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31/05/2013

"El sector biotecnológico apuesta por los perfiles profesionales híbridos e internacionales"

Àlex Casta, Responsable de Transferència Tecnològica i Innovació de Biocat
Alex Casta es doctor en Biología Molecular y Responsable de Transferencia Tecnológica e Innovación de Biocat -entidad que coordina y promueve el sector de las biociencias en Cataluña. Recientemente participó en la jornada "Un mundo más allá de la academia: perspectivas profesionales en el sector biomédico", organizada por la Facultad de Biociencias de la UAB y Biocat y en el que se profundizó en las opciones profesionales del sector.
Àlex Casta, Responsable de Transferència Tecnològica i Innovació de Biocat

¿Qué sectores de las ciencias de la vida tienen más futuro de negocio?
La biotecnología es un sector relativamente reciente en Cataluña que plantea nuevas oportunidades de negocio. Uno de los campos con más potencialidad es el de los dispositivos médicos, que mejoran la función asistencial de los paciente tanto dentro del hospital -en la UCI, quirófanos, etc.- como fuera, con la monitorización del paciente en su casa. El desarrollo de nuevas tecnologías en este campo mejora la calidad de vida de los pacientes y a la vez reduce costos del sistema de salud. La biotecnología verde, y especialmente los biocombustibles y los nutracéuticos, también son un campo con mucho futuro, ya que la industria agroalimentaria es de vital importancia y Cataluña se sitúa en la vanguardia del sector europeo. Y, en cuanto a medicina concretamente, uno de los sectores con mayor potencial es el de la medicina personalizada, que aspira a ofrecer un tratamiento adecuado y específico para cada paciente en función de su perfil molecular único.
La potencialidad de estos sectores viene dada por un componente tecnológico, por ejemplo, en el caso de la medicina personalizada, hace diez años secuenciar un genoma entero costaba cinco millones de euros y ahora está bajo los 10.000 y se espera que se abarate aún mucho más.
 
¿Qué nuevas aptitudes y habilidades requiere el mercado laboral en este ámbito?
La biomedicina como ciencia y sector empresarial es intrínsecamente internacional, por lo tanto, el mercado laboral es el mundo. En este sentido, hoy en día se valora mucho la experiencia internacional y, sobre todo, los perfiles híbridos, es decir, profesionales con formación científica que también tengan conocimiento en otros ámbitos, como gestión, finanzas, propiedad intelectual, etc. También es muy importante la capacidad de comunicar, tanto dentro de la propia institución, donde se trabaja para ser capaz de liderar equipos, como hacia el exterior para generar colaboraciones.
 
Para un joven investigador que quiere emprender, ¿qué aliciente tiene crear una empresa de biotecnología o biomedicina?
El primero y principal aliciente es conseguir llevar su investigación a una aplicación real. Llevarla al mercado y al paciente. Es muy alentador para los emprendedores comprobar que la tecnología que han desarrollado puede ayudar a solucionar un problema real. Además, con la creación de una empresa están favoreciendo el crecimiento económico de su entorno y generando puestos de trabajo, riqueza y, así, ayudando directamente al desarrollo de la región.
 
Muchas empresas biotecnológicas nacen de un proyecto científico creado en la universidad. ¿Cómo un proyecto académico llega a convertirse en una realidad comercial?
Hay tres vías principales. Una es mediante la creación de una empresa formada por investigadores que desarrolle o comercialice el producto o servicio proveniente de los resultados de la investigación. Pero no todas las tecnologías necesitan que se cree una empresa para llegar al mercado, así que también se pueden transferir mediante la licencia de la patente a una compañía ya existente que quiera comercializarla. Y otra vía es la investigación en colaboración directa con una empresa privada. Por todas estas opciones, los investigadores cuentan con el apoyo de las oficinas de transferencia de tecnología de sus entidades.
 
Hay que tener en cuenta que el desarrollo de productos biotecnológicos es muy largo y necesita mucha inversión y, a la vez, como que afecta a la salud de las personas, está muy regulado. Se estima que de 5000 compuestos que comienzan una fase de I+D, sólo uno llega al mercado.
 
Hay algunos aspectos claves para que un proyecto de estos ámbitos pueda llegar a tener éxito en el mercado?
Para proyectos que empiezan, recomendaría que estén basados en una tecnología correctamente protegida, que creen un buen equipo y que se dejen asesorar por profesionales que tengan experiencia. Desde el inicio, deben ser muy conscientes de lo que necesita el mercado y si su tecnología tiene cabida. Por último destacaría que los proyectos de base tecnológica han de ser capaces de atraer inversión.
 
La biotecnología, la biomedicina y las tecnologías médicas son un motor de crecimiento económico para Cataluña?
La biotecnología es aún un sector joven en Cataluña, como he comentado anteriormente, ya que hace poco más de diez años que existe, pero gracias al impulso de la administración, el tejido empresarial y la excelencia en investigación que tenemos ha habido un crecimiento muy grande en este periodo. Las cifras lo constatan, ya que hay más de 500 empresas que emplean a 30.000 personas, 54 centros de investigación, 440 grupos, 10 universidades que imparten estudios en ciencias de la vida y 15 hospitales que hacen investigación de alto nivel y de referencia mundial. Además, Cataluña tiene el 45% del mercado farmacéutico de España y se hacen la mitad de los ensayos clínicos de todo el Estado. Sin embargo, todavía no hemos llegado al nivel de otras regiones del mundo líderes en innovación como Boston o Israel y es importante mantener el apoyo por parte de la administración pública y el esfuerzo empresarial para que este sector continúe creciendo y se consolide.
 
¿Qué proyección tiene la biotecnología catalana en el extranjero?
Cataluña despierta un gran interés entre el sector biotecnológico internacional. Los grupos y centros de investigación catalanes acogen investigadores internacionales y la mayoría hacen colaboraciones con otros grupos y empresas extranjeras. Además, tenemos grandes infraestructuras, como el sincrotrón ALBA o el supercomputador Mare Nostrum, que son un punto de encuentro con investigadores y empresas internacionales que las quieren utilizar. Tenemos hospitales de referencia mundial donde se realizan avances clínicos de gran relevancia. A nivel empresarial, las empresas catalanas comercializan sus tecnologías en todo el mundo, desde las empresas pequeñas y medianas que colaboran en proyectos de impacto con otras entidades internacionales y tienen oficinas comerciales en el extranjero hasta las empresas grandes, como Esteve, Almirall, Ferrer, Grifols, que tienen una gran proyección internacional. También cabe destacar la presencia en Cataluña de importantes multinacionales farmacéuticas, como Novartis, Amgen, Sanofi y Bayer, entre otras.
 
¿Cómo está afectando al sector la reducción de la inversión en investigación?
Está afectando a todos los niveles. La investigación es el motor que hace que todo el sector biotecnológico crezca e innove, por lo tanto si se reduce en investigación, el sector se resiente. La investigación realizada en las universidades y centros de investigación es, en muchas ocasiones, la fuente de nuevas tecnologías. Si se reduce la inversión en esta fase inicial, estamos haciendo más débiles los fundamentos de toda la cadena de valor innovadora. La creación de empresas del sector ha disminuido ya que hasta el momento se han alimentado de la financiación pública que ahora cuesta más de conseguir. Y las empresas consolidadas han reducido la inversión en I+D propia, ya que tienen menos ingresos y no destinan tantos recursos a los procesos de innovación. Todo esto tiene un impacto importante. Ahora alertamos de este problema y, si no lo corregimos, dentro de unos años veremos los resultados. Se espera que los procesos de innovación que ahora se están desarrollando lleven productos dentro de diez años, pero si ahora los cortamos será difícil que a largo plazo podamos ser tan innovadores.
 
¿Cuáles son los principales retos de futuro de los mercados farmacéutico y biotecnológico?
En primer lugar, lo más importante es reducir costes y aumentar la eficiencia en el desarrollo de nuevos productos, ya que el proceso de innovación en estos mercados es muy largo y costoso. En este sentido, ya se están impulsando medidas para lograrlo, como fomentar las colaboraciones público-privadas en toda la cadena de desarrollo. Un segundo reto, y volviendo a la medicina personalizada, es ser capaces de gestionar toda la información que nos proporcionan los análisis genéticos y canalizarla hacia una medicina mucho más precisa, efectiva y enfocada al paciente. Debemos crear un entorno donde el paciente tenga toda la información y sea capaz de tomar decisiones sobre los tratamientos y, incluso, preventivas. Otro reto que plantea el sector es como cuidar de una población que está envejeciendo cada vez más. Hace cincuenta años, la población de más de 65 años era un 5% y hoy en día es un 20% y en 2050 se espera un 30%. Cada vez hay más población de edad avanzada y esto es un reto muy importante para todo el sistema, tanto a nivel de tratamiento como asistencial.

 
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