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Desarrollan un método para aprender lenguas cocinando

Proyecto Lancook
Las profesoras de la UAB Dolors Masats (izquierda) y Marta Juanhuix, que han participado en el desarrollo del proyecto Lancook.
Dos investigadoras de la Universidad han trabajado en el desarrollo del proyecto europeo LanCook, un nuevo método que permite aprender lenguas mientras se cocina. Incorporando tecnología digital, esta nueva modalidad promueve el aprendizaje de lenguas en situaciones reales.

01/10/2014

En su creación han participado investigadores de las universidades Helsingin yliopisto (Finlandia), Newcastle (Reino Unido), degli Studi di Modena e Reggio Emilia (Italia), Paderborn (Alemania), así como las investigadoras de la UAB Dolors Masats y Marta Juanhuix, profesoras del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura y de las Ciencias Sociales y del Departamento de Filología Catalana, respectivamente, y miembros del Grupo de Investigación en Enseñanza e Interacción Plurilingüe (GREIP).

LanCook, financiado por la Unión Europea como uno de los proyectos del programa Lifelong Learning, incorpora tecnología digital a un conjunto de utensilios de cocina para crear un contexto único en que la tecnología sirve para aprender lengua cocinando. Su objetivo ha sido demostrar tanto la utilidad como el potencial de los materiales para promover un aprendizaje de lenguas en situaciones reales. Igualmente, ha permitido desarrollar un sistema de sensores adheridos que se puede emplear para una gran diversidad de tareas reales que contienen actividades significativas de interés para que la gente se implique, como es el caso de cocinar.

En LanCook los alumnos, agrupados en parejas, reciben instrucciones desde una tableta digital que actúa como cocina interactiva y son guiados paso a paso en el proceso de elaboración de platos típicos de diferentes zonas de Europa. Para cada una de las siete lenguas presentes en las cocinas digitales (alemán, inglés, castellano, catalán, finés, francés e italiano) se han diseñado e implementado dos recetas, que se acompañan de apuntes culturales.

La tableta contiene un software diseñado especialmente para este proyecto por técnicos informáticos de la Newcastle University, la universidad coordinadora de LanCook. Este programa reconoce el movimiento de los sensores que se incorporan a los enseres que se usan para cocinar o a los recipientes que contienen los ingredientes de cada receta. Esta tecnología de sensores inalámbricos es parecida a la que usan algunas videoconsolas y tanto el software como el hardware que configuran la cocina digital están diseñados para funcionar en una cocina cotidiana, aunque también pueden funcionar sin que haya ninguna cocina instalada. Los alumnos, además, pueden interactuar con el sistema para solicitar ayuda en caso de no haber entendido las instrucciones. Esta ayuda se ofrece en forma de mensajes de audio grabados a una velocidad más lenta que la de las instrucciones, en forma de imágenes o de vídeos subtitulados.

El desarrollo del proyecto ha durado tres años, durante los cuales se han recogido datos sobre cómo se puede promover el aprendizaje de una lengua con una propuesta de este tipo. En total, más de 300 alumnos de las lenguas del proyecto han podido experimentar qué quiere decir aprender lengua cocinando en una cocina digital.

El profesor Paul Seedhouse, de la Newcastle University, destaca que LanCook permite crear un contexto de uso real y motivador para los aprendices, que a la vez les aporta confianza y les ayuda no sólo a adquirir la lengua que quieren aprender, sino también a entrar en contacto de manera activa con la cultura a la que está vinculada.

Las profesoras Dolors Masats y Marta Juanhuix consideran que LanCook ofrece una propuesta innovadora para promover el aprendizaje competencial en el ámbito de las lenguas extranjeras en la educación formal. Por eso también se han atrevido a llevar la cocina a una escuela de primaria y a ofrecer a jóvenes aprendices de inglés un contexto para emplear esta lengua con un objetivo real.

LanCook se presenta como un sistema abierto, en que se pueden ir añadiendo lenguas y recetas de cocina, y también tecnológicamente se pueden ir incorporando mejoras al sistema. En un futuro próximo, el equipo del proyecto no descarta desarrollar el método en otro tipo de soporte digital, como una aplicación para teléfonos móviles.

Dos recetas para cada lengua
LanCook permite realizar hasta catorce recetas de cocina, dos para cada uno de los siete idiomas que contempla el proyecto.
Las investigadoras de la UAB se han encargado de crear y pilotar los materiales que permiten a estudiantes de catalán y castellano como lengua extranjera aprender estos idiomas. En el caso del catalán proponen cocinar buñuelos de viento y crema catalana, mientras que, para el español, ofrecen la elaboración de un salmorejo, una sopa fría típica de Andalucía, y de una tortilla de patatas.

La cocina alemana propone una ensalada de patatas, una Kartoffelsalat, y un Michreis, un pudin de arroz acompañado de compota o con azúcar y canela. La cocina inglesa, Scones -pastas rellenas de pasas o grosellas, que se sirven con mermelada o nata- y Chicken Methi Malai, un plato desarrollado especialmente para el proyecto y que pretende ser un plato de fusión entre la cocina del Reino Unido y la cocina de la India. La cocina finesa enseña cómo preparar una Kalakeitto, una sopa de pescado que generalmente adopta el salmón como ingrediente principal, y un Marjakiisseli, un pudin de frutos del bosque. La cocina francesa, un flan de pera, Clafoutis aux poires, y un Croque-monsieur, un tipo de bocadillo caliente de jamón y queso. Y, por último, la cocina italiana permite elaborar un plato de pasta con aceitunas y alcaparras (Penne olive e capperi o Pasta alla Napoletana) y unos rollos de carne (Involtini alla Contadina) rellenos de alcaparras, aceitunas y anchoas.

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