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08/07/2015

Efectividad de los consejos de los profesionales de pediatría para evitar el humo del tabaco en bebés

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El humo del tabaco tiene efectos perjudiciales sobre la salud y, en el caso de la infancia es especialmente preocupante por sus características, que hace que asimilen más cantidad de tóxicos, al tener mayor frecuencia respiratoria en relación a la altura y peso de un adulto y, además, por la inmadurez propia que los hace más sensibles a sus efectos. La Agencia de Salud Pública de Cataluña ha realizado un estudio, pionero a nivel del Estado, que evalúa la efectividad de una intervención breve para reducir el tabaquismo pasivo en los bebés en las consultas de atención primaria.

El humo del tabaco está compuesto por la mezcla de dos tipos de humo: el humo que exhala la persona que fuma y el producido por el cigarrillo en su combustión espontánea. Gran parte del humo que inhala el fumador pasivo (+70%) está compuesto por la combustión del cigarrillo y sólo una pequeña parte (30%) procede del humo que exhala el que fuma.

Si se evita la exposición al humo del tabaco en los niños, se pueden obtener muchos beneficios para su salud, entre otros, disminuir el riesgo de sufrir infecciones de garganta, la probabilidad de infecciones respiratorias agudas, infecciones de oreja y reducir el riesgo del síndrome de muerte súbita.

Teniendo en cuenta todo esto, y que una parte importante de los bebés tienen algún progenitor que fuma, la Agencia de Salud Pública de Cataluña ha realizado un estudio, pionero a nivel del Estado y publicado en el número de marzo de la revista Journal of Epidemiology and Community Health, que evalúa la efectividad de una intervención breve para reducir el tabaquismo pasivo en los bebés en las consultas de atención primaria.

Se estudiaron 1.101 bebés hijos/as de progenitores que fuman, atendidos por 261 profesionales de Pediatría en 83 centros de atención primaria, que se asignaron o bien a un grupo intervención o uno control.

Se analizó la nicotina en el cabello a una submuestra de 253 niños. Esta determinación es muy específica y muy válida para recoger exposición a largo plazo al tabaco, ya que cada centímetro de pelo recoge un mes de exposición. El 79% (8 de cada 10) tenía 1 o más ng/mg (nanogramo/miligramo) de nicotina, es decir, estaba expuesto a niveles perjudiciales de nicotina. El 25% de ellos estaba muy expuesto, es decir, tenía niveles de exposición superiores a 10 ng/mg, que equivalen a un fumador activo. Mostraban más exposición los bebés hijos/as de padres y madres de peor nivel socioeconómico, con mayor dependencia a la nicotina, que utilizaban medidas no efectivas para protegerlos del humo y los bebés que dormían en la habitación con los progenitores. En el 51% de ellos disminuyeron de forma clara los niveles de nicotina en cabello al final del estudio (6 meses).

A pesar de que la mayoría de los padres y madres declaraban tomar medidas para evitar la exposición al humo del tabaco, a menudo las medidas que realizaban no eran efectivas. El humo del tabaco se comporta como el vapor, persiste en la atmósfera y se instala en el medio ambiente impregnando la ropa, el pelo, los muebles, las cortinas, etc. Por ello el estudio se ha centrado en el consejo de los profesionales hacia los padres para que, si no les es posible dejar de fumar, aprendan a evitar la exposición de sus bebés eficazmente (no fumar nunca dentro de la casa o el coche). Más del 50% de los participantes del grupo intervención mejoraron las medidas que tomaban para evitar la exposición de los bebés tanto en casa (54%), como en el coche (51%).

El estudio muestra que la intervención de profesionales ha sido eficaz y ha reducido la exposición de los bebés al humo del tabaco. De hecho los progenitores del grupo intervención tenían un 59% más de probabilidades de haber mejorado las medidas preventivas en casa y un 30% en el coche que los del grupo control, una vez ajustado por los otros factores que influían.

Este estudio es un ejemplo de transferencia de la evidencia generada mediante investigación para implementar un programa en el ámbito asistencial, ya que a partir de sus resultados se ha iniciado en Cataluña el programa Infància sense fum, que forma parte de las estrategias de prevención y control del tabaco de la Agencia de Salud Pública de Cataluña. El objetivo ha sido el de sensibilizar, formar y facilitar en la intervención en tabaquismo pasivo y por ello se ha desarrollado un innovador sistema de formación en línea basado en casos clínicos, que ha sido reconocido entre los proyectos premiados en la pasada jornada del Plan de Salud 2014. También se han elaborado folletos por los padres y madres, una Guía de intervención para profesionales y una videocápsula para los centros de salud.
 

Guadalupe Ortega Cuelva
Subdirección general de Promoción de la Salud
guadalupe.ortega@gencat.cat

Carlos Martín-Cantera
Departamento de Medicina (UAB)
Carlos.Martin@uab.cat

Referencias

Ortega Cuelva, G.; Cabezas Peña, C.; Almeda Ortega, J. et al. Effectiveness of a brief primary care intervention to reduce passive smoking in babies: a cluster randomised clinical trial. Journal of Epidemiology and Community Health. 2015, vol. 69, p. 249–260. doi: 10.1136/jech-2014-204708.

 
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