Josep Lladós: "La universidad es un motor de transformación social y un puente entre el conocimiento y el bienestar colectivo"
Con una larga trayectoria en el campo de la visión por computador y la inteligencia artificial, el Dr. Josep Lladós es una figura clave dentro del ecosistema de investigación e innovación de la Universitat Autònoma de Barcelona. Actualmente dirige el Centro de Visión por Computador (CVC), un referente internacional en el desarrollo de tecnologías aplicadas a la imagen y la inteligencia artificial.
A lo largo de su carrera, Josep Lladós ha combinado la investigación de vanguardia con la transferencia tecnológica, la formación de nuevos talentos y la colaboración con instituciones y empresas. En esta entrevista, nos habla de su recorrido profesional, del papel estratégico del CVC dentro de la UAB, de los retos que plantea la IA en el territorio y del papel fundamental que juega la universidad para construir una sociedad más justa, inclusiva y basada en el conocimiento.
Dr. Lladós, ha desarrollado una carrera destacada en el ámbito de la visión por computador y la inteligencia artificial. ¿Cuáles han sido los momentos clave de su recorrido profesional?
El primer momento destacado sería cuando comencé el doctorado en la UAB en 1991. Había terminado la carrera de informática en la UPC, y recibí una carta ofreciendo plazas de profesor ayudante, con la posibilidad de hacer la tesis. Aquí comenzó todo. La finalización del doctorado en 1997 también es un punto importante. La creación del CVC, donde he desarrollado mi carrera, que viví al final de mi doctorado. Otro momento destacado, por el aprendizaje que supuso, fue la creación de una spin-off, Icar Vision Systems, en 2021.
¿Qué le llevó a especializarse en el reconocimiento de documentos y las humanidades digitales?
La dedicación al análisis de documentos fue por azar. Cuando comencé el doctorado, éramos dos estudiantes para dos temas/directores, y se decidió a cara o cruz quién hacía qué. Sin embargo, el tema me gustó desde el comienzo, y es la comunidad científica en la que me he movido a nivel internacional. El ámbito de las humanidades digitales vino después por diversas oportunidades de proyectos. En concreto, una colaboración con el Departamento de Cultura de la Generalitat (Subdirección de Archivos), y también un proyecto europeo en colaboración con el Centro de Estudios Demográficos.
Para aquellas personas que no conocen la tarea que se realiza en el CVC, ¿nos podría explicar brevemente las principales líneas de investigación?
La visión artificial es una tecnología muy transversal, es la inteligencia artificial de las imágenes. En el CVC hay diversas líneas de investigación, muchas de ellas relacionadas con áreas de aplicación. Entre otras, tenemos la línea de conducción autónoma, imagen médica, sistemas combinados de visión y lenguaje, visión y neurociencia, modelos de color en imágenes, visión multiespectral, reconocimiento de documentos, etc.
¿Qué papel estratégico juega el CVC dentro del entorno de investigación e innovación de la UAB, y cómo contribuye esta conexión a impulsar sus proyectos y colaboraciones?
El CVC es un centro muy integrado en el ecosistema de la UAB. El hecho de que la mayoría del personal investigador del CVC sea de la UAB, ayuda a establecer sinergias. El posicionamiento del CVC como referente en el ámbito de la IA, y también el modelo de investigación y transferencia, con una fuerte colaboración industrial, ha proyectado la UAB en el ámbito de las ingenierías. Por otro lado, el CVC también se beneficia del entorno UAB, no solo para su proyección, sino por la facilidad para crear alianzas con otras entidades del campus o del territorio. El entorno UAB ha sido prolífico en producción en IA, así como en formación, gracias a estas sinergias. Un claro ejemplo, y podríamos mencionar varios, de beneficio mutuo es el proyecto del vehículo autónomo en el campus, convertido en un laboratorio.
Vivimos en un momento de transformaciones profundas vinculadas a la digitalización y la IA. ¿Cuáles cree que son los principales retos que tenemos en el territorio en este ámbito?
La IA no ha nacido ayer, la utilizamos en nuestra vida cotidiana desde hace tiempo (sistemas de diagnóstico en salud, navegadores que planifican rutas de conducción, sistemas financieros que monitorean transacciones, traductores automáticos, etc.). Por otro lado, en los últimos años ha surgido una revolución provocada por el avance en los modelos de redes neuronales. Esto ha abierto un abanico de nuevas aplicaciones. El reto es que esta tecnología se convierta en bienestar para el territorio, que llegue a la ciudadanía de manera igualitaria. Que la IA se utilice respetando los principios éticos, sin sesgos, de manera fiable y segura para las personas.
Desde el CVC han impulsado proyectos con aplicación directa a sectores como la salud, el patrimonio, la movilidad o la industria. ¿Nos puede compartir algún caso que refleje este impacto?
En salud, se ha trabajado con la mayoría de hospitales públicos del entorno. Como por ejemplo, la línea de análisis de imagen endoscópica, que se inició con una colaboración con una empresa que financió varias tesis doctorales, que luego dieron lugar a patentes. Actualmente, se está trabajando para la creación de una nueva spin-off basada en una tecnología de análisis de neuroimagen para asistir en intervenciones cerebrales. En patrimonio, durante varios años se ha trabajado en el reconocimiento de archivos históricos de población, con modelos de participación ciudadana, construyendo la metáfora de la red social histórica. En movilidad, se ha desarrollado el simulador CARLA, ganador del Premio Nacional de Investigación a la colaboración público-privada, y actualmente se dispone de un vehículo autónomo que circula por el campus. El ámbito industrial es probablemente el más tradicional, y se han realizado varios proyectos que han ayudado a pymes catalanas a innovar (colaboraciones con más de 100 empresas).
¿Qué acciones, alianzas o herramientas considera clave para reforzar el vínculo entre la universidad y la sociedad y avanzar conjuntamente hacia un futuro más sostenible y justo?
Debemos definir canales que conecten la universidad con la sociedad. Las acciones de transferencia de conocimiento deben ser bidireccionales. Esto significa que la investigación debe estar alineada con los retos sociales, promoviendo investigación transdisciplinaria o colaborativa guiada por misiones que aborden problemas como el cambio climático, la salud pública, la movilidad... Es importante la divulgación de lo que se hace en la universidad, haciéndola participativa (abrir la universidad a la sociedad mediante talleres, jornadas, ciencia ciudadana y divulgación). Cabe mencionar que la UAB cuenta con la asociación de Amigos de la UAB, el Parque de Investigación y otros organismos que velan por fortalecer los vínculos entre universidad y sociedad.
Si pudiera transmitir un mensaje a la comunidad universitaria y al conjunto del territorio, ¿cuál sería?
La universidad es más que un espacio de formación: es un motor de transformación social, un laboratorio de ideas y un puente entre el conocimiento y el bienestar colectivo. Aquí generamos conocimiento que se convierte en progreso cuando impacta en la sociedad. Además, la universidad cohesiona, es un ascensor social que rompe barreras y da herramientas para que todos construyan su futuro. La universidad dinamiza el territorio, impulsando la economía local. Como comunidad tenemos la oportunidad y el privilegio de liderar el cambio hacia una sociedad más justa, inclusiva y basada en el conocimiento.