Accede al contenido principal
Universitat Autònoma de Barcelona
Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals (ICTA-UAB)

Los beneficios económicos de proteger el 30% de la tierra y los océanos del planeta supera los costes en al menos 5:1

27 jul 2020
null Bluesky Compartir por WhatsApp Compartir por e-mail

Un informe sin precedentes en el que participa el ICTA-UAB muestra que la economía mundial está mejor con una naturaleza más protegida.

montañas

La economía mundial se vería beneficiada con el establecimiento de un mayor número de áreas protegidas de tierra y mar al que existe en la actualidad. Así lo establece un estudio sobre las implicaciones económicas de proteger la naturaleza en el que han participado más de cien economistas y científicos, entre los que se encuentra Kim Scherrer, la investigadora del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB).

El informe, el más amplio hasta la fecha, considera varios escenarios de protección de al menos el 30% de la tierra y los océanos del mundo para mostrar que los beneficios superan los costos en al menos 5:1. La investigación brinda nueva evidencia de que el sector conservacionista impulsa el crecimiento económico, proporciona beneficios no monetarios clave y es un contribuyente neto a una economía mundial resiliente.

Estos hallazgos siguen la creciente evidencia científica de que es necesario proteger al menos el 30% de la tierra y los océanos del planeta para hacer frente al alarmante colapso del mundo natural, que ahora amenaza con la extinción hasta un millón de especies. Con tan claros datos económicos y científicos, sigue creándose el impulso para un acuerdo global trascendental que incluiría ese objetivo de protección del 30%. El Convenio sobre la Diversidad Biológica ha incluido esta meta del 30% de área protegida en su borrador de la estrategia a diez años, que se espera sea finalizada y aprobada por los 196 miembros del Convenio el año próximo en Kunming, China.

Este nuevo informe independiente, «Proteger el 30% del planeta para la naturaleza: costos, beneficios e implicaciones económicas», es el primer análisis en la historia sobre los efectos que las áreas protegidas tienen sobre diferentes sectores económicos, tales como la agricultura, las pesquerías y la explotación forestal, así como sobre el sector conservacionista. El estudio mide los impactos financieros de las áreas protegidas sobre la economía global y los beneficios no monetarios como los servicios de ecosistemas, que incluyen la mitigación del cambio climático, la protección contra inundaciones, la provisión de agua limpia y la conservación del suelo. A lo largo de todas las mediciones, los expertos hallan que los beneficios son mayores cuando más naturaleza es protegida en contraposición a mantener el statu quo.

Actualmente, alrededor del 15% de la tierra y 7% de los océanos del mundo tienen algún grado de protección. La investigación revela que las protecciones adicionales llevarían a un promedio anual de 250 mil millones de dólares más en resultados económicos y un promedio anual de 350 mil millones de dólares en servicios ecosistémicos mejorados, en comparación con el statu quo. 

El sector conservacionista ha sido uno de los que más rápidamente ha crecido en los últimos años y, de acuerdo con el informe, se prevé que crezca entre un 4% y un 6% por año, en comparación con el menos del 1% para la agricultura, las pesquerías y la explotación forestal, una vez el mundo se recupere de la pandemia de COVID-19. Proteger las áreas naturales también brinda significativos beneficios en materia de salud mental y física, y reduce el riesgo de nuevos brotes de enfermedades zoonóticas como la COVID-19, un valor que no ha sido aún cuantificado a pesar de los extraordinariamente altos costos económicos de la pandemia. Un estudio reciente estimaba que el valor económico de las áreas protegidas basado en la mayor salud mental de los visitantes era de seis billones de dólares anualmente.

«Nuestro informe muestra que la protección en la economía actual aporta aún más ingresos que las alternativas y es probable que agregue ingresos a la agricultura y la explotación forestal, al tiempo que ayude a prevenir el cambio climático, la crisis del agua, la pérdida de la biodiversidad y las enfermedades. Aumentar la protección de la naturaleza es una política sólida para los gobiernos que tienen que compatibilizar diferentes intereses. No se le puede poner un precio a la naturaleza, pero los números económicos apuntan a su protección», dice Anthony Waldron, autor principal del estudio e investigador especializado en finanzas conservacionistas, pérdida de especies y agricultura sostenible. 

Los autores de la investigación revelan que obtener los beneficios sustanciales de proteger el 30% de la tierra y los océanos del planeta requiere una inversión anual promedio de aproximadamente 140 mil millones de dólares para 2030. Actualmente, el mundo solo invierte poco más de 24 mil millones de dólares por año en áreas protegidas.
«La inversión no se puede ni comparar con los beneficios económicos que las áreas protegidas adicionales conllevarían ni con el mayor apoyo financiero que se les brinda en la actualidad a otros sectores», sostuvo Enric Sala, coautor de este informe. «Invertir para proteger la naturaleza representaría menos de un tercio de la cantidad que los gobiernos gastan en subsidios a actividades que destruyen la naturaleza. Representaría un 0,16% del PIB y requiere menos inversión que lo que el mundo gasta en videojuegos cada año», agregó. 

La organización Campaign for Nature (CFN), que encargó el estudio, está trabajando con una creciente coalición de más de cien organizaciones conservacionistas, científicos y líderes indígenas de todo el mundo en respaldo de la meta del 30% y de mayor apoyo financiero para la conservación. CFN recomienda que los fondos provengan de todo tipo de fuentes, como asistencia al desarrollo oficial, presupuestos de gobiernos nacionales, financiación climática dirigida a soluciones basadas en la naturaleza, organizaciones filantrópicas, corporaciones y nuevas fuentes de ingresos o ahorros a través de cambios regulatorios y subsidios. Como entre el 70% y el 90% del costo estaría enfocado en países de ingresos bajos y medios debido a la ubicación de la biodiversidad más amenazada del mundo, estos países requerirán asistencia financiera de muchas fuentes.

Dentro de