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05/2014

La controversia en la televisión catalana

Un estudio analiza la forma en que se exterioriza el desacuerdo en un debate televisivo que forma parte de un programa matinal de la televisión pública catalana. El debate pretende responder a la pregunta planteada por el presentador: "¿La energía nuclear es un peligro?", e intervienen tres profesores universitarios y tres miembros de asociaciones relacionadas con la cuestión. El desplazamiento de los temas, las fases de las controversias, el encadenamiento de las intervenciones, y el posicionamiento y los recursos persuasivos que despliegan los hablantes son importantes para ver cómo se construye una conversación a varias voces que expresan opiniones confrontadas.

Un formato muy habitual en las televisiones de todas partes es el debate. En el programa Els matins de Televisió de Catalunya, por ejemplo, se reservaba media hora y se ponía como moderador una figura estelar del periodismo audiovisual: Josep Cuní. A través de opiniones diversas y divergentes, los debates pretenden dar información y aclarar cuestiones en torno a un tema (político, científico, social...) para conseguir que el telespectador se haga una idea clara y ajustada acerca del mismo.

Dada la espectacularidad que siempre busca el medio televisivo, en este tipo de espacios el contenido es tan importante como el juego de palabras que se genera entre los intervinientes. Los puntos álgidos del encuentro se dan cuando los hablantes despliegan herramientas retóricas y persuasivas potentes y cuando el enfrentamiento, más o menos emotivo, más o menos racional, es más vivo. Por eso este estudio se ha centrado en lo que se han llamado "microcontrovèrsies", es decir, en los fragmentos breves de la conversación que transmiten más la polémica y la oposición entre la manera de pensar de los invitados.

Para analizar estos fragmentos álgidos, se ha partido de la propuesta de Dascal (1995) que sugiere la observación de cuatro componentes: el dinámico (que observa las fases que tiene cada microcontroversia y cómo se deslizan los temas, cómo se pasa de un tema o subtema a otro), el morfológico (que observa el encadenamiento de las intervenciones y de las ideas), el pragmático (que presta atención a la toma de posición de cada hablante respecto de lo que dice), y el retórico (que se preocupa de los aspectos ideológicos y persuasivos, como el uso de las figuras retóricas).

En el análisis se ha observado que las microcontroversias siempre se despliegan en tres fases (expositiva, la primera; de manifestación de desacuerdo, la segunda, y de ataque frontal, la tercera). En esta dramatización amplificadora, las cámaras tienen un papel fundamental, ya que siempre están interesadas en enfocar las expresiones más extremas de desacuerdo, enojo y condescendencia. Además, aunque se debate sobre un tema principal, la peligrosidad de la energía nuclear, surgen un montón de subtemas que también son debatidos. Estos subtemas son escogidos en función de las preferencias ideológicas y profesionales de los implicados. Por ejemplo, durante mucho rato la atención se acaba desviando más hacia el coste de la energía nuclear que no hacia la peligrosidad.

Las intervenciones de unos y otros tienen muchos elementos que las conectan, sobre todo las palabras iniciales de cada intervención, que demuestran las seguridades e inseguridades de los hablantes. En el caso analizado, la mayoría de estos marcadores sirven para luchar por el turno de palabra, precisamente. En cuanto a las figuras retóricas, usadas con más o menos acierto por cada uno, se han detectado diversas. Los ejemplos, las tautologías y la corrección son las principales. Pero también se da mucho la repetición.

Finalmente, las argumentaciones de unos y otros son muy desiguales en cuanto a la eficiencia y la habilidad, lo que hace que se pueda decir que hay ganadores (en este caso sólo uno) y perdedores (los otros cinco).

En resumen, la controversia televisiva favorece la espectacularización de la palabra y la oposición de pareceres, ayudada notablemente por el enfoque de las cámaras. Su formato busca momentos álgidos pero breves de confrontación, y los participantes en el debate, a menudo dominados por las emociones, sólo buscan la defensa de su punto de vista -la verdad no es el objetivo- y quedar bien ante la audiencia.

Margarida Bassols
Anna M. Torrent
Departament de Filologia Catalana

Anna Cros

Referencias

Bassols, Margarida; Cros, Anna; Torrent, Anna M. La controversia en la televisión catalana: “No diga mentiras, señor González”. Revista Signos. Estudios de Lingüística. 46(83): 285-306. 2013.

 
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