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Empresas y centros educativos piden mejorar la formación práctica de los jóvenes antes de acceder al mercado laboral

Estudiants realitzant pràctiques
El estudio forma parte de una investigación que pretende mejorar el desarrollo competencial de los jóvenes de 16 a 25 años para facilitar su inserción laboral. Se trata de una investigación del programa de excelencia RecerCaixa que recoge las valoraciones de 850 empresas y 480 centros educativos de Cataluña.

29/07/2015

Fruto de la investigación son unas guías de orientación para la empleabilidad

El estudio «Impacto de la orientación profesional de los jóvenes en el desarrollo de competencias para acceder al mercado laboral y transformarlo»  pretende mejorar el índice de empleabilidad de los jóvenes de 16 a 25 años de Cataluña desde una perspectiva innovadora, que apuesta por promover mejoras en su desarrollo competencial y en las prácticas de orientación profesional a través de distintas propuestas de actuación.

El estudio se enmarca dentro del programa de investigación de excelencia RecerCaixa, impulsado por la Obra Social ”la Caixa” en colaboración con la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP), y ha sido llevado a cabo por un equipo interdisciplinario dirigido por Màrius Martínez, profesor del Departamento de Pedagogía Aplicada de la UAB, en el que han participado también las siguientes entidades: Educaweb, la International Foundation for Interdisciplinary Health Promotion (IFIHP ) y el DEP Institut.

La investigación recoge las valoraciones de más de 850 responsables de recursos humanos, directivos de empresas ubicadas en Cataluña y de más de 480 centros educativos de secundaria, formación profesional y de adultos, que han respondido dos encuestas específicas en línea. También incluye los datos recogidos de 22 entrevistas en profundidad a expertos y de la creación de cuatro grupos de discusión en los que participaron representantes del mundo productivo y del trabajo, organizaciones dedicadas a la acción social y profesionales de la orientación académica y profesional, así como jóvenes ocupados y desocupados menores de 25 años. Para conseguir una mayor difusión de las encuestas y obtener respuestas, los investigadores han contado con el apoyo del Departamento de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña, la Cecot, la Fundación Vincle, la Fundación factor Humà, el Servicio de Ocupación de Cataluña (SOC), el Edutech Clúster y el Consejo General de Cámaras de Cataluña.

Barreras que frenan la inserción de los jóvenes
Según los datos que se desprenden de la encuesta a las empresas, existen varias barreras que inciden en la empleabilidad de los jóvenes, como la debilidad de la demanda (55 %), las dificultades de financiación o tesorería (47,1 %), la falta de motivación de los candidatos (28,2 %), la regulación laboral vigente (25,1 %) y la falta de experiencia de los jóvenes (20,7 %) y de candidatos cualificados (15 %), a las que se añaden otros factores señalados por los expertos, como las políticas socioeconómicas vigentes, la crisis y el actual modelo económico, los estereotipos y la discriminación, las desigualdades sociales, un sistema educativo sometido a numerosos cambios legislativos y en desajuste con el mercado laboral, y una orientación profesional con carencias, más académica y poco atenta a la transición colegio-trabajo.

Para reducir estas barreras y capacitar a los jóvenes tanto para encontrar un sitio en el mercado laboral como para transformar este mercado hacia un modelo productivo más justo socialmente, los investigadores identifican 20 competencias que fomentar y trabajar, tanto por parte del alumnado como de los educadores, a saber: el análisis crítico, la autoexigencia, la autogestión social, la autonomía y la autoorganización, la comprensión y el respeto a la diversidad, la capacidad de hablar en público, el emprendimiento, la resiliencia, la iniciativa y el liderazgo, el diálogo y la escucha activa, el uso de canales y de recursos para la protección de los derechos humanos y laborales, la gestión de conflictos y de emociones, la empatía, el uso de las TIC y las redes sociales, la creatividad y la innovación, entre otros.

Sin embargo, muchas de estas competencias «transformadoras» no están en la lista de las que valoran las empresas, que siguen dando prioridad a las competencias sociales reproductivas de optimización del trabajo asignado, como el cuidado en la ejecución de las tareas (un 79,3 % de los entrevistados), la disposición para aprender (67,6 %) y la orientación al cliente (63,7 %), con dos excepciones: la capacidad para trabajar en equipo (67 %) y para asumir y aceptar responsabilidades (54,8 %).
Además, en los procesos de selección de las empresas pesan más las habilidades adquiridas, la personalidad del candidato y su conocimiento del sector donde opera la empresa que su formación, la titulación o el expediente académico. De hecho, un 42,3 % de los entrevistados afirma que los jóvenes de 16 a 25 años que han querido acceder a un empleo en su empresa «no tenían un buen conocimiento de las competencias requeridas para desarrollarlo».

Los datos recogidos en la encuesta a más de 480 responsables de centros educativos revelan que la responsabilidad de ofrecer orientación a los jóvenes recae principalmente en los tutores (85,7 % de los casos), seguidos del orientador (65,5 %).
Los objetivos que más se trabajan en los centros educativos son mejorar la elección de estudios e itinerarios (el 63,6 % lo trabajan totalmente) y contribuir al éxito académico del alumnado (51,4 %). En cambio, los aspectos vinculados al acceso y la transformación del mercado laboral se incorporan con menor intensidad (16,8 % y 3,1 %, respectivamente).

Propuestas de acción y competencias para mejorar la empleabilidad de los jóvenes
Para transformar esta situación y mejorar las competencias de los jóvenes, las empresas proponen incidir en los conocimientos prácticos (62,4 %), incentivar los convenios entre las empresas y los centros de formación (58,1 %), profundizar en los valores del trabajo y el emprendimiento (46,8 %), ofrecer más apoyo para planificar el itinerario profesional (26,1 %) y mejorar la orientación profesional (26,1 %).
Para mejorar las competencias de los jóvenes, los centros educativos destacan la necesidad de incentivar los convenios empresa-centro (61,3 %), profundizar en los valores del trabajo y el emprendimiento (53,8 %), incidir en los conocimientos prácticos (53 %), facilitar asesoramiento y orientación para construir un proyecto profesional de futuro (49,3 %) y prestar un mayor apoyo para planificar y finalizar su itinerario de formación (44,5 %).
Asimismo, con el fin de trabajar el acceso al mercado de trabajo con los jóvenes, los centros echan de menos principalmente visitas o charlas del mundo empresarial, más coordinación y relación con empresas, bolsas de trabajo activas, más contacto con los servicios locales de empleo, información sobre el mercado de trabajo y asesoramiento, formación o material para trabajar ese aspecto desde el centro. En cuanto a las herramientas y los recursos para ayudar a transformar el mercado de trabajo, lo que más echan de menos es formación del profesorado, contacto y colaboración con diferentes instituciones y profesionales externos, y disponer de un banco de recursos para incorporar esta perspectiva en las actividades del centro.

A partir de la investigación, los autores han creado dos guías de orientación en formato digital dirigidas, por un lado, a los profesionales que desarrollan tareas de orientación profesional en los centros educativos de Cataluña (tutores, orientadores y profesorado de los centros de enseñanza de educación secundaria obligatoria, de formación profesional, bachillerato y formación de personas adultas) y sus estudiantes. Y, por otro lado, una guía dirigida a los técnicos y los profesionales del territorio (servicios locales de juventud, empleo y educación) de entidades sin ánimo de lucro o de organizaciones públicas y privadas, así como a los jóvenes de 16 a 25 años que participan en dichas entidades.

Las guías contienen un conjunto de actividades que trabajan el desarrollo de las competencias para el acceso y para la transformación del mercado laboral.
La primera guía presenta las actividades clasificadas en formato de ficha, que se pueden llevar a cabo como parte de diferentes materias o áreas curriculares si es necesario, y se pueden aplicar en diferentes modalidades, integradas en el currículo como actividades extraescolares, con la familia o en el entorno. En cada caso se detalla el objetivo de la actividad, las competencias que se trabajan, las barreras que se identifican, la duración, la tipología de centro a que se dirige (ESO, FP, bachillerato o CFA) y cómo evaluarla.
La segunda guía va dirigida a aquellos jóvenes y profesionales que trabajan en un contexto no formal o informal y que no están inmersos en procesos formativos o que quieran orientarse. En conjunto suman ya una cincuentena de propuestas prácticas.