamente por eso se hacen las jornadas que acogió la UAB. Es cierto que, entre una parte de la comunidad académica, puede haber reticencias respecto del cambio de modelo por miedo a la pérdida de información; nosotros hemos explicado que este procedimiento introducirá fundamentalmente mejoras y creo que lo hemos sabido transmitir durante estas jornadas. Por supuesto no se perderá detalle territorial en el conocimiento de la población, esto lo podemos garantizar.
-La aplicación del Big Data está claro que multiplicará las posibilidades de los censos o estadísticas públicas, pero también imagino que supone un handicap porque se tratará con un mayor número de datos personales y el anonimato puede peligrar.
Estas nuevas fuentes de datos son una oportunidad enorme y, definitivamente, el INE apuesta por incorporarlas pero tenemos que ir con mucho cuidado en este proceso. Hay que entender estos datos, saber explicarlos, saber tratarlos. No es tan fácil como puede parecer ni habrá una revolución inmediata en nuestras estadísticas. En el caso del censo, se están usando ya los datos de telefonía móvil para calcular indicadores sobre movilidad de la población, por supuesto, siempre en forma de datos agregados, respetando la privacidad de la información individual. En este sentido, el uso de big data no supondrá cambios en nuestra forma de actuar. El INE nunca ofrece información que pueda revelar, ni directa ni indirectamente datos personales.
-¿Hasta qué punto una encuesta pública o censo es un reflejo fidedigno de la realidad? Es decir, ¿no hay una parte invisible de población (los más desfavorables o desprotegidos) que no aparece en las estadísticas públicas? Y si es así, ¿cómo se soluciona esto porque también queden reflejados?
Siempre hay este riesgo, por supuesto, en encuestas y en todo tipo de estadísticas. Pero los más desfavorecidos no son necesariamente los que peor salen a las estadísticas, depende del tipo de estadística. De hecho, en las encuestas a hogares encontramos más dificultades a la hora de entrevistar personas de mayor nivel económico. En cualquier caso, como se ha comentado en estas jornadas organizadas por el CED, el futuro censo de población basado en datos administrativos mejorará la calidad de la información sobre la población más desfavorecida al utilizar muchos datos de registros administrativos.
-¿Desde el Instituto Nacional de Estadística (INE) se han sentido "utilizados", en general, a nivel político, debido a que se interpreten los datos que ofrece de forma diferente dependiendo del interés de cada uno?
Los datos que publica el INE son fuente de debate político muchas veces, casi diría que lo son continuamente. Pero el INE está fuera de este debate. A nosotros nos toca ofrecer las cifras para toda la sociedad de forma transparente, en igualdad de condiciones de acceso. Por eso es tan importante que los institutos de estadística -y esto ocurre en España y en todos los países de nuestro entorno- sean instituciones independientes (el INE es un organismo autónomo) que publiquen sus estadísticas sin interferencias.
-Con la pandemia mundial por la Covid-19, el dato o cifra poblacional parece que ha cobrado más importancia que nunca. ¿Se ha gestionado correctamente?
Hacer estadísticas es más difícil de lo que parece. En todo caso no me atrevo a opinar en general porque desconozco cómo se han elaborado muchos de los indicadores de otros organismos. En cuanto a los que sí conozco como son las cifras de defunciones, el INE viene ofreciendo unos datos muy actualizados de mortalidad. Estos datos difieren de los ofrecidos de muertes por Covidi-19, pero en nuestro caso recogemos todas las causas de muerte. Esta discrepancia pasa también en muchos otros países que recogen por un lado sólo a los muertos con pruebas PCR y por otro a los muertos por todas las causas.
-Hace unos días el CED-UAB organizó un debate sobre la evolución del censo en España, en el que usted participó. A qué principales conclusiones llegaron?
Para nosotros estos encuentros son importantísimos y el Centro de Estudios Demográficos (CED) es la referencia en demografía en España. Los censos de población se van a realizar con una metodología que supone un cambio cualitativo y es muy importante que existan estos foros de intercambio para la comunidad académica conozca estas novedades de primera mano y también para que nos ayude, porque son los principales usuarios y hemos tener en cuenta sus necesidades y sus preocupaciones desde el principio. Creo que los fines se han cumplido con creces. Estamos muy satisfechos.
-Un tema que trataron en el seminario fue el censo como construcción de estado ...
Bueno, se suele decir que los Censos de Población y Vivienda son uno de los elementos que identifican la consolidación de los estados modernos, allá por el siglo XVIII. Es entonces cuando se empiezan a hacer estos censos con fines demográficos (conocer de verdad cuánta población hay en un país), lo que no se planteaba en estados feudales, en la que se hacían otro tipo de "censos" sólo orientados a recaudar impuestos para financiar guerras. Los censos demográficos son, por tanto, una señal de modernidad de los estados. Y como figuraba en el título de estas jornadas, tenemos unos de los primeros censos modernos del mundo, el del Conde de Aranda de 1768.
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