Legados antiguos y coloniales que aún moldean los bosques de la Amazonia
La influencia humana a lo largo de los siglos sigue definiendo la biodiversidad y el almacenamiento de carbono en la selva tropical más grande del mundo, según un nuevo estudio internacional en el que ha participado el investigador del ICTA-UAB, Umberto Lombardo.
Según el investigador del ICTA-UAB y coautor del estudio, Umberto Lombardo, "nuestra investigación presenta la evaluación más completa y actualizada sobre la huella humana precolombina y colonial en los bosques amazónicos".
Dirigido por la Universidad de Ámsterdam, el estudio muestra que la selva amazónica –a menudo descrita como una de las últimas zonas vírgenes del planeta– aún conserva las profundas huellas ecológicas tanto de las comunidades indígenas precolombinas como de los colonos europeos.
Mediante la aplicación de modelos espaciales de vanguardia y gran cantidad de datos históricos, los investigadores descubrieron que siglos de asentamiento humano, cultivo y extracción de recursos han dejado marcas duraderas en la distribución de las especies arbóreas amazónicas, muchas de las cuales siguen siendo visibles hoy en día.
“Nuestros hallazgos muestran que partes aparentemente inalteradas de la selva amazónica han sido moldeadas por personas durante cientos o incluso miles de años”, afirma Crystal McMichael, autora principal del estudio. “Estos legados invisibles pueden seguir afectando el funcionamiento de los ecosistemas, así como la biodiversidad, y el tipo de legado probablemente depende de sus habitantes más recientes”, añade el coautor Mark Bush, del Instituto de Tecnología de Florida.
Raíces antiguas, impactos duraderos
El equipo de investigación combinó datos de más de 7.000 sitios arqueológicos con más de 100.000 registros digitalizados de biodiversidad que se remontan a las primeras expediciones europeas. Al modelar los patrones de asentamiento humano durante la era precolombina (antes del contacto europeo) y la era colonial (1600–1920 d.C., incluida la era del caucho amazónico), mapearon las zonas donde la actividad humana fue más intensa. Estos modelos históricos se compararon con datos de árboles procedentes de 1.521 parcelas forestales en toda la cuenca amazónica, que representaban 262 especies dominantes y de utilidad.
Los resultados fueron sorprendentes: tanto las poblaciones indígenas como las coloniales tendían a establecerse a lo largo de los grandes ríos, donde los suelos fértiles y el acceso a las rutas comerciales permitían comunidades más grandes. Incluso hoy en día, los bosques situados a unos 10 km de estos ríos muestran mayores abundancias de especies arbóreas promovidas y cultivadas por los humanos.
“Los ríos siempre han sido las arterias vitales de la Amazonia”, dice McMichael. “Moldearon cómo las personas se movían, vivían e interactuaban con el bosque, y esa historia sigue escribiéndose en el ecosistema.”
Enriquecimiento y agotamiento
El estudio encontró que la actividad humana enriqueció el bosque con muchas especies útiles y ahora icónicas. Árboles como la castaña del Brasil (Bertholettia excelsa), el árbol del caucho (Hevea brasiliensis) y la palma murumuru (Astrocaryum murumuru) prosperaron en áreas con una larga historia de presencia humana. Estas especies siguen siendo hoy en día algunas de las más importantes económica y ecológicamente de la Amazonia. En contraste, otros árboles –como ciertas palmas y maderas duras utilizadas en la construcción colonial– parecen haber disminuido en regiones que experimentaron una explotación intensa durante los períodos colonial y de la era del caucho. “Las comunidades indígenas tendían a gestionar los bosques y alterar la abundancia de especies”, dice Hans ter Steege, del Centro de Biodiversidad Naturalis y coordinador de la Red de Diversidad de Árboles de la Amazonia. “Las industrias coloniales posteriores a menudo extrajeron recursos de forma más intensiva, dejando cicatrices ecológicas que aún se están curando.”
Un legado vivo para la conservación
El estudio desafía la idea largamente sostenida de que la mayoría de los bosques amazónicos son sistemas puramente “naturales” no tocados por la mano humana. Pero también desafía las ideas recientes de que solo los habitantes precolombinos de la Amazonia moldearon el bosque. En cambio, son mosaicos vivos de historia ecológica y cultural que han sido escritos y reescritos a lo largo de siglos y milenios.
Los investigadores sostienen que reconocer estos legados es crucial para mejorar los modelos de conservación y climáticos, que a menudo suponen que los bosques primarios han permanecido inalterados durante milenios.
Según el investigador del ICTA-UAB y coautor del estudio, Umberto Lombardo, "nuestra investigación presenta la evaluación más completa y actualizada sobre la huella humana precolombina y colonial en los bosques amazónicos. Al integrar datos provenientes de diversas bases de datos, mostramos que, especialmente a lo largo de los ríos, la composición actual de los bosques y la abundancia relativa de las especies arbóreas amazónicas han sido profundamente moldeadas tanto por los pueblos indígenas precolombinos como por la expansión de la explotación del caucho."
En última instancia, la investigación reinterpreta partes de la Amazonia como un sistema dinámico de coexistencia entre las personas y la naturaleza, un paisaje en evolución que ha sido cultivado, abandonado y renacido muchas veces.
“Para proteger el futuro de la Amazonia, primero debemos entender su pasado”, dice McMichael. “Tener en cuenta los legados antiguos y coloniales puede ayudarnos a predecir mejor cómo responderán los bosques a la deforestación, el cambio climático y los esfuerzos de reforestación.”
Artículo de referencia: McMichael, Crystal N.H., et al. 2025. Centuries of compounding human influence on Amazonian forests. Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Vol. 122. https://doi.org/10.1073/pnas.2514040122