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Universitat Autònoma de Barcelona
Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals (ICTA-UAB)

El ICTA-UAB reclama al Parlamento Europeo acciones para luchar contra la contaminación en el mar Mediterráneo

05 may 2023
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La implementación de políticas eficaces a nivel local y regional, con la cooperación de todos los países de la cuenca del mar Mediterráneo, es urgente para revertir con éxito la preocupante situación ambiental que padece esta zona marina.

MEDITERRANEAN SEA POLLUTION ICTA_UAB

Así lo evidencia un informe realizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) presentado en el Parlamento Europeo por la oceanógrafa Patrizia Ziveri, que incide en la necesidad de luchar urgentemente contra la creciente contaminación por basura marina y plásticos en el Mediterráneo, perfeccionar la legislación vigente y hacer el seguimiento de nuevos contaminantes que requieren una regulación urgente.

El informe, encargado por el Comité de Desarrollo Regional (REGI)- Departamento de Políticas Estructurales y de Cohesión del Parlamento Europeo, realiza un análisis exhaustivo de la situación actual del mar Mediterráneo, un punto crítico de polución en el planeta, así como de las medidas aplicadas por las ciudades y regiones de los países mediterráneos de la Unión Europea para reducir la generación y dispersión de los contaminantes. El estudio formula recomendaciones políticas y recuerda que la contaminación afecta tanto al medio y a la fauna marina como a la salud humana.

El Mediterráneo es una de las áreas marinas del mundo sometidas a mayor presión humana. Sus elevados índices de población y urbanización (150 millones de personas residen en las zonas costeras), actividad industrial, turismo (un tercio de volumen mundial) y pesca han provocado un rápido aumento de la contaminación. Aglutina hasta el 30 % de la actividad marítima mundial. Esto, sumado a una configuración geomorfológica en forma de cuenca semicerrada y su particular circulación oceánica, ha convertido al mar Mediterráneo en uno de los puntos más contaminados del planeta y en una trampa natural para los desechos marinos, especialmente plásticos.

Entre el 80 y el 90 % de los desechos marinos de la cuenca son plásticos, y se calcula que cada año se vierten al mar 230.000 toneladas de plástico de origen terrestre. El turismo es el sector que más basura genera en las playas (hasta un 60 %) seguido de la pesca y la acuicultura (5-10 %). El 66,4 % de la basura acumulada en las playas está compuesta por solo 10 tipos diferentes de objetos, 9 de ellos realizados parcial o totalmente con plástico y 7 de ellos de un único uso. Las colillas y los filtros de cigarrillos son los más abundantes (27,3 %). Las actividades navieras aportarían hasta 20.000 toneladas de plástico al año.

El informe del ICTA-UAB Actions of cities and regions in the Mediterranean Sea area to fight sea pollution indica que la principal causa de esta situación es la producción masiva de residuos y su mala gestión. Hacen referencia al vertido de residuos industriales y urbanos, a las aguas residuales, la escorrentía agrícola, la navegación, la pesca y el tráfico marítimo, así como el turismo.

“Para hacer frente a la contaminación se deben implementar políticas de gestión aplicada a la reducción y tratamiento de residuos, el turismo, la polución por plásticos y otros contaminantes, las aguas residuales y otros desechos procedentes de los ríos”, explicó Patrizia Ziveri, oceanógrafa del ICTA-UAB.

En este contexto, “es esencial que la lucha contra la contaminación en el mar Mediterráneo no sea respaldada solo por los países de la UE, y que todos los países mediterráneos apliquen la normativa necesaria mediante una cooperación eficaz”, indica. La aplicación y el éxito de las acciones de lucha contra la contaminación marina deberían supervisarse en diferentes etapas. Las mejores prácticas se deben destacar, compartir y aplicar en las regiones mediterráneas adecuadas. Los científicos destacan que se han logrado grandes avances en materia de tratamiento y prevención, como la aplicación de la directiva sobre plásticos de un solo uso y el fomento del reciclado, pero indican que se necesitan esfuerzos mayores. En este sentido, el estudio examina la aplicación de la directiva de la Unión Europea sobre plásticos de un solo uso en Francia, España, Italia y Grecia, y apuesta por una estrategia para su reducción que incluya restricciones de mercado, una mejor gestión de los residuos y acuerdos entre consumidores y productores.

“Hay que seguir esforzándose para alcanzar los objetivos medioambientales. Urge centrarse en los objetivos estratégicos de la Unión Europea para sectores clave, como el modelo de producción, las pautas de consumo y las prácticas de eliminación de residuos”, indica Michael Grelaud, oceanógrafo del ICTA-UAB y coautor del informe.

“Algunas medidas para limitar la contaminación marina (pesca, acuicultura, navegación, minería) ya existen, pero a menudo se enfrentan a problemas de aplicación efectiva porque su implementación suele quedar reducida a colaboraciones voluntarias por parte de los estados”, indica Jorge Pato, también coautor.

Algunas otras medidas que proponen en diferentes ámbitos son:
 

  1. Contaminantes emergentes. Hace referencia a nuevos contaminantes, tales como productos farmacéuticos, filtros UV, retardantes de llama o pesticidas que llegan al mar a través de la escorrentía agrícola, urbana e industrial o las plantas de tratamiento de aguas residuales costeras.
     
  2. Microplásticos. No existe legislación vigente para el creciente problema de los microplásticos. “Se debe establecer la contaminación por microplásticos como un tema prioritario en la agenda mediterránea y alcanzar acuerdos vinculantes”. Apuntan al establecimiento de prohibiciones y reducciones en la fabricación de tejidos y cosméticos, controlando la entrada de microplásticos al mar en todos los canales de agua, incluidos los ríos y los vertidos de aguas residuales. Se necesita una regulación estricta de las pinturas y los revestimientos de los buques.
     
  3. Contaminación acústica marina. La navegación, la prospección de petróleo y gas, la construcción y mantenimiento de estructuras marinas y las actividades militares son una peligrosa fuente de contaminación acústica que afecta a la fauna marina, ya que causa alteraciones en su comportamiento y comunicación, daños auditivos, estrés e incluso provoca la muerte. Se propone la creación de zonas marítimas especialmente sensibles en las que el ruido esté restringido (con especial atención a las rutas migratorias, zonas de reproducción y puntos críticos de biodiversidad), el uso de modelos de buques más silenciosos y la reducción de la velocidad de los barcos.
     
  4. Ríos, aguas residuales y puertos. El reto de la gestión de la contaminación del agua reside en la aplicación de las políticas por parte de los países firmantes. Esto es especialmente evidente dados los distintos niveles de desarrollo económico de los países mediterráneos. Apuestan por la reutilización cíclica de los efluentes tratados para la agricultura para reducir así el gasto en fertilizantes y la recuperación de las aguas residuales orgánicas de las ciudades como recurso agrícola valioso.
     
  5. Acuicultura. Contamina mediante el vertido de residuos no tratados, el uso de químicos y la liberación de un exceso de nutrientes. Se daña así la vida acuática, se favorece la proliferación de algas nocivas y se envenena con antibióticos y metales pesados a peces y otras especies marinas, por lo que es necesario crear una normativa sobre este exceso de nutrientes en la acuicultura. Las políticas de la UE para los países mediterráneos deberían aplicar las Directrices voluntarias sobre el marcado de artes de pesca para poner fin a las artes de pesca abandonadas, perdidas o desechadas y fomentar la recuperación de los desechos marinos mediante compensaciones.
     
  6. Aplicación de iniciativas en las ciudades costeras sobre la caracterización y el seguimiento de residuos. Algunos ejemplos son el uso de contenedores inteligentes que avisan cuando están llenos; campañas de concienciación orientadas a los usuarios de las playas; vigilancia de escombros y basuras en las principales rutas comerciales del Mediterráneo o la adaptación de los envases que no es posible prohibir con soluciones alternativas sostenibles.
     
  7. Islas mediterráneas. Se debe promover el turismo sostenible, limitar la generación de basura costera mejorando la concienciación general sobre el problema, limitar el impacto del turismo implantando una tasa de visita para las atracciones costeras libres de basura, elaborar planes integrales de gestión de residuos que cuenten con la implicación de las comunidades locales e implantar normativas para crear playas libres de humo.

El programa de investigación estratégico del ICTA-UAB, impulsado en el marco de la Unidad de Excelencia María de Maeztu 2020-2023, concedida por el Ministerio de Ciencia e Innovación español, se estructura en torno a 5 retos sociales interrelacionados, centrados en los Oceános, la Tierra, las Ciudades, el Consumo y las Políticas. Investigar estos retos sociales es fundamental para imaginar una transición hacia una Tierra sostenible. Esta investigación se enmarca en los Retos Océanos y Políticas.


Informe completo (inglés) https://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2023/733123/IPOL_STU(2023)733123_EN.pdf

Resumen ejecutivo (español) https://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2023/733123/IPOL_STU(2023)733123(SUM01)_ES.pdf

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