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La investigación en comunicación busca comprender las respuestas de las audiencias al entretenimiento y, en particular, sus gratificaciones. La gratificación más estudiada es el disfrute, una respuesta positiva, hedónica, fundamental para el entretenimiento. Pero, no todo el entretenimiento es placentero. Hay películas tristes sobre asuntos desagradables y que gustan a las audiencias. Con ellas, los espectadores obtienen gratificaciones que son mezclas de cogniciones y afectos negativos.

La apreciación es una de esas respuestas. Es una gratificación menos inmediata y más reflexiva, producto de las impresiones, los pensamientos o reflexiones, el suspense y el propio disfrute experimentados con los dramas (Oliver y Bartsch, 2010). La apreciación es un entretenimiento significativo que explica que una experiencia mediática negativa, esencialmente triste, genere la idea de que se ha crecido, se ha encontrado una verdad o se ha comprendido algo de la vida.

Los anteriores conocimientos son sobre adultos. Sin embargo, conocer las respuestas de los adolescentes, grandes consumidores de entretenimiento, es necesario. Por ello, nuestro estudio, enmarcado en un proyecto europeo sobre alfabetización cinematográfica de adolescentes, se hace dos preguntas: 1) ¿Es el concepto de apreciación, tal como lo definen Oliver y Bartsch (2010), adecuado para medir las respuestas de los adolescentes a dramas?; y 2) ¿La apreciación de los adolescentes depende del contexto cultural en el que viven?

Consecuentemente, condujimos un estudio con 310 adolescentes de tres países (42 alemanes, 55 españoles y 213 italianos). Los jóvenes vieron un drama sobre inmigrantes indocumentados y luego rellenaron un cuestionario de apreciación adaptado para ellos.

Los resultados nos indican que la apreciación de los adolescentes puede ser entendida mediante las mismas cuatro dimensiones que la definen para las personas adultas. Los jóvenes aprecian un drama cuando les provoca pensar, sentir suspense, les impresiona y les divierte.

No obstante, existen diferencias en el peso de algunas de esas dimensiones, según su contexto cultural: todos los jóvenes tienen respuestas equivalentes sobre su disfrute y sobre la impresión causada por el drama, pero difieren sobre el suspense que les provoca y sobre su capacidad de provocar pensamientos o reflexiones en función del país en que viven.

Dichas semejanzas y diferencias en las respuestas de los adolescentes se producirían por dos razones esenciales. Podrían ser consecuencia de la ligera diferencia de edades de los adolescentes de la muestra. Los españoles eran más jóvenes que los alemanes e italianos. Según la psicología evolutiva, la capacidad de abstracción se desarrolla con la edad. La otra posibilidad es que las diferencias sean por la adaptación idiomática del cuestionario.

En cualquier caso, este estudio avanza en la medición de los factores de la apreciación en adolescentes y su formulación conceptual. Revela que algunos de esos factores son comunes entre adolescentes y adultos (disfrute e impresión duradera), mientras que otros necesitan ser reconsiderados. Pero lo que es más, nuestros resultados alientan a futuras investigaciones a comprender más las gratificaciones de los adolescentes durante el consumo de las películas de distintos géneros. La proliferación de la oferta mediática hace que estos conocimientos sean esenciales