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01/07/2015

El impacto del fonógrafo en Barcelona (1877-1880)

fonògraf
Se reconstruyen, con nuevos datos, la introducción, innovación y divulgación de este aparato. En 1878 los ópticos Dalmau importaron ya un ejemplar del mismo de Londres para la Escuela de Ingeniería Industrial de Barcelona. Entre otras demostraciones, destacan las de Tomàs Josep Dalmau en la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes y la sesión fonográfica, con la colaboración del escritor Joaquim Maria Bartrina, del Ateneo Libre de Cataluña, en un momento de gran pugna entre progresistas y conservadores. Rafael Roig y Torres intentó transformar los fonogramas en registros fonéticos.
Grabado publicado en La Academia el 30 de octubre de 1878.

En nuestra época de sofisticados medios audiovisuales, se hace difícil entender la fascinación que suscitó, desde que se dio a conocer a finales de noviembre de 1877, el primer fonógrafo del mitificado Edison, llamado Tinfoil porque grababa sobre láminas de estaño. Sin embargo, se explica porque materializó una idea simple, avalando el positivismo, humanizó la tecnología, como revela la denominación hiperbólica de «máquina parlante», y sugirió numerosas expectativas de aplicación.
 
En La Gaceta Industrialdel10 de diciembre de 1877, Josep Alcover, un ingeniero catalán residente en Madrid, se refirió ya al descubrimiento, citando Scientific American. El Porvenir de la Industriadel 22 de marzo del año siguiente anunció que los ópticos Francesc Dalmau y su hijo Tomàs Josep habían recibido de su representante en Londres placas fonográficas grabadas, que se exhibieron en los escaparates de su tienda de la Rambla del Centro, enfrente del Liceo, al igual que el fonógrafo que importaron de aquella ciudad para la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona, probado el 13 de abril. Los Dalmau y sus colaboradores, entre los que destaca Narcís Xifra, adquirieron, modificaron, fabricaron o inventaron numerosos dispositivos y contribuyeron notablemente a la popularización de la tecnología, más allá de los intereses comerciales y adhiriéndose al progresismo.
 
Así, se implicaron en la sesión fonográfica del 12 de septiembre de 1878 del Ateneo Libre de Cataluña, fundado en aquel año, sobre todo como reacción a la prohibición de conferencias positivistas y darwinistas en el Ateneo Barcelonés. La demostración se restringió a los socios, pero, buscando la máxima proyección, se dirigió a un público general y se invitaron a varias personalidades y a la prensa. Podemos reconstruir el acontecimiento gracias a diversas crónicas periodísticas, algunas evocaciones y un grabado de La Academia del 30 de octubre (figura superior).
 
El acto fue presentado y clausurado por el escritor, traductor de Darwin y periodista de la Gaceta de Cataluña Joaquim Maria Bartrina, que, habiéndose prohibido su disertación sobre «La América precolombiana» en el Ateneo Barcelonés, se convirtió en uno de los dirigentes del Libre. Su intervención en la sesión fonográfica debió ser similar a un olvidado artículo publicado tres días después, con su conocido pseudónimo de A.T.O., en La Campana de Gràcia. En él, con ribetes ideológicos, además de explicar sucintamente el funcionamiento del aparato, se esboza una semblanza de su inventor, resaltando su autodidactismo, y se enumeran otras de sus invenciones. Bartrina, en una de sus notas personales, celebró que algunos descubrimientos de Edison superaran las antiguas «leyes», pero, en otra, predijo que se constataría que el fonógrafo y otros artefactos eran solamente «primitivos instrumentos (y por lo tanto los más rudimentarios) de la verdadera física, que tal vez dentro de algunos centenares de años» llegaría «a ser ciencia».
 
Tras la introducción de Bartrina, T. J. Dalmau experimentó con el fonógrafo colocándolo sobre una caja de resonancia, probando membranas de diferentes materiales y sustituyendo el mecanismo de relojería por una dinamo de Gramme. A continuación, el capitán general correspondió al saludo del dispositivo manifestándole su agradecimiento, como si se tratara de una persona. Se inauguraron así grabaciones políglotas, en buena parte literarias u operísticas, o instrumentales, que potenciaron el carácter cosmopolita y cultural del evento. A pesar de algunas deficiencias técnicas y del silencio de la mayoría de la prensa conservadora, se obtuvo un emblemático éxito. El tándem Dalmau-Bartrina, que hermanaba las ciencias y las humanidades, efectuó demostraciones de otros aparatos, hasta que lo truncó la tisis del segundo, que murió en 1880, a los treinta años.
 
El 19 de diciembre de 1878 T. J. Dalmau presentó sus innovaciones del fonógrafo en la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona, de la que era miembro —todavía se conserva la placa en la que se grabó la lectura de los nombres de los académicos— y el 25 de abril de 1879 ilustró con demostraciones fonográficas una de las conferencias sobre acústica experimental del ingeniero Francico de Paula Rojas en el Ateneo Barcelonés. En aquel mismo mes, pero fuera de los círculos académicos, el francés Bargeon de Viverols empleó un fonógrafo en sus espectáculos de prestidigitación en los teatros Romea y Principal.
 
Con la colaboración de los Dalmau, Rafael Roig y Torres, director de Crónica Científica, habiendo presentado el 3 de septiembre un proyecto de transformación de los fonogramas en registros fonéticos en el congreso de la Association Française pour l'Avancement des Sciences, celebrado en Montpellier, propuso demostraciones fonográficas para las fiestas de la Mercè. Con todo, no se llevaron a cabo hasta el año siguiente, en la plaza de Catalunya, por el maestro de obras Espluga. Además de contribuir a ellas, en 1880 T. J. Dalmau participó en una velada fonográfica organizada por la Associació d’Excursions Catalana en el Fomento de la Producción, entidades a las que pertenecía, con motivo del Congrés Catalanista.
 
Al igual que en otras ciudades, en Barcelona, emulándose audazmente la modernidad norteamericana y europea en una economía en desarrollo y frente al reaccionarismo de la Restauración, el fonógrafo se popularizó rápidamente más allá de la esfera científica, convertido en un símbolo del progreso.
 

F. Xavier Vall i Solaz
Departamento de Filología Catalana
Centro de Historia de la Ciencia (CEHIC)
Proyecto HAR2012-36204-C02-02 Scientific Authority in the Public Sphere in Twentieth-Century Spain

Referencias

Vall i Solaz, F. Xavier. El impacto del fonó­grafo en Bar­ce­lona (1877–1880). Geo­cri­tiQ. Plataforma Digital Ibero-americana para la Difusión del Trabajo Científico. 2015, núm. 134.
 
Vall i Solaz, F. Xavier. The Phonograph in Barcelona (1877-1880): Technology and Ideological Controversies. Quaderns d’Història de l’Enginyeria. 2012, vol. XIII, p. 255-286.
 
Vall i Solaz, F. Xavier. The Edison Tinfoil Phonograph in Barcelona: a Demonstration at the Free Athenaeum of Catalonia (1878). The Circulation of Science and Technology: Proceedings of the 4th International Conference of the European Society for the History of Science, Barcelona, 18-20 November 2010. 2012, p. 489-508.

 
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