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La mayoría de los estudios de nutrientes en las planta se centran en el nitrógeno (N) y fósforo (P), quedando a menudo olvidado el potasio (K). En este artículo, se estudiaron las relaciones entre la asignación de K y la asignación de carbono (C), N y P a diferentes órganos de la planta en respuesta a gradientes climáticos en 2836 parcelas forestales de Cataluña. Se prestó especial atención al contenido total de K y sus relaciones entre órganos (hojas y tallo) de la planta en lugar de las concentraciones y sus proporciones. Los resultados demuestran los árboles destinan diferentes proporciones de potasio en relación con el P y el N a los órganos fotosintéticos y no fotosintéticos en respuesta a las condiciones climáticas, el crecimiento y el estilo de vida. Además, los resultados también indican que los diferentes tipos de bosques: angiospermas caducifolios, angiospermas de hoja perenne y gimnospermas (coníferas en este caso) responden de manera diferente a los gradientes climáticos. Se demuestra que la asignación de K está fuertemente relacionada con la disponibilidad de agua y que la absorción de K tiene más que ver con la captación de agua que la absorción de N y P. La asignación de K está relacionada tanto con la respuesta de las plantas a la sequía como a su crecimiento.

También se demuestra que el K tiene un papel clave en la respuesta de las plantas a los cambios climáticos estacionales. Además, las diferencias en la composición y plasticidad del contenido de K pueden ser consecuencia de una adaptación a largo plazo de los árboles a diferentes estilos de vida ecológicos y condiciones climáticas. Llegamos a la conclusión de que el K debe ser más frecuente y profundamente considerado en los estudios ecológicos de las plantas terrestres de lo que ha sido hasta ahora. Finalmente, los resultados también demuestran que el uso de contenido de K en estos estudios ecológicos representa mejor la productividad y la asignación real de los nutrientes que el uso exclusivo de la concentración foliar de K. Nuestros resultados mejoran nuestro conocimiento de los factores que controlan el contenido y las relaciones de los elementos de las hojas de los árboles y la madera, y también pone de manifiesto la necesidad de considerar el K (y no sólo de N y P) en el estudio de las relaciones entre los cambios en la composición elemental de las plantas y los cambios ambientales.