"El futuro político de Rusia", una charla de la Facultat de Dret con Schulmann y Kurnikov

Xerrada

El  26 de febrero, la Facultat de Dret organizó la charla “El futuro político de Rusia: transformación y cambio de régimen en la Sala de Vistas. El contenido fue impartido por Ekaterina Schulmann y Maksim Kurnikov.

05/03/2024

Por un lado, Ekaterina Schulmann es una politóloga rusa, profesora asociada de la Universidad Kazguu (Kazajistán) y en la Escuela de Ciencias Económicas y Sociales de Moscú (MSSES) y miembro de Robert Bosch Academy, entre otros. Como científica, está especializada en los procesos políticos y, concretamente, en el proceso legislativo en la Rusia moderna, el parlamentarismo y los mecanismos de toma de decisiones en regímenes políticos híbridos. Schulmann contribuyó a la protección de las personas acusadas por el caso de Moscú (2019) tras las protestas de Moscú de 2019. Entre otros cuestiones, se opuso públicamente a sus cargos y apoyó incondicional a los detenidos. En 2022 fue a Alemania a trabajar con la voluntad de regresar a Rusia próximamente. Pero el 15 de abril del mismo año, el ministerio de justicia ruso la incluyó en su lista de "agentes extranjeros", haciendo que nunca pudiera volver a su país de origen.

Por otra parte, Maksim Kurnikov es periodista y director de Radio Echo y editor de Bild. Poco después del estallido del conflicto Ucrania – Rusia, las autoridades rusas cerraron su radio, uno de los medios independientes del país. Por eso, parte de el equipo de esta emisora se marchó del país porque la ley rusa les amenazaba con hasta quince años de cárcel por difundir supuestas "noticias falsas". Está en decir, todo lo que rehuía de la opinión oficial y única permitida del país. Desde entonces, intentan mantener a la población informada con noticias independientes sobre Rusia desde Berlín y, por ejemplo, crearon una aplicación accesible, ofreciendo a la suya audiencia un enfoque crítico de lo que sucede en Rusia.

Así pues, contamos con dos ponentes de diferentes ámbitos profesionales y censurados en su país por aportarnos su perspectiva en torno a la situación en Rusia y el futuro que depara en el país.

En primer lugar, Ekaterina Schulmann se define a sí misma como activista y vícima y agradece poder estar impartiendo esta charla con la voluntad de aportar sus aprendizajes desde la docencia. Como politóloga, toma como enfoque teórico el funcionalismo estructural, que entiende un sistema político como a máquina. Es decir, una estructura con sus piezas, en la que cada pieza tiene la su función determina para hacer funcionar el sistema. Así se incluyen las demandas de la población, la opinión pública, las decisiones políticas, la implementación y su afectación. Además, es una aproximación impersonal, que permite estructurar todos los eventos de una sociedad y de un sistema político.

La ponente analiza que el modelo político ruso no es único ni original. Se trata una autocracia personalista, basada en las bases patrimoniales del país. Uno modelo que Schulmann define como primitivo y que se declara como el estado natural de la política. En éste, la democracia, el debate público y todo lo que implica la participación ciudadana es un esfuerzo que puede evitarse. Así, como ciudadano es necesario invertir muchos esfuerzos para expresar su opinión e intentar garantizar la democracia. Algo que obstaculiza aún más la voluntad popular de expresarse e intentar participar del sistema político como sujeto.

Por otra parte, nos explica que la ley de la oligarquía define que en cualquier organización, el poder tiende a concentrarse en un pequeño grupo de personas. Y esto es lo que ocurre en las autocracias y las hace tan resilientes. Schulmann nos habla de dos fuerzas que actúan al tiempo que hacen posible la resiliencia de este modelo político: la fuerza de la concentración de poder y el compromiso de las personas. El compromiso de las personas en un sentido que la población cree con el sistema y está contentada si tiene la percepción que tiene la oportunidad de decidir sobre lo que le importa.

La fortaleza interna de este tipo de sistemas políticos es su eficiencia, ya que no cuenta con los obstáculos propios de una democracia. Es decir, al no necesitar de mecanismos de participación popular y no tener en cuenta la opinión pública, el gobierno puede tomar decisiones jerárquicamente de forma mucho más rápida y eficiente. Así, se garantiza un óptimo funcionamiento del sistema.

Schulmann explica también la modernización de Rusia que le ha permitido un crecimiento económico continuado y un progreso gracias a los avances tecnológicos. Todo y así, la ciudadanía ha quedado atrás de ese progreso. La población debe estar empobrecida y dependiente para aceptar una autocracia. Relata cómo durante la última década la sociedad rusa exigía un orden político más democrático, exigía una representación política de sus demandas y reducir las desigualdades socioeconómicas ues a través de protestas y movilizaciones sociales que fueron reprimidas. Ante esto, las élites rusas negaban el paso a la democracia por no hacer peligrar su poder ya apostaban por la represión. Negarlo y pero reprimirlo también era peligroso porque podía suponer no tener la simpatía del pueblo y perder su apoyo necesario para mantener su posición. Por eso, el gobierno intenta conseguir la simpatía de la población con actos concretos, como la anexión de Crimea. Esto nos demuestra que una autocracia de ir reinventando para mantener el poder, lo que se tradujo con un aumento del gasto social y garantizando una tasa de empleo plena con rentas regulares del estado. Está en decir, haciendo depender el bienestar del Estado. Respecto a los últimos dos años, las élites históricas son quienes se están beneficiando de la guerra contra Ucrania y el gobierno está aumentando la autodefensa contra las ideas contrarias al régimen.

En segundo lugar, Maksim Kurnikov, como periodista que se le ha negado su libertad de expresión a través de su medio independiente, nos explica que el primero ataque a la libertad de expresión ya la libertad de los medios de comunicación fue en la década de 1990, cuando Vladimir Putin entró en su primer mandato. Desde de entonces, ha ido en aumento hasta el punto en que todo el sistema de medios de comunicación salió del país y continuó su trabajo desde el exterior.

No hay casos similares en Rusia, un sistema autoritario con tantos medios de comunicación independientes y tanta audiencia de éstos dentro del mismo país. Está en decir, hay mucha voluntad por parte de la población rusa de acceder a la prensa independiente e inquietudes políticas, tanto los perfiles en contra del gobierno de Putin como los pro-Putin. Y es que los medios intentan llegar a todo el mundo, su objetivo es informar de la forma más parcial posible. Sin embargo, la forma en que el sistema de Rusia funciona es simulando que todo funciona, así la población forma parte de esta maquinaria. Un ejemplo es cómo el régimen político promueve ir a la guerra en el bando ruso como la opción salvadora a nivel económico o como opción por librarse de la cárcel. Es decir, como la población de clase trabajadora, termina luchando en una guerra que no cree y por un país y régimen que no cree.

Por lo que respecta al futuro del sistema de Rusia, es incierto. De entrada porque en la historia no existen casos similares. No hay casos de autocracias que tiendan a modelos modernos ya que por eso se necesita una participación que garantiza el mantenimiento del sistema. Estamos frente a una autocracia personalista con una política conservadora y prácticas autoritarias que está haciendo cosas revolucionarias que nadie espera.

Ante esto, Schulmann se pregunta: ¿Hasta qué punto se puede mantener el personalismo? ¿Qué pasará cuando el líder se vaya por cualquier razón? Se podrá sustituir el liderazgo actual? Normalmente, el sistema se adapta a todo para mantenerse. ¿Cuáles son los límites de la resiliencia y de la adaptabilidad? Las instituciones personalistas son capaces de funcionar sin el líder? A todo esto, no hay respuestas únicas o válidas. Afirma que no se está abordando el nuevo orden emergente de Rusia pero que quizás se trata de una desfragmentación del orden existente, aunque es un proceso muy difícil de predecir.