“Tenemos que reforzar la creación de la propiedad intelectual y tecnología propia, porque esto hace que la empresa tenga un valor añadido”

Ferran Pujol se licenció en Química Orgánica en la UAB en 1976. Después de más de 30 años trabajando en Laboratorios Almirall se prejubila en 2015, pero le sale la oportunidad de dirigir una start up ubicada en el Parc de Recerca de la UAB, y ya hace dos años que tira este proyecto adelante.
25/01/2018
Ferran Pujol, alumni UAB '76 de Química Orgánica, ha trabajado durante más de 30 años en Laboratorios Almirall, en los últimos años como jefe del área de desarrollo químico de moléculas. En mayo de 2015 con 61 años se prejubila, pero siente que no ha llegado su momento. En noviembre del mismo año, ya se encuentra en el Parc de Recerca de la UAB dirigiendo Cuantum, una start up de diseño, desarrollo, fabricación y comercialización de adhesivos de cianoacrilato para aplicaciones médicas y cosméticas. En la entrevista, explica su trayectoria y el paso de una multinacional consolidada a una start up.
1. Comenzaste la licenciatura de Química en la UAB en 1971. ¿Qué recuerdos tienes de la UAB?
Un buen recuerdo. Era el tercer año que existía la universidad, justo los meses antes de comenzar, todavía estaba todo ubicado en el Hospital de Sant Pau. El hecho de estar en una universidad todavía sin consolidar, hizo que se creara una relación muy agradable en nuestra promoción de químicos y nos seguimos encontrando ahora.
2. Te licencias en 1976, ¿cómo empieza tu trayectoria profesional?
Hice la tesina, dirigida por el doctor Josep Castells y codirigida por el doctor Marcial Moreno y una vez presentada, fui a hacer el servicio militar. Después hice el doctorado con el doctor Castells, y al terminar, me salió la oportunidad de ir al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el Instituto de Química Bioorgánica a continuar investigando. Estuve casi dos años con una beca, y luego busqué trabajo en la industria, ya que conseguir una plaza para investigar era difícil y yo ya tenía familia. Estuve un año en una empresa multinacional que hacían resinas amino plásticas, como responsable de control de calidad de la producción y después ya entré en la industria farmacéutica, a Laboratorios Almirall en 1984.
3. ¿Cómo ha sido tu trayectoria a Laboratorios Almirall?
He trabajado 31 años, en primer lugar, en el departamento de Química Médica, donde se hacen las nuevas moléculas, que se testan biológicamente, para saber si potencialmente pueden llegar al mercado como un nuevo fármaco. Y 12 años más tarde me salió la oportunidad de moverme a otro departamento, y sin dejar la parte química, pasé al Desarrollo Químico, que consiste en desarrollar todas aquellas moléculas que han pasado el cribado, y se postulan como candidatas. El desarrollo tiene diferentes partes, al área química le corresponde encontrar cómo se puede hacer esta molécula a nivel industrial y paralelamente trabajan médicos y biólogos. Al cabo de un año me ofrecieron ser el jefe del departamento y esta fue mi responsabilidad durante los años restantes.
4. Y hace ya casi tres años, en mayo de 2015, te prejubilaste.
La compañía hizo reestructuraciones de personal, porque se vendió una parte del negocio y al rebajar la plantilla, miraban que el impacto social fuera el mínimo posible, yo ya tenía 61 años y me hicieron unas buenas condiciones. Y aquí es donde empieza la nueva historia, porque yo creo que te tienes que jubilar cuando crees que ha llegado el momento, y en mi caso, no tenía ganas, porque pensaba que aún podía hacer más cosas.
5. ¿Y cómo entras en contacto con Cuantum?
Dentro del grupo de gente que estudiamos juntos en la UAB, está el Ramon Bacardit, compañero mío de promoción y amigo personal, que fue vicepresidente de Henkel y responsable de toda el área de I + D de la sección de adhesivos. Una vez prejubilado, propuso a la compañía de crear una spin off para desarrollar todas las líneas de trabajo que Henkel tenía paradas, pero que eran interesantes. Crearon hace unos 4 años una empresa que se llama Affinitica, ubicada en el Parc de Recerca de la UAB, que se dedica a los adhesivos de cianoacrilato.
6. ¿Qué son exactamente estos adhesivos?
Los adhesivos de de cianoacrilato tienen aplicaciones industriales y de consumo, como el Super Glue, y también aplicaciones médicas. Affinitica decidieron empezar por las aplicaciones que dan un volumen grande de movimiento, es decir, las industriales y de consumo. Cuando se consolidaron, querían empezar a trabajar la parte médica, pero está regulada por la administración, y se deben tener permisos, y la mejor manera era creando una empresa diferente que tuviera una relación estrecha con Affinitca. Me propusieron participar porque vengo de la industria farmacéutica, que también está regulada, el proyecto me interesaba, me involucré y se creó Cuantum. Hicimos los primeros pasos en noviembre de 2015, conjuntamente con Rubén Saéz, recientemente doctorado en la UAB y participante del Programa de Doctorados Industriales.
7. ¿A qué se dedica exactamente Cuantum?
Al empezar, nos planteamos varias posibilidades: campo médico, veterinario o cosmético. Desde el punto de vista médico, el cianoacrilato no es un medicamento, no cura nada, sólo engancha, pero se utiliza de apoyo, como alternativa, por ejemplo, a la sutura. Nuestro objetivo es trabajar con adhesivos de cianoacrilato de altas prestaciones que nos permitan entrar en el campo médico, pero con mejoras sobre lo que ahora mismo existe. Queremos trabajar con diferentes monómeros para dar alternativas a los actuales, con sistemas de estabilización diferentes para obtener productos más estables que duren más y productos que se puedan polimerizar.
8. ¿En qué fase se encuentra actualmente la empresa?
Hemos creado la organización, los perfiles profesionales y los sistemas de calidad que requiere la administración en el sector médico. Por otro lado, si queremos sobrevivir, debemos tener entrada de dinero, y por ello, hay productos, un pipeline para ofrecer. Tienes que empezar a tener cosas sencillas para poder vender, tener entrada de dinero y elaborar de más complicadas. Ahora hemos avanzado, ya tenemos varios productos. Y, por otro lado, antes de poder vender, nos presentamos a dos proyectos del Ministerio de Economía; RETOS, en consorcio con la Facultad de Ciencias y la de Veterinaria, y Neotec, y los hemos ganado ambos.
9. Y a nivel de clientes y proyectos, ¿en qué situación estáis?
A comienzos del 2017 empezamos un proyecto con una multinacional suiza que nos pidieron implantes dentales, y están interesados en un producto que se debe hacer de determinada manera. Ya estamos trabajando en la segunda fase, el desarrollo y si todo va bien, nosotros fabricaríamos este producto para ellos, lo quieren sacar al mercado el primer trimestre de 2019. Es un negocio interesante, hemos tenido éxito con este proyecto y nos han salido otras propuestas con grupos de investigación escandinavos y con otras multinacionales. Nos vamos haciendo un nombre, nos han escrito de Corea, de Emiratos Árabes Unidos... Al final hay poca gente que trabaje en este campo, y sobre todo que tenga nuestro conocimiento, y nuestra capacidad tecnológica, ya que gracias a un acuerdo de cesión con Affinitica, Cuantum tiene acceso a su tecnología.
10. ¿Cómo se imagina Cuantum Medical, de aquí 5 o 10 año?
Me gustaría que en el transcurso de este año fuera sostenible económicamente y que el proyecto se consolide en los próximas 2 o 3 años. Debemos reforzar todo lo que es la creación de propiedad intelectual y tecnología propia, porque esto hace que la empresa tenga un valor añadido mucho mayor. Y cuando tengamos capacidad, nos podremos plantear algún proyecto con más riesgo, en este tipo de productos no se les ha dado el empuje suficiente.