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26/11/2018

El plomo: un problema medioambiental y para la salud

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El plomo es el elemento de la tabla periódica con número atómico 82. Tiene una abundancia de 1,3 ppm en la corteza terrestre, y se encuentra en la naturaleza en una proporción pequeña y en diferentes ámbitos. Este artículo presenta los problemas que el plomo puede llegar a generar y, aunque en la actualidad se utiliza mucho menos, aún continua siendo muy peligroso tanto para la salud como para el medio ambiente. También analiza las diferentes técnicas que existen para detectar y eliminar el plomo.
iStockPhoto: Wildpixel

El plomo (Pb) es un elemento que se conoce desde la antigua Grecia y ha sido utilizado en todas las civilizaciones por tener unas propiedades físicas y químicas características. Aunque cuando se habla del Pb es una espada de doble filo, por un lado, es un metal muy utilizado, pero por otro lado es extremadamente peligroso para la salud, es neurotóxico y esto lo convierte en un contaminante peligroso.

Existen diferentes fuentes de contaminación por Pb y estas se encuentran en diferentes ámbitos, básicamente en las industrias y el consumo, pero es importante recordar que el Pb es un elemento que existe en la naturaleza (forma parte de la mayoría de minerales, aunque siempre en proporción inferior al 10%), por tanto, está en pequeñas cantidades y de forma muy dispersa. El problema está en la interacción de éste con el ser humano, ya que el hombre utiliza el Pb en situaciones y lugares que no tendría que estar, o bien las cantidades tendrían que ser ínfimas. La contaminación es debida tanto al plomo elemental como a sus compuestos, estos quedan en suspensión y pueden ser transportados. Esta contaminación afecta a la atmósfera, al suelo y al agua.

Las emisiones de plomo más importantes se dan en la minería, en la industria metalúrgica i en los procesos de transformación de este metal para su uso industrial. Esta industria fue muy importante en la segunda mitad del siglo XX. La utilización de plomo elemental y de sus compuestos ha repercutido en gran manera en la contaminación ambiental y su utilización es básicamente en urbanismo (pinturas, recubrimiento de cables, cañerías) y automoción (antidetonante de las gasolinas (Et4Pb)). Actualmente se ha reducido mucho su uso, aunque los efectos llegan hasta nuestros días. En la actualidad las mayores fuentes de contaminación son las baterías de coche, los perdigones de caza y los contrapesos utilizados en la pesca.

La mayoría de productos que contienen plomo, como pueden ser algunos vidrios y soldaduras se acumulan en grandes vertederos antes de ser tratados para su total eliminación. Si estos vertederos no tienen un buen aislamiento se produce la “lixiviación”. Otro problema es que actualmente no existe una técnica de eliminación adecuada, se usa la incineración, pero tanto los humos como las cenizas contienen subproductos contaminantes. En la actualidad, ya se es consciente de que la acumulación de plomo es una amenaza tanto para la salud como para el medioambiente y se han desarrollado diferentes métodos con la finalidad de controlar y eliminar este metal. Estos métodos han evolucionado a lo largo del tiempo hasta ser capaces de detectar y eliminar cantidades muy pequeñas (ppb). Pero, aunque los valores sean muy pequeños, estos pueden ser un problema importante para la salud, en particular en los niños y los ancianos.

La intoxicación por plomo se conocía antiguamente con el nombre de “Saturnismo” y en la actualidad por “Plumbosis”. La Conferencia Americana de Higienistas Industriales (ACGIH) ha clasificado a los compuestos de Pb2+como productos cancerígenos para los humanos. Estos compuestos entran en el cuerpo humano o bien por vía respiratoria o bien por la ingesta de agua o alimentos. De todo el plomo que se inhala se absorbe entre el 30 y el 50%, y entre el 5 y el 15% del que se ingiere. Las cantidades absorbidas dependen de diferentes factores, tamaño de las partículas, edad de la persona y estado nutricional de la misma, entre otros. El plomo que no se absorbe se elimina por la orina, los excrementos, el sudor, los cabellos y la leche materna. Una vez absorbido éste puede tardar más de 20 años en ser eliminado y si se supera una cierta cantidad nunca se elimina totalmente, por lo que degenera en una enfermedad crónica que puede llevar al paciente a terminar en coma y al final morir. Los síntomas principales cuando hay una intoxicación son: dolor de cabeza, náuseas, cansancio, dolor articular que pueden ir acompañadas de vómitos, estreñimiento y gusto metálico. Al ser unos síntomas muy corrientes a veces es difícil diagnosticar la enfermedad.

Los efectos neurotóxicos del plomo pueden clasificarse según sea el órgano afectado, aunque muchas veces las personas intoxicadas pueden tener afectado más de uno. Los sistemas u órganos que se ven más afectados son el sistema nervioso central y periférico, el digestivo, el inmunológico, los riñones, el corazón, y el aparato reproductor. Las personas más afectadas por los efectos neurotóxicos del plomo son los niños, ya que en el momento del crecimiento es cuando se forman los circuitos sinópticos.

Desde el punto de vista químico, la detección y eliminación del plomo es muy importante, tanto por lo que respeta a la salud pública como al medioambiente. El gran problema son los cationes Pb2+, ya que este catión se encuentra en solución y es muy difícil de detectar y eliminar, porque normalmente se encuentra en bajas concentraciones, pero ya en estas condiciones es muy tóxico.

Los métodos para detectar y eliminar plomo pueden clasificarse en tradicionales y modernos. Los métodos tradicionales se basan en la formación de compuestos insolubles y su posterior eliminación por precipitación. Estos métodos tienen una serie de inconvenientes: a) límite de detección elevada b) alto consumo de reactivos c) selectividad nula. La mayoría de los métodos modernos se basan en la utilización de sensores, de estos se conocen una gran variedad dependiendo del elemento que se quiere detectar y del precio. Hay dos métodos que son actuales y eficaces para la detección de Pb2+ y que tienen un coste perfectamente asumible. Estos dos métodos son: a) biomiméticos, son sensores colorimétricos b) contienen aroiltiourees como ionóforos, son sensores potenciométricos.

Otros métodos están en fase de investigación son los que usan materiales híbridos nanoestructurados, se basan en reacciones de sustitución o intercambio iónico. Estos métodos destacan por ser baratos, biodegradables y con la particularidad que además de eliminar el Pb2+ pueden eliminar contaminantes de carácter orgánico. En la actualidad están en fase de estudio y presentan una serie de inconvenientes: a) pH ˜ 4 b) tiempo ˜ 30 min c) interferencias con otros iones, entre otros.n Estos métodos se aplican y están diseñados para ser utilizados en la industria y en particular en el tratamiento de aguas contaminadas.

En el ámbito médico no hay en la actualidad, ningún método que sea válido y efectivo para detectar y eliminar Pb2+ en el organismo. Se cree que uno de los campos a desarrollar es la nanomedicina, por lo que los esfuerzos se están centrando en esta investigación, que podría ser útil para detectar y posteriormente eliminar el Pb2+ acumulado en el organismo, pero esta técnica en estos momentos está en fase de investigación.

Martí Vallés (a)

Eulàlia Fuentes (b)

Josefina Pons (a)


aDepartamento de Química
Universitat Autònoma de Barcelona

bDepartamento de Filología Catalana
Área de Documentación
Universitat Autònoma de Barcelona

Referencias

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