"Un fotoperiodista debe tener mucha curiosidad y una buena suela de zapato."

17/04/2023

Xavier Cervera es profesor asociado de la facultad y fotoperiodista de La Vanguardia. Ha viajado por más de cincuenta países, publicando en The Guardian, Observer, The Times, The Independent, Time, The Washington Post, Der Spiegel, Libération o Clarín y ha colaborado con ONG y fundaciones como Ópticos X Mundo, MSF, Oxfam Intermon u Open Society Foundation.

El mes pasado fue nombrado Redactor Jefe de Fotografía y Documentación en La Vanguardia. Pero el camino no fue fácil. Cuando tenía 18 años y debía elegir la carrera, sus padres no le dejaron estudiar fotografía. Era de bohemios, con un sueldo irregular y le dijeron que hiciera una carrera como dios manda. Después de 3 años haciendo estadística encontró una oportunidad en el diario: la UPC había creado los primeros estudios de fotografía de España. La única condición que le pusieron para cambiarse de carrera fue aprobar el primer curso de estadística, puesto que tenía una asignatura suspendida. Un año después estaba en Irlanda del Norte en un campo de trabajo para cubrir el conflicto entre protestantes y católicos.

¿Cómo se introdujo en el fotoperiodismo de forma profesional?

La estancia en Irlanda me sirvió para entrar en un casting de fotógrafos para ir a Bosnia medio año después de la Guerra de los Balcanes. Las fotografías del conflicto de Irlanda me dieron ventaja y me cogieron. De ahí salieron las primeras imágenes que publiqué, tanto en el Periódico como en La Vanguardia. Gracias a ellas, el profesor del tribunal de fin de carrera, Juan Bautista Hernández, profesor de esta facultad, me puso la mejor nota. Esto me permitió elegir destino con la beca Erasmus e ir a Londres, donde di el paso de la vida académica a la vida profesional como fotógrafo corresponsal para medios como La Vanguardia y El Periódico.

¿El fotoperiodismo es un mundo de fácil acceso?

Es un mundo de fácil acceso, porque todo el mundo puede tener acceso a una cámara. Si quieres ser médico debes pasar por una carrera, MIR, oposiciones... Algo bueno de la fotografía es que es muy democrático: tienes una cámara y te puedes encontrar cualquier cosa por la calle que sea noticia. Lo difícil es tener regularidad.

¿Qué es lo que más te apasiona del fotoperiodismo?

Une diferentes conceptos en uno solo. Conoces a personas que en otra profesión es imposible. Desde toxicómanos en Can Tunis hasta retratar al Príncipe Felipe en la Zarzuela. En una vertiente más informativa o artística puedes expresar curiosidades que tienes en distintos ámbitos de la vida. Es muy vocacional porque no debes estar encerrado en un despacho, sino que cada día conoces cosas diversas, interesantes y sorprendentes.

¿Cuál es el trabajo de un redactor jefe de fotografía?

La función que tengo es coordinar la sección de fotografía y documentación. Somos 10 personas en plantilla y una empresa externalizada en la que también hay fotógrafos. Hay encargos dados de más de 20 secciones del diario y producciones propias. Desde la sección de fotografía surgen ideas y se proponen secciones y si dan el visto bueno, se llevan adelante.

¿Hasta qué punto una fotografía determina la forma en que leemos una noticia?

Se intenta que el lector tenga elementos para que pueda formarse su propia opinión. En nuestro diario intentamos ser neutrales y arbitrarios. Si en una manifestación hay disturbios, debemos plantearnos si son representativos de la manifestación. Cada tarde, cuando hacemos reunión con dirección para elegir la fotografía de portada, podemos haber visto unas 3000 fotografías. Ayer un tema importante eran las manifestaciones de Israel contra Nettanyahu. ¿Hubo disturbios? Sí, pero elegimos una fotografía con banderas con la estrella de David y un rótulo que dice "Gobierno Fascista", porque está intentando modificar una ley de una manera autócrata y eso es lo que queríamos destacar.

A veces los medios ponen fotografías no representativas pero llamativas para ganar más clics.

Esto de los clics puede ser pan para hoy, y hambre para mañana. Un diario no puede perder su hoja de ruta por los clics. A largo plazo, lo importante para los diarios grandes son las suscripciones, no los clics. Existe un debate entre clics y suscripciones, pero las suscripciones son un reflejo de la calidad del diario.

¿Qué tiene más fuerza por ti, la fotografía o la palabra?

Quiero pensar que la boda entre dos cosas da la fuerza. Cuando La Vanguardia nació no había ninguna foto. Poco a poco la imprenta mejoró hasta llegar a la foto en color. La imagen tiene cada vez más importancia. En ocasiones se elige una foto en función del titular ya la inversa. Se debe buscar un consenso para que la página tenga la máxima fuerza posible.

Ha viajado por más de 40 países. ¿Cómo es vivir lejos de casa y sin lugar fijo?

Lo más largo que he estado fuera de casa fue en Londres durante 3 años. Tenía ganas de aprender tanto el idioma como de conocimientos fotográficos y periodísticos. Estás lejos de casa, pero aprendes cosas nuevas todos los días. En la época de Londres conocí a una pareja de Hong Kong y me hicieron padrino de su hijo cuando nació y ahora tengo un ahijado de 16 años en Hong Kong. Esto me ha hecho viajar por China dos o tres veces. Hay fotoperiodistas que tienen muchas ganas de viajar, pero si estás en Barcelona y no sabes hacer bien un tema en Hospitalet, no sabrás hacer un tema en Hong Kong.

Y más en un sitio que no conoces.

Siempre tienes que informarte en el avión, en el tren y en el bus, vayas al Raval oa Hong Kong. Intento buscar información previa para romper el hielo, saber de qué va la historia, etc. En algunos casos tuve que aprender 50 caracteres chinos en Lonely Planet para orientarme en lugares donde no había carteles en inglés.

¿Qué es para ti una buena fotografía? ¿Qué requisitos debe cumplir?

Una buena fotografía en el mundo fotoperiodístico, debe tener una boda óptima entre información y estética. Si te pasas de estética y no informativamente, puede quedar vacío de contenido. Si te pasas de informativo y contenido y no en la forma puede ser más aburrido. Si tiene ambos componentes es la mejor foto posible. No es fácil, pero es el gran reto del fotoperiodismo. Es un principio que intento inculcar en mis clases en la universidad.

¿Cuál es la fotografía que más te haya marcado?

Tenía un profesor, Tino Soriano, que decía que vales tu último reportaje. En el sentido de que cada vez que haces una foto o reportaje debe ser bueno e importante. Si tuviera que elegir una, sería una que hice en el verano de 1996. Le tengo especial cariño porque fue la primera fotografía que publiqué en La Vanguardia y era sobre refugiados que estaban en Tusla. Cuando terminó la guerra de los Balcanes hubo una matanza terrible, el peor genocidio desde la Segunda Guerra Mundial. En uno de los campos de refugiados de musulmanes de Bosnia que visitamos, fotografié a unos niños jugando en un campo de baloncesto e intentando evadirse del conflicto. La utilizó Médicos Sin Fronteras para una exposición y dio a conocer la situación de posguerra de los Balcanes. Esto sirvió a la ONG a obtener fondos y ayudar a los refugiados.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse al fotoperiodismo?

Un fotoperiodista debe tener mucha curiosidad y una buena suela de zapato. No es un trabajo por funcionarios. Es un trabajo que no tiene reloj y va directamente ligado a la vocación. Si estás en un trabajo que te aburre estarás pendiente de la hora, si estás en un trabajo que te aporta y te hace ilusión, no.

Me quedo con el de una buena suela de zapato.

Este nos lo dijo Paco Elvira cuando estudiaba, el fotógrafo que da nombre al estudio de fotografía de la facultad. Hay que tener buena suela porque hay que andar bastante. Si vas con hawaianas, no puedes ser fotoperiodista. También es importante leer mucho, ver documentales y estar al día de las noticias de distintos medios. No puedes llegar a tomar fotos en el momento de recibir el encargo. Necesitas documentación previa.