• Portada
17/12/2018

Los niveles de vitamina D son más bajos en pacientes con cáncer de mama, en la región mediterránia

vitamina D en el càncer de mama
Determinados niveles de vitamina D se han relacionado con la aparición, pronóstico y supervivencia del cáncer de mama. En el siguiente artículo se han comparado los niveles de vitamina D en mujeres diagnosticadas de cáncer de mama con mujeres sanas, en la región mediterránea. Se ha visto que en general la mayoría de mujeres sanas tienen escasez de vitamina D pero las mujeres intervenidas por cáncer de mama tienen niveles aún más bajos. Se ha concluido remarcando la importancia de cuantificar la vitamina D en las pacientes y su ingesta en caso necesario.
iStockPhoto: ChesiireCat

La vitamina D es una hormona necesaria para nuestros huesos y articulaciones pero también es muy importante para el correcto funcionamiento de muchas células en todo el organismo. Se fabrica principalmente en la piel, cuando nos da el sol. Cuando las personas carecen de esta vitamina se puede producir una descalcificación de los huesos (disminución de la densidad mineral ósea) que puede provocar diversas enfermedades, entre ellas la osteoporosis, que hace que se produzca un aumento del riesgo de fracturas óseas. Varios estudios han relacionado los niveles de vitamina D con la aparición, pronóstico y supervivencia del cáncer de mama. Este tipo de cáncer es el más común entre las mujeres, y la segunda causa de mortalidad debida a neoplasias en España.

Por este motivo, en un estudio recientemente publicado en la revista Maturitas, se han comparado los niveles de Vitamina D de mujeres postmenopáusicas diagnosticadas con cáncer de mama (del grupo más común, aquel en el que sus células tienen positivo el receptor de estrógenos) con los niveles de mujeres posmenopáusicas sanas de la misma región mediterránea.

Las pacientes estudiadas son mujeres que se han operado de cáncer de mama y que son controladas y tratadas al Hospital del Mar (cohorte B-ABLE), a las que se ha estudiado poco después de la intervención quirúrgica, al cabo de seis semanas, o bien cuando ha pasado un mes después del último ciclo de quimioterapia. Además, también se han estudiado a largo plazo, entre dos y cinco años después de ser operadas. Los datos de las participantes se compararon con mujeres sanas estudiadas en el departamento de genética de la Universidad de Valencia, también una zona mediterránea.

En este estudio se ha observado que, contrariamente a lo que podríamos esperar en una población de mujeres sanas con nuestro clima soleado, casi el 80% tiene niveles de vitamina D bajos (insuficientes) y un 1.4% extremadamente disminuidos. Estos niveles aún son peores en las pacientes intervenidas por cáncer de mama, donde después de la operación la gran mayoría (un 93%) tienen la vitamina D baja y casi la cuarta parte (un 24%) muestra niveles extremadamente disminuidos. Pasados entre 2 y 5 años aún un 86% tienen poca vitamina D y un 17.7% tiene niveles realmente bajos.

Pero, además, poco después de la operación, las pacientes que han recibido quimioterapia aún tienen menos vitamina D ya que 1 de cada 3 la tiene extremadamente disminuida. Al cabo de unos dos años esta situación en parte se compensa aunque nunca llegan a recuperar niveles de vitamina D como los de las mujeres sanas.

Por este motivo, la Unidad de Investigación Musculo-esquelética del Hospital del Mar recomienda la medición de la vitamina D en pacientes diagnosticadas con cáncer de mama y, en caso necesario, que tomen esta vitamina, especialmente las que han recibido quimioterapia.

Marta Pineda Montcusi
Bajo supervisión de Adolf Diez Perez

Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas

Facultad de Medicina
Universitat Autònoma de Barcelona

Referencias

Pineda-Moncusi, Marta & García Pérez, Miguel Angel & Rial, Abora & Casamayor, Guillem & Lourdes Cos, Maria & Servitja, Sonia & Tusquets, Ignasi & Diez-Perez, Adolfo & Cano, Antonio & Garcia-Giralt, Natalia & Nogués, Xavier. (2018). Vitamin D levels in Mediterranean breast cancer patients compared with those in healthy women. Maturitas, 116. 83-88. DOI: 10.1016/j.maturitas.2018.07.015.

 
View low-bandwidth version