Raymond Wheeler: "la industria de semillas de patata utiliza técnicas desarrolladas por la NASA"
¿Cuál es su relación con el proyecto MELiSSA?
Conozco el proyecto MELiSSA desde hace unos 25 años, y visité por primera vez su planta piloto en Barcelona en 2001. Conozco al profesor Francesc Gòdia desde hace mucho tiempo, ha sido el jefe de este grupo en la UAB. Es una relación que hemos construido a lo largo de los años.
¿Cómo es la relación entre los investigadores de soportes de vida biorregenerativos alrededor del mundo?
El campo de los soportes de vida biorregenerativos es un esfuerzo internacional, habiendo grupos de la NASA y la ESA, entre otros, involucrados, así que la comunidad se ha llegado a conocer bien entre sí. Incluso, establecimos un grupo de trabajo donde representantes de cada uno de los grupos nos reunimos una vez al año para abordar la investigación, los retos y los temas que nos interesan.
¿Qué grado universitario recomendaría para terminar investigando en el campo del soporte de vida biorregenerativo?
Al estudiantado que esté interesado en este campo de investigación, le diría que, si quiere entrar en el campo de la biología, un grado en Biología o en plant science es suficiente para empezar. Lo mismo con las ingenierías, una ingeniería aeroespacial o mecánica, por ejemplo. Si entras en un posgrado o máster, empieza a centrarte más en esas áreas.
Y después, si haces un doctorado, tendrás que encontrar y centrarte mucho en una cuestión específica y establecer una hipótesis que quieras probar.
¿Qué consejo les daría a los estudiantes que quieren dedicarse a la investigación?
Creo que, si tienen interés, es importante intentar entablar relaciones y conocer gente de esos campos. No ser tímido, presentarse y decir: «Esto me interesa». Yo, por ejemplo, tuve suerte de conocer a algunos profesores en distintas universidades de Estados Unidos, solicité plaza en algunos de sus programas y conseguí entrar.
¿Desde la ingeniería también se puede hacer investigación en soportes de vida biorregenerativos?
Sí, los ingenieros con los que he trabajado han seguido una vía paralela: la ingeniería agrícola. Con la ingeniería agrícola se tiende a pensar en la configuración de los campos y en equipamiento para cosechar e irrigar. Efectivamente, esa es una parte de la ingeniería agrícola, pero la gestión de plantas y cultivos en entornos controlados es otra. Creo que es un área de estudio en la que los estudiantes podrían fijarse.
¿Cómo definiría usted el campo del soporte de vida biorregenerativo?
Es un campo amplio, y quizá cada uno tenga su propia definición, pero diría que el soporte de vida biorregenerativo es considerar cualquier forma de incorporar la biología al objetivo general de proveer soporte a la vida humana en el espacio.
Esto no quiere decir que todo deba ser biológico; actualmente todo son sistemas físicos y químicos para las estaciones espaciales. Ahora mismo la biología no está contribuyendo mucho, pero a medida que avancemos y vayamos más lejos y nos quedemos más tiempo, los sistemas de soporte de vida biorregenerativos podrán ayudar a bajar los costes de estos otros sistemas y en el reabastecimiento de alimentos.
¿Qué tipo de estudios le gustaría ver empezar en el campo del soporte de vida biorregenerativo?
Me gustaría ver estudios y operaciones más sostenidos en el tiempo sobre, por ejemplo, componentes de sistemas biorregenerativos o diferentes conjuntos o versiones integradas. Pero estudios prolongados de varios años, ya que creo que es lo que necesitamos hacer si vamos a usar estos sistemas durante años cuando lleguemos a Marte.
Hay cuestiones que considero que deben hacerse en experimentos y pruebas de larga duración: ¿hasta qué punto son fiables? ¿Qué pasa si algo falla? ¿Cómo se soluciona? ¿Qué tipo de cosas pueden fallar? ¿Cómo se integran y cómo se evoluciona en estos sistemas con el tiempo? Ahora tenemos muchas nuevas herramientas; desde el punto de vista biológico, tenemos la biología molecular, y creo que siempre podemos infundir muchas de esas nuevas herramientas para ayudar a mejorar nuestras técnicas y capacidades. Creo que siempre se pueden mejorar cosas, llegar a soluciones completamente nuevas.
En 2017 se publicó el artículo Agriculture for space: people and places paving the way en la revista Open Agriculture, donde documenta la historia de la investigación en soporte de vida biorregenerativo. ¿Cuál fue su motivación para escribirlo?
Pensé cómo debería enfocar el artículo y reflexioné que sería bueno dar crédito a los diferentes grupos que han estado investigando a lo largo de estos años, desde la década de 1950.
Todos los grupos de investigación que he conocido han sido muy enérgicos y entusiastas con lo que hacen, al igual que yo, así que compartimos esa energía. Quería aprovechar la oportunidad para reconocer el mérito de estas personas por todo lo que han hecho, su entusiasmo, esfuerzo y dedicación. Estoy muy satisfecho de haberlo escrito, es uno de los artículos más gratificantes que he producido, pude hacer fotos y mostrarlas a la gente (risas).
¿Cómo valora la investigación en soportes de vida biorregenerativos?
Para mí, la investigación de soportes de vida biorregenerativos ha sido un campo muy gratificante. Este campo ha sido uno de los temas más duraderos en investigación espacial, aunque parezca mentira. La NASA se formó en 1958 e incluso en ese momento ya había investigadores que empezaban a estudiar el uso de algas para generar oxígeno para los viajes espaciales humanos y, del mismo modo, había investigadores rusos en aquella época. Los rusos y los Estados Unidos encabezaban los estudios espaciales en ese momento. Antes, incluso los novelistas y otros científicos que no tenían la capacidad de hacer mucho especularon sobre ello, lo que me parece muy interesante.
¿Algunas de vuestras investigaciones, enfocadas en el espacio, han abierto camino a investigaciones para la Tierra?
Ha habido un desarrollo paralelo de lo que podríamos llamar agricultura terrestre en ambientes controlados, como los invernaderos. El conocimiento generado en los estudios hechos para el espacio, donde se necesita estar en un ambiente controlado obligatoriamente, luego también se ha usado en la Tierra: aumento de la producción, creación de cultivos especializados, cultivos que produzcan en invierno, iluminación de las cosechas con LED, agricultura hidropónica, etc.
Hemos podido aumentar el rendimiento de los cultivos hasta superar los récords mundiales de rendimiento de los cultivos de campo; eso significa que hay un potencial sin explotar en nuestros cultivos de campo. Solo tenemos que averiguar cómo sacarles el máximo partido.
Por último, tanto en la Tierra como en el espacio hemos tenido que lidiar con trazas de contaminantes en sistemas cerrados, como unos niveles altos de dióxido de carbono, que, como sabemos, están aumentando siempre. Así pues, se ha dado este interesante desarrollo paralelo. Hemos aprendido de los sistemas terrestres y considero que estos también han aprendido del espacio.
El campo de soporte de vida biorregenerativo colabora con muchos grupos de distintas disciplinas para lograr nuevas tecnologías que también ayuden en otros campos e industrias en la Tierra. ¿Cómo es la colaboración con los investigadores y grupos de distintos campos?
Creo que es una buena colaboración. Yo me dedico a las plantas, por lo que me estoy inclinando por hablar más de ellas, pero los sistemas biorregenerativos son mucho más amplios. Implican el uso de microbios, bacterias u hongos, por ejemplo, para convertir la biomasa no comestible. También se usan animales, como insectos o peces, para este propósito.
Por supuesto, en microbiología se utilizan sistemas de bacterias, como las cianobacterias. En el grupo MELiSSA se han especializado durante muchos años en la degradación de residuos. Son los mismos principios que tienen los ecosistemas naturales reales, y que también se usan en los sistemas municipales de tratamiento de aguas residuales, todos ellos tienen una base biológica.
La comunidad de investigadores biorregenerativos es amplia, y creo que ha habido una buena sinergia entre todos estos grupos de ingeniería, microbiología, química, plant science, informática y muchos más.
En los años 90, fue consultor en una empresa a la que asesoró en la producción a gran escala y en ambientes controlados de semillas de patata. ¿Cómo ha sido la relación de su investigación con la industria? ¿Usted o su grupo de investigación ha seguido asesorando a empresas privadas de sectores relacionados con su investigación?
Creo que en general, como comunidad, los investigadores de soporte de vida biorregenerativo han tenido una relación positiva y continua con la industria.
En efecto, hice de consultor a una empresa sobre el cultivo de patatas de siembra y en ambientes controlados; las patatas de siembra son el stock de propagación. Para propagar las suficientes semillas de patatas necesarias para abastecer el mercado en crecimiento se necesitan el equivalente de 5 o 7 años para generarlas, lo que significa que, si haces eso en el campo, estadísticamente y solo por los virus y enfermedades que puedan adquirir, pierdes alrededor del 10 al 15% del potencial de rendimiento final.
Si las cultivamos en ambientes muy limpios, como los invernaderos o en cámaras totalmente cerradas en las que se puede ser muy higiénico, y tomando medidas muy estrictas para evitar enfermedades, entonces tendremos un stock de propagación de muy alta calidad. La industria de semillas de patata está muy interesada en eso: hoy en día hay grupos que usan las técnicas que la NASA desarrolló para ello.
Área de Comunicación y Promoción
Universitat Autònoma de Barcelona