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La salud mental es fundamental para que los niños crezcan y se desarrollen adecuadamente y alcancen su máximo potencial. Los padres deben garantizar el bienestar de sus hijos y promover su buen funcionamiento mental para mejorar sus perspectivas de vida adulta. Además, dado que la mitad de los trastornos mentales comienzan antes de los catorce años, es fundamental prevenirlos, detectarlos y tratarlos a una edad temprana.

La revisión que se presenta aquí muestra cómo una capacidad mental específica de los padres, la mentalización, puede beneficiar significativamente la salud mental de los niños hasta los 12 años. La mentalización es la capacidad de ser consciente de los estados mentales propios y ajenos, como las emociones, las intenciones, los deseos y los pensamientos. Antes de comenzar esta revisión, nos preguntábamos hasta qué punto la mentalización de los padres puede ser un factor protector para los niños. Además, nos preguntábamos si, en el caso de la psicopatología de los padres, podría moderar la transmisión a sus hijos.

Nuestra revisión analizó la literatura científica que mide la mentalización de los padres y los resultados de salud mental de sus hijos. El 88 % de los 73 estudios seleccionados mostró asociaciones significativas. Casi todos respaldaron la afirmación de que los hijos de padres con habilidades de mentalización saludables muestran un mejor funcionamiento y menos psicopatología. Además, casi todos los estudios que exploraron la posibilidad de un papel moderador de la mentalización de los padres en la transmisión transgeneracional de la psicopatología reportaron efectos significativos. En un contexto donde la salud mental se aborda principalmente solo cuando surge un problema, estos resultados sugieren que fomentar la mentalización de los padres, tanto en entornos clínicos como no clínicos, podría ayudar a mejorar la salud mental infantil en términos de síntomas, funcionamiento y bienestar, y a detener la creciente incidencia de trastornos mentales a lo largo del desarrollo.

Fortalecer una habilidad ya presente en todas las personas, no solo la salud mental de los adultos, sino también la de los niños a su cargo, podría tener beneficios en términos de menos síntomas, mejor funcionamiento social y de rol, y mayor bienestar. Los niños expuestos a adultos con habilidades de mentalización mejoradas podrían crecer más sanos y resilientes, y llegar a la edad adulta preparados para transmitir un nuevo nivel de habilidades de salud mental a la siguiente generación, perpetuando así el efecto transgeneracional. Promover la salud mental de los niños durante su crecimiento y antes de que se desarrolle cualquier problema clínico, a fin de prevenir su evolución, podría ser una de las pocas maneras de reducir la presión actual sobre las redes de atención médica pública. Los padres están presentes en la vida de los niños durante todo su desarrollo. Esta revisión respalda la idea de que, al fortalecer la mentalización de los padres, tanto en entornos clínicos como no clínicos, la salud mental infantil podría verse significativamente beneficiada.