Entrevista a Alicia Bosch, presidenta de la Comisión Universidad, Sociedad y Empresa de la UAB sobre la universidad y su territorio
El Consell Social entrevista a Alicia Bosch Palma, vicepresidenta del Consell Social y presidenta de la Comisión Universidad, Sociedad y Empresa (CUSE) de la UAB, dentro del ciclo de entrevistas que tiene por objetivo dar visibilidad a los actores del Consell, la UAB y su campus que contribuyen a reforzar el vínculo entre la universidad y la sociedad, poniendo en valor su impacto en el territorio.
Con una sólida trayectoria empresarial e institucional, Alicia Bosch es licenciada en Derecho por la UAB, presidenta del Centre Metal·lúrgic de Sabadell y gerente de la empresa familiar Muelles y Resortes Bosch. En esta entrevista reflexiona sobre el papel clave de la UAB para fortalecer el tejido socioeconómico del territorio y las oportunidades que surgen cuando el mundo académico y empresarial trabajan juntos.
Conoceremos su recorrido, los objetivos estratégicos de la CUSE y sus propuestas para acercar aún más la universidad al territorio, con acciones que vayan más allá de la teoría y tengan un retorno tangible y útil para el conjunto de la sociedad.
1. Trayectoria personal y profesional
Tienes una larga trayectoria vinculada al mundo empresarial e institucional. ¿Cómo resumirías tu recorrido y los momentos clave que te han llevado hasta aquí?
Desde muy joven estuve vinculada a entidades como la Jove Cambra y otras asociaciones. Lo que empezó como un interés personal me llevó a implicarme en iniciativas colectivas y, con el tiempo, a vincularlo con el mundo sectorial empresarial. Me licencié en Derecho por la UAB y durante un tiempo ejercí como abogada, pero finalmente me incorporé a la dirección de la empresa familiar del sector metalúrgico.
Como decía, hace más de veinte años que estoy implicada en el mundo de las organizaciones empresariales, primero como miembro y después asumiendo responsabilidades en diferentes órganos de gobierno. Esto me ha permitido tener una visión amplia, desde el Vallès hasta el ámbito estatal.
¿Cómo llegaste a vincularte con el equipo del Consell Social de la UAB?
Siempre he estado vinculada a la UAB porque soy Alumni. En cuanto a mi incorporación al Consell Social, todo empezó cuando participaba en el proyecto Fundación Impulsa, donde coincidí con la actual presidenta del Consell Social, Tania Nadal.
Dada mi conexión entre el sector empresarial y la universidad, Tania Nadal, hace tres años —cuando tomó el relevo de Gabriel Masfurroll en la presidencia— me propuso formar parte del Consell Social y presidir la actual Comisión Universidad, Sociedad y Empresa.
2. La Comisión Universidad, Sociedad y Empresa (CUSE) y su funcionamiento
Presides la Comisión Universidad, Sociedad y Empresa (CUSE). Para quienes no la conocen, ¿nos puedes explicar brevemente qué es y qué funciones tiene dentro del Consell Social?
La comisión que presido es fruto de la fusión de dos comisiones anteriores, la Comisión Universidad-Sociedad y la Comisión Universidad-Empresa. El principal objetivo de la CUSE es actuar como puente entre la universidad y el territorio, especialmente con el tejido económico y social que la rodea. Siempre decimos que queremos ser “ingenieros de puentes y caminos”, porque creemos que hay que construir complicidades reales.
Desde la comisión, lanzamos convocatorias abiertas a toda la comunidad universitaria para detectar proyectos innovadores, transgresores y estratégicos. No actuamos como patrocinadores, sino como impulsores: queremos ser una lanzadera que ayude a poner en marcha iniciativas que después puedan crecer de manera autónoma. Apostamos por proyectos con mirada territorial y que promuevan la transversalidad entre disciplinas dentro del ámbito UAB o áreas del conocimiento y que, además, puedan ser complementarios entre sí.
¿Cuál es la visión de la comisión respecto al papel que debe jugar la UAB en el desarrollo del territorio?
Creemos firmemente que la UAB puede ser un espacio de innovación y de pruebas piloto útiles para el tejido empresarial. Nos gustaría que las empresas del territorio vieran el campus como un aliado natural donde experimentar, colaborar y crecer. Un buen ejemplo es todo lo relacionado con un campus inteligente, cuyo principal objetivo es consolidar la UAB como un ecosistema de innovación aplicada que proporcione a la comunidad UAB y a los agentes colaboradores (empresas y administraciones) las verdaderas herramientas de gestión de un campus eficiente y sostenible. Asimismo, convertirse en un laboratorio vivo para proyectos de digitalización, movilidad o inteligencia artificial, entre otros.
Queremos que el territorio conozca todo lo que puede ofrecer la universidad en transferencia de tecnología y conocimiento, así como que las PYMEs se sientan incluidas. Siempre con la mirada puesta en las necesidades de la sociedad y del ecosistema universitario, para que puedan beneficiarse de estas colaboraciones.
Y en esto nos apoya el Parc de Recerca de la UAB, que actúa como eje central en este sentido y nos ayuda a conectar y reconocer las necesidades de las empresas del entorno. Pero debemos seguir trabajando para fortalecer esta vía bidireccional. Cuando se conectan los puntos fuertes del sector público y privado, los resultados benefician a todos.
Como presidenta, pero también como ciudadana, ¿cómo te gustaría que se transmitiera al territorio?
Me gustaría que el territorio percibiera la universidad, y en especial la UAB, como un aliado natural, un espacio de colaboración real con la empresa y la sociedad y que, si surge un reto, proyecto o innovación, se piense en la Universidad Autónoma de Barcelona. Cuando logramos establecer puentes sólidos entre el sector público y el privado, y unimos los puntos fuertes de cada uno, el resultado es un beneficio compartido. El territorio puede —y debe— aprovechar mucho más este potencial.
La transferencia de conocimiento no debería quedarse en el ámbito académico, sino que debe llegar al terreno, a las empresas y, en definitiva, impactar en la ciudadanía. Una sociedad donde la innovación y la tecnología se traducen en proyectos reales es una sociedad más cohesionada, con menos desigualdades y mayor bienestar colectivo.
3. Relación con el tejido empresarial
En los últimos años, más de 70 empresas vinculadas a la UAB han participado en acciones de colaboración. ¿Cómo valoráis este vínculo y cómo creéis que se puede reforzar aún más desde el Consell Social?
Estas colaboraciones son muy valiosas y cada vez más diversas. Tenemos figuras como los doctorados industriales o iniciativas como la Semana de la Innovación, que nació desde la CUSE y que hoy ya tiene entidad propia.
También es clave seguir explorando fórmulas para reforzar el sentimiento de pertenencia entre el alumnado y el mundo empresarial. Nos interesa que el estudiantado que ha colaborado puntualmente con empresas pueda mantener vínculos a largo plazo, tanto en el ámbito profesional como como agentes de cambio.
En el Consell Social, y especialmente desde la CUSE, seguimos trabajando para hacer crecer esta red, para naturalizar las sinergias entre universidad, territorio y empresa. Es una carrera de fondo, pero cada paso que damos genera nuevas oportunidades.
¿Qué tipo de oportunidades genera esta relación entre universidad y empresas para la gente joven del territorio, especialmente en clave de formación, inserción o emprendimiento?
Si logramos conectar de manera efectiva la UAB con el tejido económico del territorio, el estudiantado puede encontrar muchas oportunidades: prácticas, inserción laboral, iniciativas emprendedoras... Hay que perder el miedo al mundo empresarial. Romper tópicos. Las empresas también necesitan talento joven y, si lo retenemos en el territorio, hay un retorno muy positivo.
Un tejido industrial fuerte genera empleos más cualificados, salarios más competitivos y estabilidad. Y donde hay talento, hay innovación. La universidad tiene mucho que aportar. La pandemia nos lo evidenció: las zonas con ecosistemas industriales sólidos resistieron mejor. El estudiantado debe verlo como una oportunidad, no como una amenaza..
4. Visión estratègica
Como presidenta de la CUSE, ¿qué mirada estratégica te gustaría aportar y/o cambiar en el territorio a través del Consell Social en los próximos 5 o 10 años??
Los grandes retos que tenemos como sociedad, como la sostenibilidad, ya están siendo abordados desde muchas empresas, especialmente en sectores como la metalurgia o el textil, que hace años que trabajan con criterios de economía circular.
Por eso es necesario que la universidad también se adecúe a estos nuevos tiempos. Las microcredenciales o itinerarios formativos flexibles son herramientas que debemos impulsar. La UAB debería ir un paso adelante y ayudar a marcar las tendencias del territorio. Y eso implica también reflexionar sobre cuál es el modelo de enseñanza o de universidad hacia el que debemos ir, lo que puede acompañar la evolución de las profesiones del futuro.
El campus puede convertirse en un verdadero campus virtual, y la inteligencia artificial tendrá un papel central. Debemos cuidar el talento y, si se marcha, que regrese con más fuerza y visión global. Eso nos hará más fuertes como sociedad.
¿Qué mensaje te gustaría dirigir a la comunidad universitaria y a los agentes económicos y sociales del territorio?
Nuestra obsesión es seguir construyendo puentes de doble dirección. Queremos contribuir a hacer visible el gran potencial de la universidad y, al mismo tiempo, escuchar las necesidades del territorio y de la sociedad. Nuestro objetivo es mejorar la comunicación entre agentes para que el talento y la innovación que hay en la UAB sean reconocidos y aprovechados para transformar nuestro entorno.
También es necesario agilizar la toma de decisiones y revisar ciertas inercias administrativas que pueden frenar este intercambio. Hace falta una comunicación fluida, natural y compartida. Trabajamos para que universidad, empresa y sociedad avancen conjuntamente hacia un futuro mejor.