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02/2012

El trauma del veterano de guerra en la literatura inglesa

La huella de la Primera Guerra Mundial se manifiesta en la literatura inglesa con la figura recurrente del regreso del soldado gravemente traumatizado, incapaz de superar el horror de la guerra. Tomando como punto de partida la teoría del trauma y la figura del soldado traumatizado, Cristina Pividori, investigadora del Departamento de Filología Inglesa y de Germanística, sugiere que la novela de Rebecca West, The Return of the Soldier (1918), a diferencia de sus contemporáneas, no sólo explora el trauma de guerra como expresión de la pulsión de muerte de Freud sino como parte de una particular experiencia de supervivencia.

El tropo del retorno del soldado es una presencia recurrente y controvertida en la literatura inglesa de la Gran Guerra. El soldado herido física y mentalmente, el veterano como víctima incapaz de superar el trauma de la experiencia vivida, aparece como el recordatorio visual más emblemático de la Primera Guerra Mundial, una guerra que se revela precisamente como una herida infligida a la humanidad. Narrada por Jenny, la prima del protagonista, The Return of the Soldier explora el impacto de la guerra en la vida de Chris Baldry, un oficial del ejército inglés que vuelve a casa víctima de una amnesia devastadora que le ha hecho olvidar los últimos quince años de su vida - un matrimonio infeliz y la muerte de su hijo - pero que ha dejado intacta la memoria de su juventud en Monkey Island y de Margaret, su primer amor. Aunque West reproduce algunos de los patrones y fórmulas argumentales en la representación del soldado como víctima que son característicos de la literatura de la Gran Guerra, particularmente en relación con la repetición compulsiva de las pesadillas de la guerra y las vicisitudes en la representación de la fugacidad de la muerte, la escritora va un paso más allá y sugiere la búsqueda de la supervivencia más allá del trauma.

Felman, Laub y Caruth han reformulado las ideas de Freud, argumentando que así como el trauma produce un cambio de paradigma violento, una ruptura entre la vida y la muerte, también abre un nuevo potencial para la percepción, la comprensión y la esperanza. De esta manera, es posible interpretar el análisis de Freud de la compulsión repetitiva como una nueva relación entre conciencia y vida. En el encuentro traumático con la muerte, la vida misma expone lo que la conciencia no puede aprehender. Como no puede resolver el pasado, el soldado de West se sumerge en el acto incomprensible de sobrevivir que consiste en repetir lo que no consiguió discernir de su encuentro con la muerte. Como afirma Caruth, "el testimonio de la propia supervivencia - el despertar que constituye la vida - no sólo consiste en la repetición incomprensible del pasado sino en la incomprensibilidad de un futuro que aún no posee." Con timidez y desconfianza, la novela de West mira hacia el futuro, pero el problema al que se enfrenta la escritora es cómo hacer que Chris dé testimonio de un pasado que todavía es incapaz de recordar conscientemente. Para ello, recurre a Margaret y a este pasado ideal que une a Chris con la vida. El deseo se usa como marco para la reparación, y el reencuentro con el amor perdido se convierte en elemento esencial para que el soldado pueda dar testimonio del trauma sufrido. No sería exagerado afirmar que Chris Baldry sobrevive porque hay una persona - Margaret - que justifica su vuelta a la vida. Se enfatiza el rol activo de Margaret como compañera-interlocutora y la función del testimonio como la única manera de acceder a la verdad. Lejos de jugar el papel pasivo tradicional de enfermera o madre asignado a las mujeres durante la Gran Guerra, Margaret se coloca en la situación singular de testigo - y protagonista - del dolor de Chris. La historia traumática de Chris comienza con el testimonio de una ausencia, de un acontecimiento que aún no ha llegado a existir. Para Margaret, entonces, es una llamada a convertirse en la hoja en blanco en la que el hecho se escribirá por primera vez, a experimentar el trauma en sí misma.

En el contexto de la literatura de la Gran Guerra, la novela de West se puede leer como una alineación de testigos ya que el trauma se convierte en evidencia construida con la ayuda de testigo, interlocutor y narrador. A pesar de la dificultad para acceder a una realidad que parece existir antes o más allá de la representación, el texto, ya sea directa o indirectamente, intenta construir la verdad a partir de la interacción de tres niveles de testigos. Margaret, por un lado, escucha la historia del soldado y vuelve a vivir el trauma incluso antes de que Jenny lo narre. Jenny, a su vez, se acerca a la experiencia misma para alejarse, con la certeza de que hay una verdad a la que se debe llegar, pero con la conciencia de que las palabras no son lo suficientemente fiables o adecuadas para verbalizar la misma. Las voces del soldado, de Margaret y de Jenny, la narradora, se tejen en un intento por recuperar el pasado. A través de esta interacción dialógica, el texto surge como testimonio y acto de supervivencia e intenta responder a una crisis de representación que resulta de la situación traumática misma.


Meninsky, Bernard. Victoria Station, District Railway, 1918. Imperial War Museum. http://www.iwmprints.org.uk/

Cristina Pividori

Referencias

“Eros and Thanatos Revisited: The Poetics of Trauma in Rebecca West’s The Return of the Soldier” ATLANTIS. 32.2 (December 2010): 89–104 http://www.atlantisjournal.org/ARCHIVE/32.2/2010Pividori.pdf

 
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