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30/07/2019

¿Por qué los ambientalistas comen carne?

carn
Un estudio del ICTA-UAB analiza los motivos por los que científicos concienciados con el medio ambiente no renuncian al consumo de carne, causante de importantes impactos ambientales en el planeta. Los científicos no creen en las acciones individuales sino en las que procedan de la política y la tecnología.
istock/antoniotruzzi

Los científicos ambientalistas dudan de la efectividad de las acciones individuales y consideran que los cambios a favor de la sostenibilidad del planeta vendrán impulsados desde la política y la tecnología. Ésta es la conclusión principal de un estudio realizado en el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) en el que analizamos el motivo por el que incluso los científicos con una mayor conciencia ambiental son incapaces de dejar de consumir carne aun sabiendo que esto tiene un grave impacto ambiental.

Reducir el consumo de carne es muy importante para reducir el impacto ambiental en la Tierra, incluidas las emisiones de carbono. A pesar de ser una prioridad de sostenibilidad, convencer a las personas de que renuncien a la carne es difícil. Muchos de los investigadores, incluidos los más ecológicos, son conscientes de que comer carne es malo, pero no se convierten en vegetarianos. ¿Por qué quienes cuidan del medio ambiente y los animales siguen consumiendo carne?

Esta situación, conocida como "la paradoja de la carne", demuestra que a las personas les importa el impacto que tiene la carne, pero siguen consumiéndola, debido a la llamada brecha de "actitud-comportamiento". Las personas creen que deberían hacer algo para proteger el medio ambiente, pero luego no actúan de acuerdo a sus creencias. Hasta el momento, los estudiosos han argumentado que las personas se enfrentan a esa "disonancia cognitiva" cambiando sus actitudes o sus comportamientos. En otras palabras, en el caso de la carne, o se convencen a sí mismos de que comer carne no es tan malo, o se convierten en vegetarianos.

Sin embargo, este estudio realizado por Evon Scott, graduado del master SAES del ICTA-UAB (y dirigido por el investigador ICREA en el ICTA-UAB que firma este artículo, Giorgos Kallis, y el investigador de la UPF Christos Zografos) parte de la premisa de que las personas tienen razones consistentes para hacer lo que hacen. Para ello, entrevistamos a consumidores de carne del ICTA-UAB e identificamos los diferentes puntos de vista argumentados para explicar por qué comen carne. El estudio Why environmentalists eat meat ha sido publicado recientemente en la revista Plos One.

El razonamiento y discurso principal de los entrevistados es que el cambio vendrá en el futuro desde la política o la tecnología, no desde sus propias acciones. En otras palabras, no creían que comer o no carne fuera tan importante, dado que el problema radica en el "capitalismo" o en la necesidad de encontrar nuevas tecnologías. Otros entrevistados pensaron que el tema era demasiado complejo para que su cambio marcara la diferencia, mientras que otros afirmaron que en teoría tenían que cambiar y convertirse en vegetarianos, pero luego admitieron que disfrutaban demasiado comiendo carne y que no podían abandonarla. Los investigadores concluyen que las personas tienen razones sólidas para sus acciones, o simplemente aprenden a vivir con sus contradicciones.

Este replanteamiento del rompecabezas “actitud-comportamiento” podría extenderse más allá del consumo de carne, a problemas como el cambio climático, donde también muchos piensan de una manera, pero actúan de otra. Las personas pueden experimentar sus acciones poco sostenibles como coherentes con sus creencias proambientales, sin necesidad de modificar ni una ni otra para reducir la incongruencia, a diferencia de lo que afirmaban estudios previos. La gente podría pensar que decir que viaja en avión o no, no supone una gran diferencia ya que el cambio climático es un problema de "capitalismo", "políticos" o podría resolverse en un futuro próximo con nuevas tecnologías.

Si esto es cierto, entonces sería necesaria una política y una estrategia de comunicación diferente para convencer a quienes ya saben que sus acciones tienen implicaciones negativas, pero no creen que cambiar lo que hacen supondrá una diferencia. Esta estrategia debe enfocarse no tanto en informar a la gente sobre el impacto de sus acciones, que ya lo conocen, sino en convencerles de que los cambios en sus acciones individuales pueden ser importantes para cambiar la cultura dominante y las normas de la sociedad, y ser así parte de la transformación política y tecnológica.

 

Giorgos Kallis
Departamento de Geografía UAB
Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB)
georgios.kallis@uab.cat

Isabel Lopera
Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB)
Isabel.lopera@uab.cat

Referencias

Scott E, Kallis G, Zografos C (2019) Why environmentalists eat meat. PLoS ONE 14(7): e0219607. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0219607

 
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