UABDivulga - Barcelona recerca i innovació

En los últimos 50 años, millones de personas en el mundo se han visto obligadas, por diferentes motivos, a desplazarse fuera de su lugar de nacimiento o residencia habitual. En Cataluña,  el crecimiento poblacional se debió a la inmigración de extranjeros, los cuales representan un 15% de la población. El proceso migratorio es una experiencia estresante que afecta a la salud física y mental de las personas migradas. Las condiciones de vida anteriores en el lugar de origen (aspectos culturales, exposición a conflictos, persecución...), la duración y condiciones en que se hace el viaje, y las condiciones en el país de destino (las políticas de migración, el acceso al sistema de salud y la sensibilidad de los profesionales sanitarios hacia las diferencias culturales y lingüísticas) determinan la salud de las personas que migran. Durante todo este proceso, la soledad, la inseguridad, las dificultades idiomáticas y el estrés que sufren crean una situación en la que los inmigrantes tienen pocos recursos para afrontar la situación y les hace más vulnerables. 

En las consultas de atención primaria son frecuentes las visitas de personas migradas con problemas de depresión y ansiedad, así como somatización o síntomas persistentes que no tienen una explicación objetiva y cuya causa más frecuente es el estrés mantenido. Los organismos internacionales marcan como una prioridad monitorizar la salud de los inmigrantes y desarrollar programas sensibles a sus necesidades específicas que guíen la atención de los profesionales sanitarios. 

El objetivo del estudio fue valorar el riesgo psicosocial, el estrés psicológico y los problemas de somatización, así como los principales factores de riesgo sociodemográficos asociados en una muestra de inmigrantes. Se entrevistó a 602 personas migradas (la mitad fueron mujeres) que acudían a visita médica en centros de atención primaria de un área urbana de Barcelona. Los participantes eran originarios de 9 países diferentes y se agruparon según el área geográfica de procedencia en 4 comunidades: América del Sur, Sur de Asia, Magreb y Sub-Sahara. Los resultados  mostraron que pertenecer a comunidades culturales diferentes condicionó los niveles de riesgo psicosocial, estrés y somatización. 

Así, los inmigrantes subsaharianos presentaron más riesgo psicosocial que los inmigrantes de otras comunidades, sin embargo, obtuvieron menores niveles de estrés y somatización. Se observaron diferencias según género, siendo las mujeres inmigrantes de las cuatro comunidades las que presentaron mayor nivel de estrés psicosocial y síntomas por somatización respecto a los hombres, a pesar de tener el mismo nivel de riesgo psicosocial que éstos. El análisis separado de datos de hombres y mujeres mostró diferencias en relación con los factores asociados a sufrir estrés. En los hombres las condiciones de vida antes y después de emigrar se asocian a mayor nivel de estrés. Sin embargo, en el caso de las mujeres se asocia con mayor nivel de estrés, el país de origen, la religión, el tiempo de residencia en el país de acogida y estar casada. La edad o el nivel de educación fueron factores que no se asociaron a presentar estrés. Los factores asociados a presentar problemas de somatización en el caso de las mujeres fueron el país de origen, el tiempo desde la migración, la religión y el número de hijos. En los hombres tener más edad se asoció a presentar problemas de somatización.

Conocer mejor los factores que se asocian a la  presentación de problemas de estrés y somatización ayudará a los profesionales sanitarios a trabajar en el desarrollo de estrategias con las que puedan ofrecer un mejor apoyo  a las personas recién migradas.