La prevención, esencia de la campaña contra el uso de la inteligencia artificial para fabricar armas letales autónomas
05/10/2018
Este jueves 4 de octubre, se celebró durante la mañana la Jornada: Inteligencia Artificial y Armas Letales Autónomas, en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UAB.
El acto, conducido por la directora de la Escuela, Montserrat Iglesias-Lucía, ha empezado con la presentación del nuevo libro de los profesores Joaquín Rodríguez y Roser Martínez, titulado "Inteligencia Artificial y Armas Letales Autónomas. Un nuevo reto para las Naciones Unidas", a cargo de Fàtima Llambrich, alumni de la Escuela y periodista especializada en temas judiciales y de seguridad.
La periodista planteó a los dos expertos una série de preguntas sobre cuáles eran las verdaderas intenciones detrás del uso de las armas letales autónomas y por qué motivo habían decidido escribir este libro previo a la aparición de éstas.
Necesidad de una regulación internacional
El profesor Joaquín Rodríguez, quien ya se había cuestionado el uso de las tecnologías en La civilización ausente, ha introducido primero al público qué son las armas letales autónomas con un vídeo sobre la presentación de un mini-dron letal, una simulación que en breves podría ser real. Para él, los avances tecnológicos en este tipo de armamento por parte de algunas naciones “está pasando desapercibido” entre la sociedad, que junto con la comunidad académica, debería anticiparse en la proliferación de las armas letales.
Por su parte, Roser Martínez también ha afirmat que, si la investigación en estos países avanza en esta línea, pueden existir tanques, drones y armas con la capacidad de matar “sin dignidad” a las personas, “una muerte decidida con un algoritmo”. Una decisión que, según la experta en regularización de armas, “no se puede delegar a una máquina que no tiene sentimientos”.
La aplicación de la inteligencia artificial en la investigación militar, como han apuntado los dos expertos, está consiguiendo que el mercado armamendístico aparezcan cada vez equipamientos más baratos y precisos, lo que supone para muchos la “tercera revolución de la guerra”, una amenaza que superaría a la bomba nuclear.
Para los autores, las Naciones Unidas y todas aquellas entidades internacionales reguladoras deberían consensuar con los países un tractado internacional que prohíbe de forma preventiva las armas totalmente autónomas. Un reto, según dicen, que se está engendrando a través de los debates, como en su última visita en Ginebra con el International Comitè for Robot Arms Control (ICRAC).
Primera presentación en España de Stop Killer Robots
Los profesores Joaquín Rodríguez y Roser Martínez, miembros del ICRAC desde marzo de 2018, han presentado por primera vez en el Estado la campaña Stop Killer Robots, la única campaña encabezada por esta coalición de académicos y expertos en la paz y seguridad internacional preocupados por la amenaza del uso de los robots militares en contextos de guerra.
En la presentación de la campaña, también han intervenido Pere Brunet, experto en desarme, ciencia y paz del Centre Delàs, y Jordi Armadans, politólogo y director de FundiPau. Las dos organizaciones, que están vinculadas con la campaña, han presentado sus aportaciones en movimentos que, anteriormente, consiguieron la prohibición del uso de armas como las bombas de dispersión o las minas antipersona.
Los representantes de dos organizaciones han coincidido que la campaña Stop Killer Robots -a diferencia de otras-, es una muestra de la “madureza” de movimientos anteriores, ya que es de carácter preventivo. Una característica que ha querido enfatizar Montserrat Iglesias-Lucía, ya que profesionales y académicos quienes deben incentivar en este cambio de modelo de seguridad basado en la anticipación.
Así pues, las iniciativas dentro de la campaña Stop Killer Robots son, como el libro del profesor, herramientas para que la comunidad académica y la sociedad influencien en la decisión de los estados, en cuanto a la aplicación de la Inteligencia Artificial (AI) para crear robots militares.
Por último, se ha generado una discusión sobre la ética en la investigación científica y tecnológica que, posteriormente, se ha trasladado en el debate abierto con el público como clausura del acto.