Investigadoras de la UAB ponen luz sobre los restos del cementerio islámico medieval del Born
Los estudios genéticos y antropológicos de los restos de la necrópolis islámica medieval del Born, realizados por investigadoras de Antropología Biológica de la Universidad y del Museo de Historia de Barcelona, han permitido identificar hasta 18 individuos, 1 de los ellos portador de unos grilletes. Todos tenían linajes de ADN mitocondrial diferentes -mayoritariamente de Europa, aunque también de África-, hecho que denotaría una alta diversidad que podría relacionarse con un número considerable de población musulmana en la ciudad. Los individuos habrían pertenecido al escalafón más bajo de la sociedad.
Especialistas de los campos de la arqueología, la biología, la restauración y la historia han dado a conocer los nuevos resultados del estudio de los restos del cementerio islámico medieval del Born en una mesa redonda celebrada el pasado 14 de diciembre en El Born CCM.
En el estudio, liderado por el Museo de Historia de Barcelona (MUHBA), ha participado un equipo de investigación del Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la UAB (BABVE): los análisis genéticos ha sido realizados por la catedrática de Antropología Biológica Assumpció Malgosa y la profesora agregada Cristina Santos, junto con los doctorandos Diana Vinueza y Daniel Ruiz.
El estudio antropológico lo ha liderado desde el MUHBA Núria Armentano, profesora asociada del BABVE, que ha contado con la colaboración de Ignasi Galtés, investigador del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña y profesor asociado de la Unidad de Medicina Legal y Forense de la UAB, y Mònica Cos, del Instituto de Diagnóstico por la Imagen del Hospital Universitario de Bellvitge, para el estudio tomográfico y radiológico de los restos óseos.
Durante su intervención en la mesa redonda, las investigadoras explicaron que los análisis han permitido identificar restos pertenecientes a un número mínimo de 18 individuos, mayoritariamente adultos y masculinos (solo había tres mujeres y dos niños), que fueron enterrados en decúbito lateral siguiendo el rito islámico. Entre estos individuos, destaca uno, el número 15, del que sólo se han conservado las extremidades inferiores, con unas sujeciones metálicas en los tobillos, que los estudios radiológicos han ayudado a identificar como grilletes de la época medieval, de tipología sencilla, y poco pesados.
Los individuos sufrían periodontitis de forma generalizada, así como porosidad en los huesos, que habitualmente se relacionan con déficits alimentarios. Además, presentaban una remodelación esquelética que afectó la parte superior de los brazos relacionada con la inserción de la musculatura, hecho que sugiere que fueron individuos que realizaron esfuerzos físicos importantes que implicaban las extremidades superiores durante mucho de tiempo. Estos datos, junto con la presencia de los grilletes en el individuo 15 y laceraciones en las tibias de algunos de los individuos, lleva a pensar que fueron población perteneciente al escalafón social más bajo, que habrían sido esclavos o sirvientes domésticos. Aun así, tampoco se podría descartar que el individuo 15 hubiera sido un prisionero.
Por otro lado, los análisis de ADN mitocondrial (que se hereda sólo por vía materna) realizados en el laboratorio de DNA antiguo de la Unidad de Antropología Biológica de la Universidad, han revelado hasta 18 linajes diferentes, provenientes de Europa (en un 70% del conjunto) y de África (el 30% restante), lo cual indica un origen poblacional muy diverso de sus antepasados. La falta de parentesco entre ellos podría ser indicio de un número considerable de población musulmana en Barcelona.
La necrópolis islámica medieval del Born es la única de la Edad Media localizada en Barcelona. Se descubrió durante una intervención arqueológica en 1991. Con restos de los siglos XI y XII (Alta Edad Media), el cementerio se situaba fuera de la ciudad (tradición también propia de los romanos), en la vía litoral que llevaba a la puerta de la muralla romana, ubicada en la actual Plaza del Ángel. El hecho de que la comunidad musulmana tuviera una necrópolis propia es un indicio de la importante población de esta comunidad, que vivía dispersa por toda la ciudad según las fuentes históricas existentes.