Una mirada a los avances y novedades en el tratamiento de la lesión medular traumática

La lesión medular traumática es uno de los retos médicos más complejos y con posibilidades de recuperación espontánea muy limitadas. Este artículo presenta una revisión integral de las estrategias terapéuticas actuales y de las técnicas innovadoras que ya se han implementado o que aún se encuentran en fase de desarrollo.
La lesión medular traumática (tSCI) es una de las condiciones médicas más complejas e incapacitantes, con pocas posibilidades de recuperación espontánea, debido a la baja capacidad regenerativa del sistema nervioso central. Esta revisión ofrece una actualización completa de las estrategias terapéuticas actuales y de las innovaciones que se están desarrollando para mejorar los resultados clínicos y funcionales en pacientes con tSCI.
La lesión presenta una fase primaria —daño médico causado por el trauma— y una fase secundaria, que incluye isquemia, inflamación, estrés oxidativo y apoptosis celular. Las intervenciones precoces son esenciales para minimizar el daño secundario. La gestión hemodinámica es crítica: mantener una presión arterial media (MAP) entre 75-95 mmHg durante la primera semana postlesión se ha convertido en el estándar para preservar la presión de perfusión medular (SCPP). Aun así, la evidencia sobre el valor ideal de la MAP es todavía limitada y está en evolución. El choque neurogénico, común en lesiones cervicales y torácicas altas, complica la atención inicial y a menudo requiere vasopresores como la noradrenalina.
La neuroprotección farmacológica ha ido dejando de banda el uso de metilprednisolona (MP) en dosis altas, antes ampliamente utilizada, pero ahora controvertida por sus efectos secundarios y escasa eficacia a largo plazo. Nuevos agentes en investigación incluyen riluzole, eritropoetina, el factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF) y anticuerpos monoclonales contra inhibidores del crecimiento axonal.
El tratamiento quirúrgico continúa siendo esencial para estabilizar la columna vertebral y descomprimir las estructuras neurales. Aunque la cirugía precoz (dentro de las 24 horas) se asocia generalmente con mejores resultados, el momento y las técnicas exactas —especialmente el papel de la duroplastia en la reducción de la presión intramedular— continúan siendo objeto de debate. La ecografía intraoperatoria ofrece una evaluación prometedora y en tiempo real de la calidad de la descompresión.
Las terapias celulares, especialmente, las células madre mesenquimales (MSC), han demostrado resultados alentadores en la modulación de los microambientes y la promoción de la neuroregeneración. Otros tipos —como las neurales, hematopoéticas, embrionarias y las células madre pluripotentes inducidas— también se están investigando en ensayos clínicos con datos preliminares de seguridad positivos.
Finalmente, las tecnologías avanzadas de rehabilitación, como los exoesqueletos robóticos, la estimulación medular (epidural y transcutánea) y la realidad virtual, están transformando el panorama rehabilitador en potenciar la neuroplasticidad y mejorar la función motora. Estas innovaciones apuntan hacia un futuro de atención multimodal, altamente individualizada, para los pacientes con lesión medular.
Referencias
Montoto-Marqués, A.; Benito-Penalva, J.; Ferreiro-Velasco, M. E.; Andrew Wright, M.; Salvador-De la Barrera, S.; Kumru, H.; Gaitán-Pérez, N.; Hernández-Navarro, A.; Rodríguez-Sotillo, A.; Martins Braga, F.; Palencia-Vidal, A., & Vidal-Samsó, J. (2025). Advances and New Therapies in Traumatic Spinal Cord Injury. Journal of clinical medicine, 14(7), 2203. https://doi.org/10.3390/jcm14072203