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La compra patológica es una adicción conductual que se caracteriza por la necesidad persistente de comprar artículos que no son necesarios para los sujetos, y que con su evolución acaba provocando un importante deterioro global en las vidas de las personas que la sufren (con severas interferencias en el ámbito familiar, social, laboral e incluso financiero). Este patrón de comportamientos orientado a la adquisición compulsiva de productos es percibido por los individuos como una necesidad imperativa que cada vez resulta más incontrolable, y que se acompaña de sentimientos negativos cuando no es satisfecha (mayoritariamente estados de depresión, ansiedad o angustia). Los pacientes que sufren estos problemas presentan alteraciones crónicas en regulación emocional y habitualmente expresan sentimientos de culpa, vergüenza o remordimientos (en especial cuando se generan problemas económicos derivados de las compras compulsivas). Los estudios etiológicos disponibles hasta la fecha evidencian similitudes en el fenotipo de la compra patológica y de otros trastornos que forman parte del espectro impulsivo-compulsivo, como el trastorno de juego y los trastornos de la conducta alimentaria.

La compra patológica aparece como problema objeto de estudio en la literatura científica desde hace más de 100 años, aunque el volumen de trabajos empíricos ha sido muy escaso hasta finales del siglo XX. De hecho, en la actualidad esta condición clínica no aparece como un trastorno diferenciado en las dos taxonomías diagnósticas de referencia en el ámbito psicopatológico y psiquiátrico (el DSM-5 y la ICD-10), a pesar del relevante incremento en las prevalencias estimadas en países industrializados, tanto en población general (con valores dentro del rango 1% al 7%) como en muestras clínicas (dentro del rango 6% al 30%).

Una de las dificultades que se plantea en los estudios empíricos sobre compra patológica es la escasez de instrumentos de evaluación estandarizados específicamente desarrollados para esta adicción, probablemente como consecuencia de la ausencia de una definición clínica consensuada en el ámbito psiquiátrico. Un estudio realizado bajo la dirección clínica de los Doctores Fernando Fernández-Aranda y Susana Jiménez-Murcia (Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Bellvitge) y la dirección metodológica de la Doctora Roser Granero-Pérez (Departamento de Psicobiología y Metodología, UAB) ha examinado las características psicométricas de la escala Pathological Buying Screener (PBS) y ha evaluado la asociación del grado de severidad por compra compulsiva con el estado psicopatológico global de los sujetos y con su perfil de personalidad. La muestra de estudio incluyó dos grupos de pacientes que cumplían criterios clínicos para trastorno alimentario (n=176, incluyendo anorexia, bulimia y trastorno por atracón) y trastorno de juego (n=184), y un grupo control de individuos sin trastorno de adicción ni patología alimentaria (n=151). Los resultados del estudio confirmaron la fiabilidad y validez de la escala PBS para ser utilizada en población española (comunitaria y clínica), y evidenciaron que la intensidad de la compra patológica es mayor en sujetos con peor estado psiquiátrico general (las áreas de mayor afectación fueron las relacionadas con la ansiedad), con puntuaciones más altas en búsqueda de nuevas sensaciones y puntuaciones más bajas en autodirección y evitación del daño.

Los resultados del estudio tienen implicaciones en el ámbito de la evaluación de adicciones conductuales, en la detección precoz de conductas asociadas a la compra patológica, el diseño de planes preventivos y la elaboración de programas terapéuticos anclados en el ámbito de la medicina de precisión (focalizada en las características específicas de cada paciente).